gorgeous

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ocean blue eyes looking in mine
i feel like i might sink and drown and die

Gaia salió del apartamento de Max casi tarde, tarde porque se arruinó el maquillaje y tuvo una crisis de que ponerse, así que se cambió el outfit al menos diez veces, pero ya estaba lista y corriendo al auto que Max había mandado para ella. Obviamente que el ya estaba en el circuito de Mónaco, pero ella se había quedado dormida y el no la había despertado antes de irse.

Habían pasado la noche juntos, solo porque Max tenía nervios pre carrera, aunque había logrado pole position. Así que lo acompañó, curiosamente, desde aquel día en Australia el no la había tocado, ni ella a él, había cierto espacio e incluso temor a volver a hacerlo, y ella no entendía del todo porqué.

Porque no es como si no quisiera, sí.

Cuando llegó al circuito, se puso sus credenciales, un montón de fotógrafos comenzaron a seguirla y ella caminó rápidamente hasta la entrada, dónde pudo estar más tranquila, caminó hacia el garaje de Max con la esperanza de verlo antes de la carrera.

En el camino, Christian Horner se sorprendió de ver a su hija llegar a tiempo.

-¡Gaia! pensé que no llegarías a tiempo antes de la carrera, Max está hecho un manojo de nervios- dijo al verla.

-Hola papá, ¿cómo estás? yo bien, ¿que tal tu?- preguntó ella con sarcasmo- ¿dónde está?

-Ya está a punto de salir, la carrera va a empezar. Corre.

Gaia asintió, corriendo hacia el monoplaza de Max, el rubio se quitó el casco, a tiempo para recibirla.

-¡llegué! perdón por lo tarde, me quedé dormida- se disculpó ella- ¡pero se que estarás brillante hoy!

-No te preocupes- respondió con una sonrisa más segura- fue mi culpa por no despertarte. La próxima, ven conmigo.

Ella asintió con una sonrisa pequeña.

-Tengo una sorpresa para ti, después de la carrera- dijo ella- me tomé el atrevimiento de preparar todo en tu apartamento.

Max sonrió y asintió, Gaia bajó el cierre de su suéter, revelando la camisa que llevaba para apoyar a Max, el neerlandés al verla se ruborizó, su rostro se cubrió de un rojo intenso y soltó una carcajada.

La camisa decía “here for daddy” y abajo un corazón con una foto de max, Gaia también se rió, el corredor la tomó de la cintura y la besó con delicadeza. Ella lo miró a los ojos, después que el beso terminó, ambos escucharon los llamados del equipo de Max que avisaba que ya tenía que salir.

Gaia y Max no le prestaron atención, la pelinegra soltó un suspiro y dijo:-Suerte Verstappen, la necesitarás.

Entonces Max la atrajo hacia el una vez y la besó con delicadeza. Cuando se subió al monoplaza, Gaia sintió que flotaba, que todo su peso había sido convertido en aire y flotaba por el garaje.

REPUTATION || max verstappen. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora