XV

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15 | CRUEL



EL ESTRIDENTE SONIDO de un claxon hizo que todos volvieran la cabeza. Una camioneta apareció a toda velocidad, esquivando los disparos de los guardias hasta que chocó contra uno de los helicópteros. La colisión produjo una explosión que sembró caos entre las filas de los guardias.

Jorge saltó de la camioneta, riendo a carcajadas, mientras disparaba a los guardias que se acercaban a él. Muchos comenzaron a huir en desorden, dejando el campo de batalla en una mezcla de humo y confusión.

— ¡Sáquenla! — ordenó Janson, mientras los guardias tomaban a Ava y Teresa, llevándolas con rapidez lejos del campo de batalla.

Los chicos comenzaron a soltarse de sus ataduras y a luchar contra los guardias. Dos de ellos se dirigieron hacia Thomas, pero antes de que pudieran llegar, un grito retumbó por el caos.

— ¡Quietos! — exclamó un desconocido con autoridad.

Thomas, con desesperación, gritó: — ¡Todos al suelo! — y lanzó la bomba hacia los guardias. Los chicos se tiraron al suelo, y Thomas presionó el detonador, provocando una gran explosión.

Apenas se recuperaba del impacto, Janson se abalanzó sobre Thomas, golpeándolo con fuerza. A través del humo, el cuerpo de Janson sintió un peso extra; Alana se había subido sobre él.

Thomas, jadeando, trataba de recuperar el aliento mientras Janson caía sobre Alana, el peso del hombre aplastándola. Janson, con una mano, tomó el cuello de Alana y apuntó su arma hacia Thomas.

— Qué desperdicio — murmuró Janson, con frialdad en su voz.

A punto de apretar el gatillo, un disparo impactó en el brazo de Janson, haciendo que el arma cayera de su mano. Alana gritó con desesperación: — ¡Corre, Thomas!

Thomas estaba a punto de ir en su ayuda cuando otro disparo lo obligó a retroceder. Alana, tambaleándose, intentó levantarse, tosiendo por el polvo y el humo. Miró a su alrededor y vio a Janson intentando levantarse, aún con el arma en mano. Más disparos resonaron alrededor de Alana, creando un caos generalizado.

Aprovechando la distracción, Alana comenzó a correr, esquivando a los guardias y el caos que se desataba a su alrededor.

Alana se movía entre el caos, el grito de su nombre mezclándose con el estruendo de disparos y explosiones. Su corazón latía con una rapidez frenética mientras atravesaba el humo denso, sus ojos buscando desesperadamente a Newt.

— ¡Newt! ¡Newt!

El humo y el polvo creaban una cortina impenetrable, distorsionando su visión y su sentido de orientación. Cuando finalmente se detuvo, creyó escuchar su nombre nuevamente. Con la esperanza encendida, giró sobre sus talones, solo para encontrarse con Stephan avanzando hacia ella, el arma en mano.

𓂃࣪𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐳𝐞 𝐑𝐮𝐧𝐧𝐞𝐫 |  Alone 𓏲ּ  NewtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora