Sabe lo de la galería.
Mantengo la calma y para cuando he vuelto a la mesa Delia ya se a marchado.
La reunión con Jadson hace que se me despeje la mente, es el efecto de estar cerca de este hombre hace que mi día se vuelva algo más ligero.
Rápido volvemos a la galería para revisar que la decoración y los cuadros estén todos donde deben estar.
Sobre el medio día emprendo el camino hacia la escuela de Vi, voy caminando porque está relativamente cerca de casa y a mi hija le encantan los paseos. Saludo a algunas madres que me cruzo durante el camino hasta el aula de Violet que específicamente es el aula de las tortugas.
Nada me prepara para encontrarme a mi madre acompañada de Oliver hablando con la maestra Smith mientras mi madre sostiene a mi hija en sus brazos.
Me enfado, el primero pensamiento que entra en mi cabeza es arrancar a mi hija de los brazos de su abuela y salir corriendo de aquí pero no puedo hacerlo.
No puedo montar una escena en un aula llena de niños.
-Buenas tarde señorita Smith *saludo*
La maestra de mi hija me dedica un leve asentimiento de cabeza pero no para de mirar a mi ex mejor amigo de forma casi obsesiva, demonios si creo que ni siquiera a pestañeado desde que he cruzado la puerta.
-Hola cielo, creí que hoy me tocaba recoger a mi a Violet *dice mamá*
Hay algo extraño en ella, no sé cómo explicarlo pero sus ojos me dicen que no está diciendo del todo la verdad pero estoy tan nerviosa que no puedo parararme a descifrar la reacción de mamá.
-Hoy es lunes, salgo a la una me da tiempo de sobra de recoger a Vi como ya sabes.
Mi hija levanta la vista del dibujo que lleva en sus manos para dedicarme una sonrisa radienate, estiro los brazos para que venga hacia mi.
Mi madre me pasa a Violet la cual me llena la cara de besos cuando está al fin en mis brazos.
-Hola mami, pensaba que me iba con la abuela y mi nuevo mejor amigo Oliver.
-No cariño primero debemos pasar por casa, mamá tiene cosas que hacer.
Me reajusto el bolso y agarro la pequeña mochila color rosa de mi hija para colgármela también en el hombro, miro de refilón a Oliver. Observa cada uno de mis movimientos, lleva puestas unas gafas de pasta oscuras y una gorra pero ni aún así se puede ocultar su gran belleza.
-Por favor mami, he sido buena.
+¿Verdad señorita Smith?Mi hija le dedica una mirada de corderito a su maestra la cual solo se limita a asentir pero sigue sin quitar la mirada de Oliver.
-Cielo ves a casa, puedo quedarme con mi nieta.
No entiendo la insistencia de quedarse con Violet.
-No de verdad mamá, tengo que recoger unas cosas antes de la cena.
-¿Has venido en coche? Si no Oliver puede acercarte a casa mientras yo me quedo con Vi.
Vale aquí hay gato encerrado.
Desde el día de la boda mamá a estado bastante rara, primero con el tema del padre de mi hija y ahora parece obsesionada con Oliver.
Sé que lo ha echado de menos pero casi parece que es él su hijo, su hija mayor a marchado de luna de miel y en ninguna de nuestras llamadas semanales a sido mencionada pero en cambio mi madre se desvive alagando al recién llegado.
Habla de cómo está ayudando a su madre en casa o de cómo se desvive cuidándola pero hay algo que no menciona nunca.
No habla sobre la oscuridad que Oliver refleja, no habla de sus ojeras, de cómo parece que ha bajado de peso a pesar de decir que come normal.
Su forma extraña de vestir, ahora mismo lleva unos pantalones súper apretados rotos por las rodillas y una camisa de manga corta con unos dibujos algo extraños.
Oliver no vestiría con pantalones pitillo ni aunque fuera lo último que le quedará en el armario, él siempre a sido de pantalones más anchos que le daba ese efecto de cantautor alternativo que conseguía atrapar a la gente.
-No te preocupes mamá puedo ir caminando.
-De verdad seguro que a Oli no me importa...
-Puedo ir sola mamá *digo cortante*
Beso la mejilla de mi hija y la de mi madre como despedida, no dedico ningún gesto al hombre que las acompaña.
A regañadientes porque esta situación me cabrea soberanamente comienzo a ir hacia la entrada de la escuela, para mí mala suerte a empezado a lloviznar.
Revusco en mi súper bolso de mamá un paraguas pero rápido recuerdo que esta mañana se lo metí a Violet en la mochila del colegio.
Bueno mi casa no está tan lejos si apreto el paso quizás solo me moje un poco, me aferro al asa de mi bolso y me armo de valor antes de cruzar las puestas de cristal de la escuela.
Justo cuando voy a cruzar una mano me sujeta el antebrazo.
Noto su tacto en mi piel, ese calor que me atraviesa acompañado de esa nostalgia que no sabía que tenía dentro de mi.
Hacía demasiado tiempo que Oliver no me tocaba.
Esos dedos me han acompañado durante toda mi vida en las buenas y en las malas, recuerdo una vez cuando tenía unos ocho años me pusieron una vacuna y yo estaba muerta de miedo. Oliver me sostuvo la mano todo lo que duro el proceso de vacunación, no lloré porque quería hacerme la fuerte, él no me soltó en ningún momento.
Esas manos me han abrazado cuando me he caído y cuando me he levantado, también las he visto tocar unas melodías que hacían que se me acelerara el corazón. Me han tocado en lugares que ningún hombre a vuelto a tocar como él lo hizo, dejo sus huellas en mi piel y nadie las ha podido borrar.
-Te llevo a casa Lila.
Una frase, aparentemente sin ningún significado más pero me hacen querer llorar, me ha llamado por mi nombre como tantas veces ha echo pero hay algo en su voz, en la manera de decirlo.
Tan fría.
Tan extraña.
Tan lejana.

ESTÁS LEYENDO
Quizás un nosotros
RomansaMejor amigos desde siempre. Oliver Anderson es un chico popular, guitarrista y cantante de una banda la cual está apunto de comenzar su gira por Europa. Su mayor inspiración su novia Delia. Lila Thomas la chica despistada, creativa que siempre sueña...