.2027.

11 1 0
                                    

Con una copa en la mano intento que no se note lo incómoda que estoy sentada en esta mesa, debería sentirme bien rodeada de mi familia pero todo a sido demasiado extraño desde que he puesto un pie en mi antigua casa.

La casa en la que me crie junto a mi hermana sigue igual que siempre, la pared de las escaleras que dan al segundo piso todavía tienen retratos familiares, el salón tiene esos sofás antiguos que eran de mi abuela materna acompañados de esos feos cojines que a papá le encantaron en una venta de garaje pero que mamá detesta.

Parece que nada haya cambiado pero a la vez todo lo ha hecho, en esta mesa se nota la ausencia de las mejores amigas ahora nuevas esposas pero no es eso lo que más me disgusta si no tener justo sentada frente a mí a Delia.

Ella no debería estar aquí.

Está no es su familia.

El que también ha sido invitado a la cena Thompson-Anderson a sido Jeremy pero su presencia no me molesta, es un gran amigo y futuro aliado en la guerra que va a sucederse ahora mimo.

Lo veo en los ojos de mi madre, está deseosa de sacar el tema de la paternidad de mi hija. Espero que tenga la decencia de esperar hasta los postres, no quiero que la crema de calabaza y el cordero se me atragante.

-Bueno Jeremy....
+¿Que piensas hacer ahora?

Estaba pidiendo demasiado.

Mamá le lanza una mirada acusatoria al pelirrojo, el aludido levanta la mirada de su plato para fundir su mirada con la mía, esta acojonado y el pobre no sabe ni qué decir.

-Mamá por favor...

-No no cielo, déjame que hable con Jeremy.
+Es el padre de mi nieta y tengo derecho a preguntar qué planes tiene ahora que todos sabemos la verdad.

Siento decirte mamá que eso no es cierto pero pienso dejar que sigas creyéndolo porque soy así de egoísta

-Jeremy va seguir siendo como a sido hasta ahora.
+Violet es solo mía, ya lo sabes.

El pelirrojo vuelve a agachar la cabeza a su plato, tiene las mejillas sonrojadas y es algo bastante nuevo ya que Jer no suele ser un chico vergonzoso.

-Cielo no te lo tomes a mal, pero Vi necesita un padre.

Su comentario me cabrea, cuando le conté que estaba embarazada lo primero que me dijo es que debía buscar pareja antes de que se me notara la barriga, un comentario súper arcaico que me hizo rechinar los dientes.

-Creo que estoy siendo una buena madre no,ne...

Mi madre me corta a mitad de frase.

-Hable con la señorita Smith, me contó que Violet siempre dibuja a un hombre junto a ti en las tareas en las que le pide que retrate a su familia.

Miro a mi hija la cual ahora mismo está jugando en el suelo del salón, juega con sus animales de granja que son sus nuevos juguetes favoritos, ahora mismo sostiene un cerdito y lo mueve junto a una vaca.

Rara amistad pero bueno si ellas es feliz así.

-Son cosas de críos....

Mi padre intenta mediar pero mamá vuelve a interrumpirlo.

-Crecerá con traumas y parece que te de igual.

Me aguanto la risa ante su último comentario, es absurdo lo que estoy escuchando así que dejo la servilleta sobre la mesa, no pienso dejar que se me deje en evidencia y mucho menos con extraños a la familia delante.

-No huyas Lila, solo quiero lo mejor para mi nieta.

Voy a rebatirla pero una melódica a la vez que dura voz se apresura en hacerlo y eso me causa tal escalofrío en el corazón que hasta temo que se me haya parado.

-Lo mejor para Violet es que le haya tocado Lila como madre.

Todos se giran hacia Oliver incluida yo misma que todavía sigo asimilando que Oli se haya metido en la conversación y mucho más sorprendida de que lo haya hecho para defenderme.

La cara de Delia es un poema, ella tampoco se esperaba que su prometido hablara.

-Mamá, sé que lo haces con buenas intenciones pero deja que sea yo la que tome las decisiones sobre mi hija.

-Solo digo que quizás un padre le aporte cosas que tú no puedes.

Rechinó los dientes porque este comentario es hiriente, sé que Vi jamás conocerá las cosas que Oliver puede aportarles, como por ejemplo la pasión por la música o que quizás nunca pueda transmitirle esos valores que construyeron su personalidad tan sociable y viva.

Bueno la personalidad que tenía antes ahora solo queda una sombra de lo que fue.

-¿Tu no piensas decir nada?

Oliver vuelve a hablar pero esta vez no se dirige a mi madre, habla directamente con Jeremy. Este sigue colorado y bastante nervioso el pobre no sabe dónde meterse.

-Yo...yo.... *balbucea*

-¿Vas a dejar que hablen así a la madre de tu hija?

Para este momento mi corazón está completamente congelado, se ha echo un gran silencio y todo el mundo se mira entre ellos

En los ojos de Angie veo alegría, es completamente imposible que parezca la persona más feliz de mundo cuando estamos discutiendo en una cena familiar pero extrañamente lo parece.

Intercambia una mirada fugaz con mi madre la cual parece responderle algo con esa extraña conexión que siempre han tenido.

-Bueno ha llegado el momento de retirase. *digo*

Agarro de la manga de la camisa a Jeremy y hago que se levante de la mesa, Oliver repite el mismo gesto haciendo que Jeremy salga de su letargo para dedicarle una mirada bastante dura al que un día fue su mejor amigo.

-No te metas en lo que no te llaman Anderson.

-Me meto en lo que quiero, estás sentando en la mesa de mi familia y puedo opinar.

Jeremy se ríe pero con esa risa sarcástica que suelen hacer los hombres cuando se discuten como cavernícolas.

-Déjame que te diga algo Anderson.
+Hace mucho que ya no eres parte de esta familia.

Jeremy a dicho esto mirándome fijamente a mí, parece una lucha de poder que no me está gustando lo más mínimo, miro a mi hija que a dejado de jugar y nos mira sorprendida.

Nunca ha presenciado una pelea familiar y esta no será la primera vez, voy en su dirección y comienzo a recoger los juguetes.

-Mami... *susurra*
+¿Porque grita el tío Jer?

Le acaricio la mejilla una vez he terminado de recoger y me pongo su pequeña mochila al hombro.

-Son cosas de mayores Vi, no tienes que preocuparte.

Cuando voy a coger a Violet una figura masculina se planta justo detrás de nosotras, miro por encima del hombro a Oliver el cual sostiene las llaves de su coche.

Es ahí cuando recuerdo que ya es tarde y que necesito que alguien me lleve a casa.

Voy a rechazar su oferta todavía no formulada pero antes de que abra la boca.

-Te llevo a casa Lil, ni si te ocurra rechazar la oferta.

Quizás un nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora