He habilitado mi pequeño estudio de arte que tengo en casa para que pueda dormir ahí Oliver, de normal cuando mis amigas vienen de vista yo duermo con Violet en su cama y ellas se quedan en mi habitación. Podrían quedarse en sus antiguas casas ya que sus respectivas familias siguen viviendo en el pueblo pero prefieren quedarse aquí y tener más privacidad.
Sus familias se tomaron bien su relación aunque en el caso de Ava, una parte de su familia no termina de entenderlo del todo.A Vi le encanta dormir conmigo y es algo que nos constó mucho dejar de hacer, durmió conmigo hasta el año y medio después la trasladé a su habitación. Quería que aprendiera que aunque no durmiera en mis brazos en su habitación también estaría segura y que si algo le pasaba acudiría al segundo.
Escucho un ruido en la cocina y rápido me apresuro en levantarme, son las dos de la mañana y la niña hace rato que duerme pero puede ser que le haya entrado sed y se haya levantado a tomar agua.
Enfundo mis pies en unas pantuflas de estar por casa porque no hay nada que odie mas que el hecho de tocar el suelo frío después de haber estado refugiada en mi calentita cama.
Voy a oscuras porque no quiero despertar a Oliver, está durmiendo en el despacho pero aún así puede entrarle la luz por debajo de la puerta. Sé que le ha costado dormir, lo escuché quedarse hasta las doce y pico en el salón viendo la televisión.
Le dije que se sintiera como en casa y la verdad es extraño pero siento esta casa mucho más hogar desde que está aquí, cuando recogí a Violet de la escuela Oliver nos esperaba con la cena medio hecha, sé que estaba intentado mantener la mente ocupada porque vi lo ligeros temblores en sus manos y que llevaba una capa de ropa extra.
Llego a la cocina y la nevera abierta me sorprende porque mi hija no llega todavía al mango así que debe ser mi nuevo compañero de casa el que la dejado abierta, camino un poco más y ahogo un grito cuando veo a Oliver sentado en el suelo con la cara metida en la nevera.
-¿Oliver?
-Calor mucho calor...
Oliver murmura sin sentido palabras incoherentes pero lo único que saco en claro es que tiene calor, un síntoma del síndrome de abstinencia puede ser la fiebre.
Me agacho para ponerme a su altura, le pongo la palma de la mano en la frente y la noto caliente, mejor dicho abrasa. Debe tener fiebre muy alta pero aún así veo que tiene escalofríos como si se estuviera congelando.
-Oliver, necesito que te levantes.
-Calor mucho calor....
Vale creo que otra vez me tocará cargar con este hombre, lo ayudo a ponerse en pie y lo llevo hacia el baño.
-Debes darte una ducha, tienes mucha fiebre.
Oliver no para de tener escalofríos y de hablar incoherencias, está apoyado contra mi porque parece que no puede ni mantenerse en pie.
Rápido repito en mi mente las opciones que tengo, debo vagarle la fiebre y para eso necesita medicamentos y una buena ducha pero no parece muy dispuesto a colaborar. No puedo pedir ayuda porque eso lo descubriría así que al final tomo una decisión.
Siento a Oliver en la taza del wc cerrada y empiezo a quitarle la sudadera que lleva, después la camiseta y por último una camiseta interior de tirantes blanca.
Dejó su pecho al descubierto y otra vez puedo ver el tatuaje que tiene con mi nombre, no dejo que esto me distraiga. Lleva un pantalón de chándal que me cuesta horrores quitarle pero al final consigo dejarlo solo en ropa interior.
-Frío, mucho frío.
De un segundo para otro Oliver se ha tirado contra mí y me abraza como si la vida le dependiera de ello, me quedo rígida como un palo sin ni siquiera saber qué hacer.
Hacia mucho tiempo que Oliver no me abrazaba así, casi me recuerda a cuando éramos amigos y continuamente lo tenía pegado a mí como una lapa. Oli siempre a sido el más cariñoso de los dos, desde niños él era el encargado de los mimos mientras yo me limitaba a darle alguna palmada en la espalda.
No me malinterpretéis alguna vez si lo abrazaba pero no era yo la que se lanzaba a los brazos del otro, me daba miedo que descubriera mis sentimientos hacia él.
Violet también se parece en eso a Oli, es muy cariñosa con la gente que quiere.
Le paso una mano por el pelo sudoroso intentando tranquilizarlo un poco, noto su piel caliente contra mi y no puedo evitar egoístamente desear que el tiempo se parara y nos quedáramos un ratito más así.
Hecho mucho de menos a mi mejor amigo.
Como veo que no va colaborar termino abriendo el grifo mientras hago malabares con el agarrándome la cintura, acepto mi pobre destino y una vez el agua está a una temperatura correcta me meto junto a él la ducha.
Con camisón incluido.
Oliver suelta un suspiro de gusto cuando el agua le golpea la espalda, está fría pero parece que le alivia el calor que sentía en su cuerpo.
Nos siento a los dos en el suelo de la ducha cuando empiezo a notar que le flaquean las piernas, la tela del camisón se me pega al cuerpo pero no me importa cuando veo que su cuerpo empieza a relajarse y abre sus ojos.
-Gr... Gracias.
-No hay de que.
Oliver se pone de espaldas a mi pecho y recuesta su cabeza contra mi, continuó acariciandole el pelo mientras empiezo a tararear una de sus canciones
-Siempre todo fue gracias a ti....
-¿Cómo?
Miro a Oliver pero descubro que a vuelto a cerrar los ojos y parece que se ha quedado dormido, nos quedamos un ratito más así hasta que noto que su cuerpo a bajado de temperatura.
Después de secarlo y vestirlo (esta vez con su ayuda) lo llevo al sofá para ir a mi habitación a cambiarme, cojo algo rápido de ropa y vuelvo al salón.
Voy hacia la cocina y agarro un vaso de agua y una pastilla para calmarle un poco el dolor, espero que esto solo dure un par de días porque verlo así me destroza el corazón.
Me siento junto a él y le paso la pastilla junto el vaso con agua, parece más despierto así que se toma el medicamento sin rechistar.
-Bueno me vuelvo a la cama, buenas no...
Oliver me sujeta la mano agarrándome la muñeca evitando que me levante del sofá.
-Quédate conmigo...
Ojalá hubiera escuchado esa frase años atrás.
-Oliver es tarde...
-Por favor.
Se acuesta en el sofá dejando caer su cabeza sobre mi regazo, como nunca supe decirle que no a este chico yo también me acuesto mejor en el sofá y comienzo a acariciarle el pelo de nuevo mientras le tarareo otra vez.
Y entre canciones sucumbo al sueño mientras respiro la fragancia del hombre que un día ame enredando mi mano en el cabello que más de una vez acaricie, soñando en lo que nunca fue y pudo ser.
Esta noche será larga tanto para mí como para el.

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Quizás un nosotros
RomansaMejor amigos desde siempre. Oliver Anderson es un chico popular, guitarrista y cantante de una banda la cual está apunto de comenzar su gira por Europa. Su mayor inspiración su novia Delia. Lila Thomas la chica despistada, creativa que siempre sueña...