.2027.

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Mientras tanto en el salón.

El maldito dolor de cabeza me estaba matando...

Recordaba algunas cosas de la noche pasada, bebí más de la cuenta eso está claro pero no tenía ni la más remota idea de porque había terminado de nuevo en el sofá de Lila.

Desde el primer día que volví a pisar esta ciudad una extraña fuerza me guía continuamente hasta ella, me gustaría creer que es la conexión Lilol pero más bien creo que es la historia que nos precede.

Me mintió.

Jugó con lo que más quería en ese momento.

Delia Moore la que había sido mi debilidad en esos años tiernos de la adolescencia y con la que en la actualidad compartía cama.

Por qué si...

En estos momentos solo compartía eso con Delia, la gente dice que el amor no dura para siempre y eso es lo que nos había sucedido a mí y a Delia. Ella me amaba lo sabía por la forma en la que me miraba pero en cambio yo solo sentía rechazo hacia ella.

Eso no evitaba el hecho de que Lila había intentado jugársela en el pasado inventándose esos rumores de ella, nunca supe al cien por cien por lo que lo hizo.

Dudaba mucho de que Lila alguna vez hubiera estado enamorada de mí, me quería pero de una forma platónica, no como Allen con el que había mantenido una relación.

Dios no podía creer que tuvieran una hija.

No podía creer tampoco que Lila hubiera abandonado su sueño para quedarse en casa criando a la niña y hubiera dejado que Allen siguiera con la suya sin hacerse responsable.

Eso me hervía la sangre.

Abro uno de mis ojos e intensivamente me echo para atrás porque la dueña de mis pensamientos está frente a mí.

Violet me observa detenidamente, está tan quieta que parece en fantasma.

Cuando menos me lo espero la pequeña niña me tiende un cuenco de cereales con leche, acepto el bol y miro el contenido de este.

Son cereales de miel...

Mis favoritos.

-Mamá me deja comer cereales cuando estoy malita.
+Tu pareces estar malito.

La niña trepa hasta el sofá para sentarse a mi lado, tiene la melena rubia revuelta y cuando miro a sus pies descubro que lleva un calcetín de cada.

Recuerdos de otra niña de melena rubia inundan mi pensamiento, no hay que negar que Violet tiene un gran parecido con su madre, por suerte para ella no se parece en nada a Allen.

La niña coge un bol rosa en este caso y se lo pone en el regazo, agarra su cuchara a juego con el plato y se lleva una gran cucharada de cereales a la boca.

-Debería estar dormida pero he aprovechado que mamá estaba dormida para escaparme *dice susurrando*

Me río ante su inocencia, comienzo a comer también los cereales.

-Me gustan mucho estos cereales, muchas gracias rayito. *digo*

-Amigo Oliver yo no me llamado rayito, mi nombre es Violet Angelina.
+Pero todo el mundo me llama solo Violet.

No sé en que momento la niña que tengo a mi lado ha envejecido cuarenta años pero parece toda una señora mientras se termina el cuenco de cereales, el mío está a medio comer todavía porque no puedo evitar dejar de pensar que Lila le ha puesto de segundo nombre el nombre de mi madre a su hija.

-Es un mote. *digo*

-Mote, ¿Qué es eso?

-Es una forma cariñosa de llamar a las personas, eliges una cosa que te recuerde a esa persona y se lo llamas.
+Tu pareces un rayo de sol así que te llamaré rayito a partir de ahora. *le digo*

La niña me dedica una enorme sonrisa ladeada que hace que un nudo se me forme en el estómago y una extraña sensación cálida se instale en mi pecho.

Esa sonrisa...

La he visto antes pero no se donde....

-¿Puedo ponerte uno yo? *pregunta la niña *

Asiento y justo cuando termino el cuenco de cereales la que fue mi mejor amiga hace acto de presencia en el salón, va vestida con un jersey y unos vaqueros sencillos pero se ha recogido su larga melena rubia en una coleta alta adornada con un lazo.

Muy Lila.

También se ha maquillado y eso me hace pensar si ha quedado de verse luego con Parker, no mentía cuando le dije que el tío me parece un tío con suerte ya que aunque siga muy cabreado con lo que pasó, Lila merece mucho la pena.

-Buenos días. *dice*

-Yo no he cogido los cereales. *dice Violet.

La niña salta del sofá y se va corriendo hacia su habitación, no puedo evitar reírme a carcajada limpia, parece que mi nueva amiga no sabe guardar secretos.

Algo que no ha debido heredar de su madre.

Me levanto del sofá y agarro los dos boles de cereales y los llevo hacia el fregadero, hago el amago de coger la esponja y el jabón para fregarlos pero Lila me lo impide.

-Será mejor que te marches, es hora de que preparare a Violet para llevarla a la escuela. *dice*

Algo dentro de mí se manifiesta al pensar de nuevo en esa dulce niña, algo se despierta en mi interior y no puedo evitar sentir una extraña tristeza al pensar en sepárame de ella.

Hacía mucho tiempo que no me sentía en calma, este rato desayunando con ella en un hogar verdadero me ha echo olvidar lo que se siente en ese odioso autobús de gira.

Noches rodeado de gente pero sin poder sentirme más solo, aplausos a raudales pero luego nadie que te reconforte cuando llegas a casa.

-Lila por favor....

-No quiero que mi hija comparta espacio con alguien como tú. *dice*

Duele.

Duele como la mierda.

Pero tiene toda la razón del mundo.

Soy un maldito drogadicto alcohólico.

-Por favor Lila.... No sé cómo salir de esta. *dice*

Su gesto se ablanda pero sigue tensa mientras seca el último bol y lo coloca en su lugar, me fijo que no lo pone junto a los otros si no en un armario de los de abajo.

Al alcance de su pequeña.

-Necesitas ayuda Oliver.

Me pasó ambas manos por la cara y el pelo, joder eso ya lo sé. Llevo meses nadando a contracorriente, luchando contra toda esta mierda pero estoy demasiado hundido en ella.

-Ayúdame por favor Lila....

Justo cuando estoy yendo hacia ella, quizás si le suplico me dejará esconderme de toda mi oscuridad en su lado de la luz.

Me dejará callar mis pensamientos escuchando las risas de su pequeña y la dulce voz de la mujer que un día fue mi mejor amiga.

-Oliver....

El timbre de la puerta le interrumpe antes de que empecemos a escuchar como la voz de una mujer grita mi nombre y aporrea la puerta.

Quizás un nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora