-¿Qué demonios hacíais en una reunión de alcohólicos anónimos?
Piensa Lila, piensa.
Usa tu cerebro para algo más que soñar despierta por una vez en la vida.
Miro a Oliver el cual está completamente colorado a causa de la vergüenza, no está listo para contar su verdad.
-He tenido una mala racha últimamente...
Comienzo a hablar dispuesta a fingir que soy yo al que está sufriendo un problema de adicciones porque haría cualquier cosa por proteger a mi chico de ojos color miel, saltaría a un lago lleno de cocodrilos si él estuviera atrapado en el.
Veo la cara de mi madre palidecer, se aferra al brazo de su amiga para no caer al suelo. No puede creerlo, totalmente comprensible porque desde que tengo a Violet me he vuelto una musaraña y pocas veces he salido en sociedad así que sé que debo añadir más detalles a la historia, si quiere que me crea.
-Tener a Violet sola a veces es duro....
Quiero seguir hablando pero Oliver me sujeta el brazo con su mano, está helado y tembloroso. Lo miro esperando que lea en mi mirada que no debe hacerlo que yo le cubriré las espaldas como tantas veces hemos hecho el uno por el otro.
-Gracias solecito, pero es hora de que sepan la verdad.
Después de eso decidimos que es mejor que nos traslademos a la casa de los Anderson porque ha empezado a difundirse el vídeo de Oliver en la reunión y ya hay varios fans que han venido en su búsqueda.
El trayecto en coche con las dos mujeres que nos dieron la vida es demasiado incómodo, las escucho susurrar y sé que mi madre no ha terminado de tragarse mi mentira, nunca he sido una gran mentirosa.
Bueno, menos en la paternidad de mi hija.
Una vez sentados todos en la mesa familiar, padres incluidos que han sido llamados durante el camino a casa y hermanas casadas a través de videollamada, nadie parece dispuesto a hablar.
-De verdad lo siento mucho, estoy intentando superarlo.... *comienzo a hablar*
-Lila cielo, deja de encubrirlo sabemos que tú no eres la del problema. *dice Angie*
Avergonzada agachó la cabeza pero aún así entrelazó mis dedos con los de Oliver por debajo de la mesa, muy a mi pesar es hora de que mi mejor amigo hable.
Comienza contándole a su madre cómo se ha sentido estos años, luego habla del mundo de la noche y como le hacía sentir ser un niño de dieciocho años en un mundo tan adulto.
Catalina es un mar de lágrimas cuando Oliver confiesa en voz alta que es un adicto pero que está en tratamiento, Siena la consuela igual que yo aprieto un poco más la mano de Oliver para que darle ánimos.
-Todo a sido gracias a Lila, ella me ha ayudado muchísimo.
Todos me miran, para este momento todos somos un mar de lágrimas incluido el señor Anderson que ha abandonado la conversación para irse a fumar un cigarrillo al jardín.
-Todo a sido gracias a ti mismo Oliver.
Me da un beso en la mejilla y en toda esta tristeza en la que estamos sumidos se escampa un poco porque puedo ver como la mirada de mi madre se ilumina y a Angie se le dibuja una pequeña sonrisa en la cara.
-¿Eso ha sido un beso en la mejilla?
+Desde este ángulo no veo muy bien.
Mi hermana habla a través de la tablet que está situada al final de la mesa junto a mi conmocionado padre, no sé si le ha impactado más la noticia de Oliver o que ya no nos odiemos.
-Si lo ha sido cielo. *dice Angie*
Segundos después tenemos a nuestras madres acribillándonos a preguntas, dándonos abrazos y siendo felices por nuestra nueva amistad.
La noticia de Oliver sigue ahí, lo noto en la mirada de Angie en la cual se ve el dolor de una madre preocupada por su pequeño, pero han decidido aferrarse a la felicidad que les provoca que estos dos viejos amigos vuelvan a serlo de nuevo.
No me olvido que tengo una conversación pendiente con este hombre.
De vuelta a casa nerviosa le pido a Oliver que sea él quien conduzca, me tiemblan demasiado las manos. Quedan un par de horas hasta que tengamos que ir a buscar a Vi a la escuela así que este debe ser el momento para hablar las cosas.
Con nuestro torbellino rubio poco podremos hablar.
Cruzamos la puerta de la casa y ojalá poder decir que sucedió pero no sé si fue el cúmulo de emociones juntas o el hecho de saber que por fin nos habíamos recuperado el uno al otro. Pero de repente me encuentro a mi misma cogiendo de la cara a Oliver y estampando mi boca contra la suya, al principio es extraño como cuando llevas meses a dieta y vuelves a comerte un chocolate. Primero es extraño porque no recordabas cómo se sentía pero rápido vuelvo a sentir esas cosquillitas que siempre me provoco estar enamorada de este hombre, estaban dormidas bajo mi piel esperando de nuevo salir a la superficie.
Me separo de él para coger aire, pego mi frente contra la suya.
-Deberíamos hablar.... *digo*
-Ya lo haremos más tarde, tenemos tiempo de sobra.
Oliver me alza para que mis piernas rodeen su cintura y vuelve a besarme, busco su lengua con la mía casi devorando al hombre que me sostiene camino a mi habitación.
No hay nada dulce en nuestros besos, son besos cargados de deseo, de años reprimidos...
Oliver me deja sobre la cama delicadamente, rápido empezamos a quitarnos la ropa, mentiría si no dijera que me siento bastante insegura con que me vea desnuda.
La última vez que me vio mi abdomen era más plano y no tenía estos muslos pero por la forma que hay en sus bóxer puedo ver que no le importa lo más mínimo mi subida de peso.
Me quita el sujetador hábilmente y rápido se mete uno de mis pecho es la boca, ahogo un gemido que seme quiere escapar de entre los labios.
Oli se ríe mientras deja un caminito de besos por mi torso hasta llegar a mis braguitas, no son para nada unas bragas sexys pero cuando eres madre con suerte consigues vestirte por completo y llegar a tiempo a dejar a tu criatura en el colegio.
-¿Estas segura de esto solecito?
Me río.
-Creo que nunca he estado más segura de algo en mi vida.
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Quizás un nosotros
RomanceMejor amigos desde siempre. Oliver Anderson es un chico popular, guitarrista y cantante de una banda la cual está apunto de comenzar su gira por Europa. Su mayor inspiración su novia Delia. Lila Thomas la chica despistada, creativa que siempre sueña...
