Los últimos días pasan desdibujados.
Recibimos las notas finales entre alegrías y llantos de los que tienen el verano condenado al estudio y los que como yo por fin podemos dar por zanjado el instituto.
Mis notas no son para tirar cohetes como era de esperar mucho suficientes y un par de notables pero lo importante es que he conseguido aprobar todo y ahora Nueva York me espera como una bocanada de aire fresco.
Esta misma tarde es la graduación la cual pienso saltarme porque odio la idea de tener que compartir espacio con Oliver. Mis padres me han discutido mi actitud según ellos infantil por no querer asistir al cierre de etapa escolar pero les he puesto una excusa.
No es del todo mentira que no me encuentro nada bien los últimos días, tengo el estómago revuelto y el cuerpo me pesa demasiado. Me siento deprimida y con unas ganas de llorar inmensas pero mis ojos están secos.
Pienso mucho en el que era mi mejor amigo, en como Oliver no titubeo ni un segundo en creer a Delia, ni si quiera me dejo explicarme y sobretodo me dolió que la idea de que estuviera enamorada de él le horrorizara.
Casi parecía que le hubiese confesado que devoro bebés al anochecer bajo la luna llena, como si que yo lo amara fuera las peor de las torturas. Siempre pensé que me quería aunque solo fuera como amigo pero quizás solo quizás se conformó conmigo como amiga.
Oliver no siempre fue el chico popular en la primaria éramos los dos únicos amigos que teníamos, siempre estábamos juntos y con nuestras hermanas. Soy estupida por no haberme dado cuenta de que se conformó conmigo porque no tenía donde mas elegir.
Cata y Sienna se escogieron pero a nosotros se nos adjudicó al otro hermano sin ni siquiera preguntarnos, desde niños ya éramos amigos no sabíamos lo que era no tener al otro. Duele mucho saber que me marcharé de nuestra ciudad dejando aquí no solo a mi familia si no también a lo que a llenado de sentido mi vida.
Oliver Anderson a sido a lo largo de mis dieciocho años de vida mi amigo, mi compañero de aventuras el que me ha echo reír a carcajadas y a sido mi hombro en el que llorar cuando lo he necesitado.
Solo el que tiene un mejor amigo sabe lo que es poder contar con una persona incondicionalmente, siempre está ahí.
El agujero negro que a dejado Oliver en mi corazón no planea irse a corto plazo, aprenderé a vivir con el porque tristemente es lo único que me queda de él.
Llaman a la puerta y como llevo repitiendo los últimos días le digo a mamá que no estoy de humor y le pido que se marche.
-Me a llamado Angie, literalmente ha pedido una reunión de emergencia.
-¿Hay algo que deba saber antes de verme con ella?Angie lo sabe... ella siempre a sido las más atenta de las dos familias, tiene un don para saber cuando nos estamos hundiendo. Santo cielo llevo años sabiendo que ella debe estar al tanto de mis sentimientos hacia su hijo menor.
No hace mucho me hizo un comentario sobre cómo preferiría que su hijo estuviera con un tipo de chica más parecido al mío, que le habría encantado que no fuéramos solo mejores amigos.
Dios debe haberse olido que hace días que no voy a su casa o que su hijo no viene a la mía, antes visitar a los Anderson era como ir a un segundo hogar, solo de pensar en estar en la misma habitación que Oliver me provoca una arcada que me hace ir corriendo al baño.
Llevo días devolviendo todos los alimentos que entran en mi ser, miro mi reflejo en el espejo. Ojos hundidos, ojeras a mas no poder y la tez más blanca que he tenido jamás. No hay ni rastro de la sonriente Lila de siempre, esa que no tenía miedo del exterior que estaba dispuesta a arriesgar su último cartucho para conseguir ser amada.
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Quizás un nosotros
Roman d'amourMejor amigos desde siempre. Oliver Anderson es un chico popular, guitarrista y cantante de una banda la cual está apunto de comenzar su gira por Europa. Su mayor inspiración su novia Delia. Lila Thomas la chica despistada, creativa que siempre sueña...