𝓐𝓵𝓸𝓷𝓮
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❝ Termina lo que empezaste.
La soledad siempre fue su mejor compañia.
Alana es una joven cientifica, atrapada en
las instalaciones de CRUEL. Su existencia
se reduce a una sola tarea: monitorear el
sujet...
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. . . ❪ 30, ❜❜ :tulip: ੭ ⁾⁾ ╰─────────── • ·
30 |No eres una de nosotros
EL VIENTO SOPLABA suavemente entre los árboles, llevando consigo el susurro de hojas caídas. Alana se encontraba sola, sentada en un rincón apartado del claro, con la nota arrugada entre sus dedos. Sus ojos repasaban una y otra vez las palabras escritas con una caligrafía que le resultaba extrañamente familiar.
El traidor está cerca. CRUEL no olvida.
Su corazón latía con fuerza, un eco constante de la incertidumbre que se había apoderado de su mente. ¿Quién era el traidor? ¿Cómo podría saberlo? Las palabras de la nota giraban en su cabeza como un mantra, y cada vez que cerraba los ojos, la sombra de la duda se hacía más grande, más oscura. Alana se sentía asustada, atrapada entre el miedo a la traición y la desesperación por no saber en quién confiar.
Los gritos distantes de los chicos en el claro no lograban distraerla de sus pensamientos. Su mundo se reducía a esa pequeña hoja de papel y las implicaciones que cargaba.
Fue entonces cuando sintió una presencia a su lado. Newt se había acercado en silencio, como si supiera que la encontraría en ese estado. Sin decir una palabra, se sentó junto a ella, su mirada fija en el horizonte.
— ¿Estas bien? — dijo Newt finalmente, rompiendo el silencio con una voz suave pero firme.
Alana no respondió de inmediato. Sus ojos seguían clavados en la nota, como si la respuesta a todas sus preguntas pudiera surgir mágicamente de las letras impresas.
— No sé en quién confiar, Newt — susurró finalmente, su voz temblando ligeramente —. Si hay un traidor entre nosotros, ¿cómo podré saber quién es? ¿Y si ya hemos sido engañados?
Newt tomó la mano de Alana, obligándola a mirarlo a los ojos.
— El traidor no está aquí, Alana. No entre nosotros — dijo, su voz cargada de convicción—. El verdadero traidor está allá afuera, entre las personas que nos enviaron aquí, quienes nos están utilizando como piezas en su juego enfermo.
Alana lo miró, dudando. ¿Podría ser cierto? ¿Y si todo lo que habían vivido, todas las muertes, habían sido orquestadas por manos invisibles que tiraban de los hilos?
— Debemos descubrir la verdad, Alana. Y la única forma de hacerlo es estando juntos, confiando el uno en el otro. Cuando Thomas recuerde, cuando finalmente entienda lo que está pasando, sabremos quién es el verdadero enemigo. Pero necesito que vengas conmigo, necesito que me ayudes a llegar hasta el final de esto — continuó Newt, apretando ligeramente su mano.
Alana cerró los ojos por un momento, tratando de calmar el torbellino en su interior. Las palabras de Newt resonaban en su mente, llenándola de una nueva determinación.
