𝓐𝓵𝓸𝓷𝓮
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❝ Termina lo que empezaste.
La soledad siempre fue su mejor compañia.
Alana es una joven cientifica, atrapada en
las instalaciones de CRUEL. Su existencia
se reduce a una sola tarea: monitorear el
sujet...
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10 | Errores siempre regresan
EL ESTRUENDO DE LAS EXPLOSIONES reverberaba en el aire, y el edificio comenzó a tambalearse bajo la presión de la destrucción que lo consumía. Alana sintió un nudo en el estómago mientras observaba las llamas lamer los escombros, todo su ser centrado en un único pensamiento: Thomas.
— ¡No podemos quedarnos aquí! — gritó Jorge, su voz apenas audible por encima del rugido del colapso inminente.
Jorge jaló a Alana del brazo, obligándola a moverse, pero Alana seguía mirando hacia el caos, con la esperanza desesperada de ver a Thomas emerger de entre los escombros.
— ¡Thomas! — gritó Newt, su voz quebrada por la angustia. Sus ojos buscaron frenéticamente entre los restos, pero no había señal de su amigo. Solo el fuego y el humo respondieron a sus llamados.
La estructura crujió con un gemido aterrador, y un nuevo estallido hizo temblar el suelo bajo sus pies. Los trozos de concreto y metal caían a su alrededor como lluvia mortal.
Newt dio un paso hacia el borde, como si fuera a lanzarse de nuevo al abismo para buscar a Thomas, pero una mano firme lo detuvo.
— No podemos hacer nada por él si morimos aquí — dijo Jorge, su tono duro, pero sus ojos reflejaban la misma desesperación. — Su amigo estará bien, Brenda conoce más de una salida de ese condenado lugar.
Alana finalmente se apartó de los escombros, su cuerpo temblando mientras la realidad se asentaba en su mente. Con un último vistazo hacia el edificio en llamas, donde probablemente Thomas y Brenda seguían atrapados, sintió una mezcla de impotencia y culpa, un dolor que la atravesaba profundamente. Pero sabía que no había otra opción.
— Tenemos que irnos — murmuró, su voz apenas un susurro. Newt la miró, su expresión devastada, pero asintió lentamente.
Con el corazón pesado, el grupo comenzó a alejarse a toda prisa, siguiendo a Jorge por el camino más seguro que podía encontrar entre los restos del edificio.
Minho se aseguraba de que nadie se quedara atrás, mientras Sartén y Aris mantenían la vista al frente, listos para cualquier peligro que pudiese surgir.
El ruido de las explosiones y el derrumbe se desvanecía a sus espaldas, pero el peso de la incertidumbre y la pérdida los seguía como una sombra. Newt caminaba en silencio, sus manos crispadas en puños a los costados, y Alana sentía la creciente desesperación de no haber podido hacer más por Thomas.
