𝓐𝓵𝓸𝓷𝓮
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❝ Termina lo que empezaste.
La soledad siempre fue su mejor compañia.
Alana es una joven cientifica, atrapada en
las instalaciones de CRUEL. Su existencia
se reduce a una sola tarea: monitorear el
sujet...
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25 | La última de todos.
EL CIELO COMENZABA a clarear, arrastrando los últimos vestigios de la noche mientras la luz dorada se filtraba a través de las nubes, pintando el horizonte con tonos cálidos.
Los primeros rayos del sol se deslizaron suavemente sobre el laberinto, iluminando las grandes puertas de acero que aún permanecían parcialmente cerradas. Algunos habitantes se habían reunido frente a ellas, observando con una mezcla de esperanza y desesperanza.
Alana se encontraba a una distancia prudente, su mirada fija en las puertas. Newt estaba junto a Chuck pegado a su costado. Gally apareció silenciosamente junto a Alana, ambos compartiendo una tensión palpable en el aire. La atmósfera era densa, cargada con la ansiedad de esperar lo desconocido.
De repente, la tierra comenzó a temblar suavemente bajo sus pies, y un chirrido metálico resonó en el aire, creciendo en intensidad. Los sonidos eran graves y profundos, como si el mismo laberinto estuviera protestando por la apertura de sus puertas.
El estruendo se hizo más fuerte, y las puertas empezaron a abrirse lentamente, revelando el oscuro pasillo que se extendía más allá. Un aliento colectivo de desesperanza pareció llenar el aire, un reconocimiento silencioso de que sus esperanzas podían estar a punto de desvanecerse.
De repente, una figura emergió de la oscuridad, seguida de otras, y el rostro de Alana se iluminó con una mezcla de sorpresa y alivio. Newt palmeó la espalda de Chuck con una expresión de alivio, y el niño gritó con una mezcla de triunfo y emoción: "¡Sí!" La multitud estalló en un rugido de júbilo cuando vieron a Alby, Thomas y Minho avanzar, aunque con signos evidentes de agotamiento.
Alana corrió hacia ellos, junto con otros habitantes que se apresuraron a ayudar. La escena estaba llena de actividad frenética: voces elevadas, pasos apresurados y el sonido de respiraciones entrecortadas llenaban el ambiente. Thomas y Minho estaban exhaustos, sentados en el suelo, con sus rostros pálidos y sudorosos. Alby yacía inconsciente, y varios chicos comenzaron a examinarlo y a prepararlo para que fuera transportado a la enfermería.
Clint se acercó al líder de los corredores, que estaba de pie con una expresión de preocupación. La multitud se agrupó alrededor, sus rostros ansiosos y llenos de preguntas. La atmósfera estaba cargada de expectación mientras se esperaban respuestas sobre lo que había sucedido en el laberinto.
— ¿Qué pasó allá fuera? ¿Cómo lograron regresar?
Guardaron silencio cuando el más pequeño de todos hablo: — ¿Algún penitente?
Thomas, aún jadeante, reunió todas sus fuerzas para hablar. — Sí, vi uno — dijo, su voz rasposa. La multitud contuvo la respiración, colgando de sus palabras.
