Distraigo mi atención de nuevo hacia la mesa donde está sentada mi familia.
-Siempre he creído que sería divertido diseccionar a una persona. *dice Jadson*
Giro mi cuello completamente hacia la dirección en la que se encuentra mi compañero de trabajo, el chico ríe antes de seguir comiendo su postre.
Tarta de manzana con helado de vainilla.
En cambio yo estoy devorando una tarta tres chocolates.
Miro de nuevo hacia la mesa un segundo más para descubrir a Oliver tomando también una porción de esta deliciosa tarta, miro de nuevo a Jadson y pienso en lo sosa que es la tarta de manzana.
¿Puede haber algo más clásico que esta tarta?
Dios me estoy volviendo loca.
Estoy discriminando a una pobre tarta.
-Suena muy ilegal. *digo*
-Solo quería reclamar la atención de mi cita.
Le sonrío mientras me llevo otra cucharada a los labios, de soslayo veo que se está haciendo bastante tarde y debo ir en busca de mi pequeña antes de que su abuelo la reclame como suya para siempre.
Jadson paga a pensar de que discuto con el para invitarle.
-No puedes pagar tu, el restaurante ni siquiera te gusta.
-Dije que te invitaba a cenar así que déjame ser un caballero.
Abandonamos nuestra mesa y mientras Jadson va hacia la salida yo me despido de mi familia con una gesto con la mano.
A mamá no le sirve porque me hace ella a mi otro gesto reclamando que me acerque a la mesa mientras me grita que me despida como dios manda.
-Mamá no tengo tiempo, debo ir a por Violet a tu casa.
-Déjame que te de un beso en la mejilla antes de que desaparezcas por varias semanas más.
-¿Te he dicho alguna vez que eres demasiado exagerada?
Mi madre obvia la pregunta que le hago antes de levantarse y estampar un beso en mi mejilla pero había gato encerrado y para la experiencia que tengo siendo una hija Thompson está no me la había visto venir.
-Me encanta este hombre para ti. *susurra*
Bueno lo de susurrar no se le da muy bien a mi madre, casi toda la mesa oye su comentario incluida Angie que dirige su mirada hacia su hijo pequeño el cual se ha levantado de su asiento de manera muy ruidosa.
-Voy al baño.
Oliver abandona la mesa para ir como a dicho al baño, no debería afectarme como lo hace las decisiones que está tomando el que fue mi mejor amigo pero no puedo evitar el nudo que se me hace en el pecho.
Me despido del resto obviamente me salto la despedida con Delia porque una ante todo una es rencorosa.
Bueno con todos menos con Oliver por lo que se ve.
Jadson me espera apoyado en su coche, hemos venido en coches distintos así que ha llegado el momento de la inevitable despedida.
Nada me gustaría más que irme al apartamento de Jadson y pasar la noche con él pero una tiene unas responsabilidades que debe cumplir y además tampoco me molesta mucho acurrucarme con mi niña en la cama en vez de pasar una noche de sexo desenfrenado.
A esta paso volveré a convertirme en virgen.
Jadson me pone una mano en la mejilla mientras deja un dulce beso en la otra, noto un escalofrío en la nuca bastante extraño ya que no me está tocando ahí.
Miro por encima de mi hombro para descubrir que Oliver está fumándose un cigarrillo fuera del restaurante, nos dedica una mirada gélida a ambos pero conmigo se recrea más.
-Me encanta pasar tiempo contigo bonita.
Cuando vuelvo a mirar a Jad este presiona sus labios contra los míos, al principio me cuesta procesar que está sucediendo pero pronto me recupero para seguir el ritmo del beso.
Es un beso...
Un beso....
¿Cauto?
No hay fuegos artificiales.
No siento mariposas en el estómago.
Maldigo para mis adentros.
Nos separamos para tomar aire, Jadson me da un beso en la frente antes de despedirse de nuevo de mí pidiéndome que volvamos a repetir en este restaurante y me promete que la próxima vez probará una hamburguesa.
Me río ante su comentario pero por dentro solo estoy deseando meterme en mi coche y huir lo más lejos que pueda de este hombre.
Sé que el problema no es de Jadson si no mío, estoy rota por dentro, debo tener algo que impida que el chico más guapo de la ciudad no me despierte nada cuando me besa.
Quizás deba repetir.
Seguro que solo ha sido por los nervios del primer beso.
Miro de nuevo hacia el restaurante pero solo puedo ver la puerta de la entrada cerrarse, ni rastro de Oliver. Mejor así no quiero ser de nuevo juzgada por su mirada de hielo.
Después de arrebatar a mi hija de los brazos de su abuelo por fin puedo estrujarla contra mi pecho, se revuelve un poco pero se deja hacer.
-Es muy tarde quizás sea mejor que se quede a dormir aquí. *dice papá*
-De eso nada, tú la has tenido todo el día ahora me toca a mí.
Mi hija reí cuando le paso la nariz por el cuello, huele todavía a bebé y es mi olor favorito en todo el mundo ni si quiera las magdalenas recién horneadas se pueden comparar con este olor.
Acomodo a Violet en su silleta del coche y emprendo el camino a casa, es poco pero aún así nos da tiempo a cantar un par de canciones antes de que Vi caiga rendida en un sueño profundo.
Perfecto niña dormida.
La cargo hasta la puerta de la casa mientras voy repasando las tareas que tengo pendientes de hacer antes de que pueda ponerme a hacer mi pasatiempo favorito que es tirarme en el sofá con un buen libro.
-Mami. *dice Vi*
He cantado victoria antes de tiempo, miro a mi niña que adormilada mira hacia las escaleras del porche de casa.
-¿Qué hace mi amigo Oliver durmiendo en el suelo?
Alarmada miro hacia la dirección que señala el pequeño dedo de mi hija rezando para que Vi solo haya tenido una pesadilla y que Oliver no esté tirado en el suelo del porche.
Pero lamentablemente para mi salud mental, mi hija tiene razón y el que ahora es su mejor amigo está tirado en el suelo de la entrada de mi hogar.
-Bueno Violet, es algo que mamá te contará cuando seas grande.
Salto el cuerpo del chico de ojos color miel que ahora mismo babea mi felpudo para poder dejar a mi hija a salvo antes de enfrentarme a esta situación.
Los problemas de uno en uno.
Una vez la niña ha sido, aseada y cambiada la meto en la cama, con un coraje que ni si quiera se de donde me sale voy en busca del cubo de fregar.
Lo lleno hasta arriba y después empiezo a caminar con el hacia el chico inconsciente de mi entrada, abro la puerta y vierto el líquido congelado sobre el chico.
-¿Pero qué cojones?
Oli se incorpora de golpe con los ojos abiertos como plato y me dedica una mirada de furia.
-Eso digo yo Oliver.
+¿Que cojones haces aquí?Oliver se levanta tambaleándose del sueño y algo dentro de mí se parte un poquito más.
Está borracho.
De nuevo.

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Quizás un nosotros
RomansaMejor amigos desde siempre. Oliver Anderson es un chico popular, guitarrista y cantante de una banda la cual está apunto de comenzar su gira por Europa. Su mayor inspiración su novia Delia. Lila Thomas la chica despistada, creativa que siempre sueña...