III

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❪ III, ❜❜ :tulip: ੭ ⁾⁾
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3 | Aris

NEWT APRETABA SUS puños con fuerza, sus nudillos blanqueando mientras observaba con atención cómo los guardias escoltaban a Alana hacia su nueva habitación. Sus ojos seguían cada movimiento, una mezcla de frustración y preocupación ardiendo en su interior. Alana estaba del otro lado del pasillo, rodeada por los guardias, mientras uno de ellos hablaba con firmeza.

— Tenemos reglas — anunció el guardia con voz autoritaria —. Ella estará en otra habitación.

— ¡Por Dios, hemos estado con ella por dos años! — exclamó Minho, su voz cargada de incredulidad y desafío.

Newt dio un paso hacia adelante, dispuesto a protestar, pero se detuvo cuando vio acercarse a aquel chico rubio, Stephen, quien parecía tener cierta autoridad en el lugar. Alana giró levemente su cabeza, sus ojos encontrando los de Newt por un breve instante.

— Estaré bien — dijo Alana, intentando tranquilizarlo, pero su voz sonaba vacilante, como si no estuviera segura de sus propias palabras.

— Alana, no hablas en serio — respondió Newt, su voz cargada de angustia. No podía creer que ella aceptara tan fácilmente la separación, y mucho menos bajo estas circunstancias.

Stephen, que ya había llegado hasta ellos, levantó una mano, interrumpiendo la tensión creciente.

— Ella estará bien — dijo con una calma que sólo enfureció más a Newt — No olviden que están lejos de CRUEL.

— Qué bueno escuchar eso... — murmuró Sartén, su voz baja mientras buscaba el nombre del chico — Stephen, ¿verdad?

Stephen asintió, y sin previo aviso, colocó una mano en el hombro de Alana, inclinándose ligeramente para susurrarle algo al oído. Alana asintió levemente, pero cuando levantó la vista, sus ojos se encontraron de nuevo con los de Newt. La intensidad en su mirada era inconfundible, una mezcla de miedo y algo más profundo que no podía expresar con palabras.

Newt sintió un nudo formarse en su estómago mientras observaba cómo Alana comenzaba a caminar hacia la habitación asignada. No podía sacudirse la sensación de que algo estaba terriblemente mal. Los demás observaban en silencio, la tensión palpable en el aire, mientras la puerta se cerraba con un ominoso clic detrás de ellos, dejando a Newt con sus pensamientos, apretando los puños con más fuerza, tratando de controlar la tormenta que rugía en su interior.

Los chicos estaban acomodándose en las literas de la nueva habitación, tratando de hacer lo mejor de la situación. El ambiente estaba más relajado, a pesar de la preocupación por Alana y Teresa. Sartén, decidido a asegurar su lugar, se adelantó hacia una de las literas.

𓂃࣪𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐳𝐞 𝐑𝐮𝐧𝐧𝐞𝐫 |  Alone 𓏲ּ  NewtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora