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❪ 23, ❜❜ :tulip: ੭ ⁾⁾
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23 | ¿Somos monstruos?

ALANA SE DESPERTÓ pronto, sentada frente a las grandes puertas del laberinto. El amanecer teñía el cielo con tonos de rosa y naranja, mientras los primeros rayos del sol comenzaban a iluminar el Claro.

Las sombras se alargaban y el rocío matutino brillaba como pequeños diamantes sobre la hierba. Las enormes puertas del laberinto, aún cerradas, se alzaban imponentes frente a ella, emanando una sensación de misterio y peligro.

El ruido de los mecanismos internos resonó suavemente, y las puertas comenzaron a abrirse lentamente, revelando el oscuro y enrevesado pasillo que llevaban a lo desconocido. Los corredores empezaron a pasar a su lado, listos para enfrentar otro día de exploración y supervivencia. Ben pasó corriendo con determinación, seguido de otros corredores que saludaban brevemente a Alana mientras avanzaban.

El líder de los corredores, Minho, estaba a punto de entrar cuando se detuvo y miró a Alana. — ¿Te sucede algo, larcha? — preguntó, inclinándose un poco para mirarla más de cerca. — Te ves horrible el día de hoy.

Alana lo miró, su rostro mostraba un miedo profundo. Estaba más pálida de lo normal y sus ojos parecían vacíos. Minho notó la preocupación en su expresión.

Uno de los corredores gritó el nombre de Minho, apremiándolo. — Cuídate, hablaremos más tarde — dijo Minho antes de desaparecer por el pasillo, dejando a Alana sola con sus pensamientos.

Alana miró el gran pasillo del laberinto, sintiendo una mezcla de miedo y fascinación. De repente, escuchó el sonido de un cincel golpeando un muro cercano. Giró la cabeza y vio a Alby y Thomas, quien acababa de terminar de grabar su nombre en la pared. Ambos la miraron, pero Alby fue el primero en reaccionar. Palmeó el hombro de Thomas antes de que este se retirara, observando a Alana mientras se alejaba.

Alby se acercó a Alana, todavía sosteniendo el cincel en su mano. — Madrugaste el día de hoy — comentó, deteniéndose al notar la apariencia de la chica. — ¿Sucede algo?

Alana lo miró, sus ojos reflejaban el tumulto de emociones dentro de ella. Negó con la cabeza y volvió a mirar el pasillo del laberinto.

Alby se sentó a su lado, jugueteando con el cincel. — Veo que aún no has escrito tu nombre en el muro — dijo, tratando de romper el silencio incómodo.

Alana seguía mirando el pasillo, su mente perdida en pensamientos oscuros. — Aun no estoy lista — respondió finalmente, su voz apenas audible.

Alby la observó con atención, sintiendo que algo grave la estaba afectando. — Eres uno de nosotros, Alana — dijo, su voz llena de sinceridad.

Alana asintió débilmente, pero no dijo nada más. El peso de la nota seguía aplastándola, y aunque apreciaba la preocupación de Alby, sabía que no podía compartir sus temores tan fácilmente. Sus pensamientos volvieron a la traición que mencionaba la nota, y una sensación de desconfianza la invadió. No sabía en quién podía confiar, y eso la hacía sentir más sola que nunca.

𓂃࣪𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐳𝐞 𝐑𝐮𝐧𝐧𝐞𝐫 |  Alone 𓏲ּ  NewtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora