.2024.

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Te escribo esta carta Oliver...

Por desgracia la primera de muchas.

No sé muy bien cómo empezar esto así que tan solo voy a escribir en este trozo de papel mis pensamientos y como he vivido estos últimos días.

Bueno debo felicitarte supongo.

Has sido padre de una niña preciosa que a pesado tres kilos y medio. Me ha costado ocho horas tenerla pero ahora ya está conmigo aquí fuera en el mundo exterior, es extraño no sentirla dentro de mí pero me alegra mucho poder verle ya la carita.

Temía que fuera demasiado parecida a ti, la gente de nuestra familia podría atar cabos y descubrir que la pequeña es tuya también y eso sí que habría sido el fin.

Odio pensar en ti de este modo pero se que estaremos mejor sin ti, te veo Oliver todos los días en la televisión, las revistas y sobretodo en mi memoria y por mucho que extrañe a mi amigo sé que ahora mismo tú no me extrañas a mí.

Mentiría si no te contara que los primeros meses esperé una llamada, luego esperé un mensaje y al final solo me conformaba con saber que habías preguntado por mí a tu madre en una de tus llamadas pero cuando pregunté a Angie me dijo que suele evitar el tema.

No hablo mucho con tu madre de ti porque siempre termina preguntando que nos pasó y es otra de las cosas que no pienso revelar jamás.

Porque si cuento eso terminaré contando también que Violet es tu hija y no la de un chico cualquiera del instituto con el que me acosté.

Voy a contarte como ha sido el momento en el que rompí aguas y te obviaré lo que es sacar a un ser humano por una vagina, hasta yo quiero olvidarme de ello.

Estaba en casa de mis padres con Jeremy, si Jeremy Allen tu amigo del instituto al que tampoco sueles llamar, bueno a lo que iba. Estábamos viendo una comedia absurda en la televisión y sentí literalmente como se me deslizaba por la pierna un líquido caliente.

Creí que me había meado encima, cuando tienes un bebé presionándote la vejiga estos accidentes suceden más de lo que me gustaría así que me levanté del sofá súper avergonzada.

Jeremy empezó a reírse porque ya sabes cómo es, se toma todo a broma pero yo quise morirme de la vergüenza segundos después me morí pero de dolor al notar la primera contracción.

Entre en pánico, si no hubiera sido por Jer abría dado a luz en el suelo del salón, rápido me guió hasta el coche y cogió la bolsa de la niña para el hospital.

Tengo todo bastante confuso en la mente, te pido perdón de ante mano por no poder contarte todo con claridad ya sabes que soy bastante despistada, como te iba contando me subí al coche y llegué a la clínica bastante rápido.

Jer había avisado a mamá que estaba en tu casa merendando con tu madre, las dos llegaron poco después justo cuando yo ya había ingresado. El pobre Jeremy suspiro de tranquilidad cuando mi madre lo remplazó, tenía la mano violeta cuando se la solté.

Aún así no me dejó ni un momento.

Me habría encantado que tú estuvieras allí Oliver, que me cantaras una de tus canciones al oído para calmarme, que me sostuvieras la mano igual que hiciste en varias ocasiones a lo largo de mi vida.

Necesitaba a mi otra mitad pero tú no estabas.

Tu estabas de gira y no sé si alguien de mi familia o de la tuya te avisó del echo de que estaba embarazada pero aún así tú nunca llamaste.

Mucho sufrimiento después di a luz a Violet, su nombre viene de tu canción ultravioleta que siempre fue mi favorita como ya sabes.

Jeremy entró conmigo al paritorio, mamá estaba demasiado nerviosa y Sie no podía ver tanta sangre después de lo sucedido durante su infancia así que solo quedó el pobre pelirrojo.

Después de que Jer me acompañara algunos miembros de la familia creían que era el padre de Vi pero lo desmentí porque eso no era justo. No quería que creyeran que se había desentendido en su papel de padre porque él había estado junto a mí durante mi embarazo. Cumpliéndome todos mis caprichos.

Jeremy fue mi punto en la tierra cuando sentía que las fuerzas no me daban para más, hizo muy bien el papel de acompañante o eso le dijo una enferma una vez había cortado el cordón umbilical de Violet.

Lloré mucho.

Lloré la llegada de mi niña al mundo.

Lloré al verla tan pequeña y tan vulnerable en mis brazos.

Pero sobretodo lloré tu ausencia.

Cuando te imaginas que vas a ser madre te imaginas a la persona que amas a tu lado durante todo el proceso pero cuando te ves sola con tu hijo en los brazos el castillo de naipes comienza a desmoronarse.

Te cuento todo esto en una carta porque es lo que me ha recomendado mi psicólogo post parto, estaba bastante asustada y paranoica y en la clínica me recomendaron buscar ayuda.

Solo soy una chica de diecinueve años que acaba de ser madre, todo es demasiado nuevo para mí pero sé que podré con ello, porque ella me da la fuerza.

Cuando la miro te veo un poco a ti pero también me veo a mí en ella, es rubia al igual que yo y eso me recuerda al sol y a tu tonto mote que tanto extraño oír. 

Haría que la Lila de doce años se tragara sus palabras cuando decía que le horrorizaba que le llamaras así porque no era cierto, me gustaba sentirme especial.

Nuestra hija ya es especial porque tiene la combinación perfecta de la conexión Lilol, todavía no lo sabes pero eres padre de la persona más maravillosa del mundo porque a conseguido que toda nuestra familia babee por ella.

Hasta tu madre a empezado a tejerle ropa, por no hablar de nuestras hermanas que ya discuten por ver quién será la tía favorita de esa niña.

Bueno Oliver me despido.

Cambio y corto.

Atentamente la que fue tu mejor amiga.

Lila Thompson

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