𝓐𝓵𝓸𝓷𝓮
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❝ Termina lo que empezaste.
La soledad siempre fue su mejor compañia.
Alana es una joven cientifica, atrapada en
las instalaciones de CRUEL. Su existencia
se reduce a una sola tarea: monitorear el
sujet...
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. . . ❪ XII, ❜❜ :tulip: ੭ ⁾⁾ ╰─────────── • ·
12 | Todo comenzó por él.
LA CAMIONETA AVANZABA por el camino polvoriento, sacudiéndose con cada bache que encontraba. Sonya iba en la parte delantera, hablando con un tono firme pero relajado mientras mantenía su mirada fija en el camino. Junto a ella, un hombre de rostro serio se concentraba en conducir, mientras Aris, sentado detrás de ellos, escuchaba atentamente a Sonya.
La conversación entre ellos fluyó hacia la historia de cómo habían sobrevivido en su propio laberinto, con Sarten y Minho llenándolos de preguntas curiosas.
En la parte trasera, donde el espacio era más reducido, Alana estaba sentada junto a Newt. Sus pensamientos vagaban lejos de las risas y las voces que resonaban en la camioneta.
El eco de lo que había visto antes aún la perseguía: las visiones de Chuck, de Janson, y de Newt, distorsionados por esa extraña bebida que había tomado. Se sentía atrapada en una espiral de culpa y confusión.
Newt, por su parte, escuchaba la conversación delantera con más atención, su ceño fruncido mientras procesaba lo que Sonya estaba diciendo. Había algo que no encajaba, un detalle que le daba vueltas en la cabeza.
Finalmente, cuando Sonya mencionó que en su laberinto solo hubo un chico; Aris, la pieza faltante cayó en su lugar. En su propio laberinto, habían sido dos chicas, y Alana había sido enviada antes.
El rubio giró su cabeza hacia Alana, quien seguía mirando hacia la ventana con la mirada perdida. Parecía completamente ajena a lo que ocurría a su alrededor.
Entonces, de repente, como si sus pensamientos finalmente hubieran encontrado una salida, Alana habló en un susurro que rompió la barrera del silencio que la rodeaba.
— Creo que nunca debí haber entrado al laberinto — murmuró, sus palabras cargadas de un peso que hizo eco en el espacio entre ellos.
Newt, sin dudarlo, tomó su mano, apretándola con una suavidad que intentaba reconfortarla, pero antes de que pudiera decir algo en respuesta, la camioneta se detuvo bruscamente, sacudiendo a todos en su interior.
Sonya, desde el frente, se giró para mirar hacia atrás. — Hemos llegado — anunció con voz firme, mientras el motor de la camioneta se apagaba con un último ronroneo.
Todos comenzaron a descender de la camioneta, estirándose después del largo trayecto. Alana soltó la mano de Newt y bajó sin decir palabra, sus pensamientos aún un remolino de emociones. Cuando sus pies tocaron el suelo, alzó la vista para observar su entorno.
