Oliver introduce uno de sus dedos por mi humedad mientras me devora la boca, arqueo mi cuerpo buscando más profundidad.
-Dios solecito, no sabes cuantas ganas tenía de esto.
Si le dijera todas las noches que pasé pensando en las veces que hicimos el amor me moriría de vergüenza así que para contener mi lengua vuelvo a besarlo.
-Hazlo.
Oliver me sonríe y me mira como una pantera mira a su presa en medio de la selva y yo no puedo sentirme más segura que en estos momentos. Debería protegerme un poco pero con este hombre siempre me siento cuidada, es extraño pero una parte de mi vuelve a ser esa chica que era atendida siempre por su mejor amigo.
Siempre tuve magdalenas para desayunar...
Siempre recibí un estoy orgulloso de ti cuando enfrentaba un miedo....
Lo noto en el corazón.
El amor que tenía bajo la piel está más presente que nunca y sé que si esta vez sale mal acabará conmigo pero aún así decido nuevamente saltar por el acantilado.
Lo elijo nuevamente.
-¿Qué quieres que haga, solecito?
Me río porque estaba claro que Oliver Anderson iba a hacer que se lo pidiera, y se lo pediría hasta de rodillas si me lo pidiera.
Estoy tan húmeda que sus dedos resbalan con facilidad en mi interior, tengo los pezones empinados esperando el roce con su pecho.
-Entra dentro de mi... por favor Oliver.
-Lo que pida mi chica.
Oliver se separa de mí para buscar algo en mi mesita de noche, no sé cómo sabe que ahí guardo preservativos pero lo sabe.
Será mejor que lo usemos no vayamos a darle una hermano a Violet cuando todavía estoy aprendiendo a cuidarla a ella.
Entra en mi de una estocada decidida, ahogo un gemido y rápido busco su boca porque soy adicta su sabor.
Oliver me susurra cumplidos en el oído mientras me da estocadas, enrollo las piernas en su cintura buscando sentirlo lo más dentro posible.
Se ciñe tan bien a mi cuerpo que hasta me asusta pero entre besos, comentarios y caricias llegamos los dos al clímax.
A regañadientes para mí Oliver sale de mi interior y se tumba junto a mí en la cama, nuestros pechos suben y bajan a causa del esfuerzo. Tengo una tonta sonrisa dibujada en la cara cuando me doy la vuelta para mirarlo.
Tiene los ojos cerrados pero busca mi mano para entrelazar nuestro dedos, se los lleva a su boca y me da un pequeño beso.
Voy a acurrucarme en su pecho cuando mi teléfono empieza a sonar en alguna parte de la habitación y reconozco muy bien el tono.
Es la alarma de emergencia que me avisa de que llego tarde a recoger a mi hija a la escuela.
Me levanto de la cama apresuradamente mientras empiezo a buscar mi ropa esparcida por la cama, Oliver apaga el ruido estridente de la alarma mientras se ríe.
-Vaya no creía que fueras a huir de mí tan rápido.
-Violet.... Tarde.... Escuela....
Oliver me lanza el sujetador y rápido termino de vestirme, voy a salir por la puerta pero reculo para darle un beso corto en los labios.
-Tenemos una charla pendiente. *le digo*
Oliver me sonríe y se vuelve a tumbar en mi cama completamente desnudo, amo a mi hija pero estaría encantada de tener una segunda ronda con su padre.
De vuelta a casa Alexa me llama para que confirme que voy a asistir con Jadson a su fiesta, se ve que su hijo nos a puesto juntos en la lista de invitados.
Mierda.
Jadson.
¿Que voy a hacer con el?
Niña entretenida comiendo frente el televisor me escondo en la cocina.
Oliver no está en casa.
Empiezo a ponerme nerviosa ya que no hemos hablado, quizás se ha arrepentido después del sexo.
Suele pasar, Jer me contó una vez que un compañero del trabajo se acostó con una chica y a la mañana siguiente la hechó de casa. Según él por la noche le gustaba pero por la mañana ya había dejado de gustarle e inclusive se avergonzaba por haberse acostado con ella.
Jer lo llamó capullo y siguió con otro tema pero yo me quedé pensando en eso.
La puerta de la casa se abre cuando estoy llevándome el tenedor a la boca mientras como los restos de macarrones con queso que le he preparado a Violet, hoy no tenía la mente clara como para hacer una comida elaborada.
Oliver entra en casa con una de sus sonrisas, lleva un ramo de margaritas en una mano y en la otra lleva una muñeca regordeta de tela.
-Que aproveche estrellas.
Mi hija se da la vuelta para mirarlo.
-¿Estrellas?
Oliver se ríe y me entrega el ramo de flores, besa mi mejilla antes de dirigirse a Violet.
-Rayito. *besa su cabeza*
+¿Sabías que el sol es una estrella?
Mi hija... Bueno nuestra hija niega con la cabeza mientras mira la muñeca con deseo, está impaciente por pedírsela pero no lo hará porque prefiere escuchar la historia primero.
-Pues lo es y como tu mamá y tu sois lo más cercano al sol que conozco creo que cuando estéis juntas debería llamaros estrellas.
No llores... no llores....
Sonrío como una quinceañera pero no puedo evitar la punzada de dolor, debe saberlo, debo contárselo antes de que esto vaya a más.
-¿Y esa muñeca?
Violet le pregunta tímidamente, tiene las mejillas coloreadas y no la culpa es el efecto Oliver en las chicas da igual que sea niñas o adultas es su encanto natural.
-Se la he traído a mi mejor amiga.
Mi hija me mira pero yo niego con la cabeza porque yo ya no soy la mejor amiga de Oliver, nosotros somos muchísimo más que eso.
-¿Quien es?
Oliver se ríe y le tiende la muñeca a mi hija, los dos se abrazan y veo como Oli le intenta robar macarrones a nuestra hija pero ella se lo impide.
Digna hija de su madre.
Oliver se levanta del sofá y viene hacia mi, le empujo el plato de macarrones por la barra de la cocina pero él niega con la cabeza.
Me acorrala contra la encimera y me da un beso hambriento en la boca, noto como los nervios disminuyen.
No se arrepiente.
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Quizás un nosotros
RomanceMejor amigos desde siempre. Oliver Anderson es un chico popular, guitarrista y cantante de una banda la cual está apunto de comenzar su gira por Europa. Su mayor inspiración su novia Delia. Lila Thomas la chica despistada, creativa que siempre sueña...
