Durante la cena no paramos de intercambiar miradas, intento evitarlo pero no soy demasiado fuerte cuando se trata de Oliver.
Noto sinceridad en sus ojos cuando le habla a nuestros padres de cuanto le gustan mis dibujos y de lo seguro que está de que me va a ir genial en la universidad a pesar de que mamá critica mi poca constancia en clase.
Sonrío cuando Oliver hace bromas con papá o como se sonroja cuando su madre lo llama angelito, siempre ha sido un niño de mamá eso está claro. En cambio yo siempre he sentido que no soy ni de mamá ni de papá más bien siempre he sido de Sienna.
Se nota la ausencia de las mejores amigas en esta mesa, a pesar de que han estado en videollamada un rato no tener a mi hermana junto a mí se me ha echo bastante duro.
-Los adultos se van a la cocina, divertíos chicos.
Mi padre me da un beso en la cabeza antes de irse a la cocina con los demás padres, sabemos que van a tomarse una copa de vino mas y a fumarse un cigarrillo pero nosotros nos mantenemos callados.
-Solo quedamos tú y yo Solecito.
Me empiezan a temblar las piernas bajo la mesa, durante la cena no he estado pensando en la conversación que tenemos pendiente, pero ahora estoy realmente acojonada.
-¿Vamos a mi habitación?
Le digo esto intentando sonar lo más serena posible, no quiero que note que estoy nerviosa, sube el primero las escaleras y recorre el camino que tantas veces a echo, no puedo negarlo una cálida sensación se me instala en el pecho al recordar a un Oli más joven viniendo a mi cuarto a despertarme por las mañanas en las vacaciones de verano o un poco más mayor colándose por la ventana para escabullirnos e irnos de aventuras.
No debí caer.
Debí mantenme fuerte y no acostarme con mi maldito mejor amigo.
Pero aquí estamos sentamos los dos en mi cama sin saber qué decir, jamás había compartido un silencio incómodo con Oliver, con el no hay silencios siempre está parloteando o contándome cosas absurdas para hacerme sonreír.
-¿Qué hice mal? *dice*
Parece casi pequeño cuando realiza la pregunta, no hay nada de seguridad en el. Se me eriza la piel cuando uno mi mirada con la suya, parece realmente preocupado.
-Oliver....
-Estoy avergonzado Solecito, nivel noche de cuatro de julio de primer año.
Ese cuatro de julio Oliver pillo tal borrachera que decidió que era buena idea bañarse desnudo en el mar.
Spoiler: Nuestras hermanas estaban en la misma fiesta y presenciaron todo.
No hay que ser muy listo para saber que las dos amigas se lo pasaron de lo lindo riéndose del pequeño de la familia por qué si Oliver es el menor por un mes y doce días.
-Del 1 al 10, ¿Cuánto la he cagado?
Nosotros no tenemos secretos y no metimos.
-8
Escucho que maldice por lo bajo mientras se tapa la cara con las manos, veo que su espalda tiembla y casi creo que se ha puesto a llorar pero luego me doy cuenta de que está acojonado.
-Oliver...
Quita sus manos y le veo los ojos brillosos como si estuviera reteniendo las lágrimas, me parte el alma verlo así.
-Por favor Lila, dime cómo puedo arreglarlo.
+Porque no sé vivir sin mi mejor amiga.Ahora la que quiere llorar soy yo.
Lo nuestro va más allá de habernos acostado, necesito a este chico como el aire que respiro, no puedo llegar a imaginar lo que sería una vida sin él. No conozco lo que es no tener a Oliver Anderson en mi vida.
No puedo evitar que me sorprenda la manera en la que está afectado, sé que me quiere pero nunca había visto a Oli así de afectado por algo.
-Solecito, necesito que me digas cómo te sientes para que pueda solucionarlo.
No tenemos secretos.
-Primero me llamaste por el jodido nombre de tu novia y encima solo pensaste en disfrutar tú y te olvidaste por completo de mí.
Las mejillas de Oliver se vuelven de color carmesí y si no fuera una conversación seria me reiría de él.
-Enserio, ¿Te llamé Delia?
Vale... me decepciona un poco saber que le preocupa eso más que que me dejara a mí a medias y que he sentido más placer con mis dedos que con su maldito pene.
Asiento antes de levantarme de la cama, esta conversación me está dando dolor de cabeza así que necesito ir a por una aspirina, pero Oliver me lo impide tirando de mi mano.
-Me jode haberlo echo Solecito porque para eso no hay solución.
+Pero para lo otro si.Oliver tira de mí para que quede sentada en su regazo.
-Oli... ¿Qué estás...
No puedo terminar la frase porque tengo sus labios pegados a los míos, me cuentas reaccionar no os voy a mentir pero rápido me uno al beso y dejo que su lengua entre en mi boca en busca de la mía.
Nos quedamos sin aire rápido y creo que es porque literalmente me siento como si acabara de correr una maratón, mi pobre corazón no puede más.
-Solecito, voy a darte la oportunidad de parar.
+Pero si no quieres voy a darte el mayor orgasmo de tu vida, pienso hacerte gritar mi nombre.Ahí está el Oliver que me a mi me gusta, el chulesco con un ego enorme así que como respuesta le quito la camiseta y se la paso por los hombres.
-Solecito esto no trata de mi, quítate ese maldito vestido que me ha tenido empalmado toda la cena y deja que yo haga el resto.
Me quito el vestido y me dejo caer en la cama solo con la ropa interior, Oliver me devora con la mirada de verdad y casi creo lo que me está diciendo pero no puedo evitar recordar que no soy la dueña de su corazón.
Sé que le pongo pero no quiere ser mi novio y eso jode pero voy a coger lo que me ofrece.
Ya lloraré mañana.

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Quizás un nosotros
RomanceMejor amigos desde siempre. Oliver Anderson es un chico popular, guitarrista y cantante de una banda la cual está apunto de comenzar su gira por Europa. Su mayor inspiración su novia Delia. Lila Thomas la chica despistada, creativa que siempre sueña...