𝓐𝓵𝓸𝓷𝓮
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❝ Termina lo que empezaste.
La soledad siempre fue su mejor compañia.
Alana es una joven cientifica, atrapada en
las instalaciones de CRUEL. Su existencia
se reduce a una sola tarea: monitorear el
sujet...
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. . . ❪ IX, ❜❜ :tulip: ੭ ⁾⁾ ╰─────────── • ·
9 | Canción
LOS CHICOS HABÍAN SIDO llevados a una sala apartada, oscura y fría, donde los colgaron de los pies, balanceándose peligrosamente sobre un abismo cuyo fondo se perdía en la negrura. El vacío bajo ellos prometía una caída mortal.
Minho, con su usual sarcasmo, miró a Thomas: — Gran plan, Thomas; "Escuchemos lo que tenga que decir". Todo va de maravilla.
Thomas, irritado y desesperado, intentó estirar las manos hacia la soga. — Cierra la boca, Minho. Tal vez pueda alcanzar la cuerda.
En ese momento, la puerta se abrió y Jorge entró con una sonrisa torcida en su rostro. — ¿Disfrutando de la vista? — dijo con un tono burlón.
Thomas lo fulminó con la mirada. — ¿Ahora qué quieres?
Jorge se detuvo justo frente a ellos, sus ojos brillando con una mezcla de malicia e interés. — Esa es la cuestión. Mis hombres quieren venderlos de vuelta a CRUEL. La vida los ha vuelto conformistas, pero yo no soy así... y algo me dice que ustedes tampoco lo son. — Su mirada se posó en Thomas, evaluándolo.
Minho soltó una risa irónica. — ¿Se me subió la sangre a la cabeza o este tipo está diciendo tonterías?
Antes de que Thomas pudiera responder, Alana habló, su voz firme y decidida. — Ya cállense, solo escuchemos lo que tiene que decir.
Jorge levantó una ceja, sorprendido. — Tú me agradas, — dijo señalándola con su bastón. — Pensaré qué hacer contigo al final. Me gusta tu actitud — añadió — Ahora, díganme, fugitivos, ¿qué saben sobre el Brazo Derecho?
Newt, tratando de mantener la calma, replicó: — ¿No que eran fantasmas?
Jorge se encogió de hombros, su expresión se tornó más seria. — Yo creo en fantasmas... Especialmente cuando los oigo hablar por las ondas de radio. — Se acercó lentamente a una palanca cercana. — Díganme lo que saben, y podríamos hacer un trato.
Thomas intentó mentir, pero su voz lo traicionó. — No... No sabemos mucho...
Con una sonrisa cruel, Jorge tiró de la palanca, haciendo que los chicos descendieran bruscamente, provocando el pánico entre ellos.
— ¡Está bien! ¡De acuerdo! — gritó Thomas. —. Se ocultan en las montañas. Atacaron a CRUEL y tienen a varios jóvenes, eso es todo lo que sabemos.
Jorge se quedó en silencio, evaluando la información, cuando otro hombre entró en la sala.
— Jorge, ¿qué está pasando? — preguntó el recién llegado.
Jorge no apartó la vista de los chicos. — Mis amigos y yo solo estamos... conociéndonos — dijo con un tono despreocupado.
Thomas, luchando contra el miedo, intentó razonar con él. — Oye, espera... ¿No nos vas a ayudar?
