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❪ V, ❜❜ :tulip: ੭ ⁾⁾
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5 | No eres tú



ALANA ESTABA ATADA DE PIES y manos, con los ojos vendados. La presión de las cuerdas apretaba sus muñecas hasta casi cortarle la circulación, y el dolor comenzaba a irradiarse por sus brazos. Intentó liberarse una vez más, tirando de las cuerdas con todas sus fuerzas, pero solo logró que las fibras ásperas se hundieran más en su piel, dejando marcas rojas en su carne.

Respiró hondo, tratando de calmarse, agudizando sus sentidos. Los murmullos a su alrededor eran suaves, pero constantes, voces que susurraban con urgencia, palabras que no alcanzaba a distinguir por completo. Algunas frases sueltas llegaban hasta ella, fragmentadas, entrecortadas. "¿Qué hacemos con ella?"... "No podemos confiar..."... "¿Y si es una trampa?"

Alana frunció el ceño bajo la venda, procesando cada palabra que lograba captar. Su mente giraba con rapidez, tratando de encajar las piezas del rompecabezas. ¿Qué había pasado? ¿Cómo es que estaban vivos? Todo se sentía como un torbellino caótico en su cabeza.

Intentó recordar los últimos momentos antes de que la atraparan. El Berg, el caos, Brenda apuntándola con el arma, las miradas cargadas de desconfianza... Y luego, todo se volvió borroso. Había algo en las palabras de Brenda, en la tensión en el aire, que le decía que no había sido un simple secuestro. ¿Acaso la habían llevado allí para interrogarla?

Movió la cabeza, escuchando atentamente, tratando de percibir alguna pista sobre dónde se encontraba. El aire era denso y olía a metal oxidado y humedad, como si estuvieran en algún lugar subterráneo o cerrado. Podía oír un leve zumbido de maquinaria a la distancia, y un goteo constante de agua que resonaba en el silencio. ¿Estaban en una base? ¿En algún escondite?

Los pasos se acercaban, resonando con firmeza sobre el suelo de metal. Alana, con la venda todavía cubriendo sus ojos, podía sentir la tensión en el aire. El silencio que se formó a su alrededor fue roto por una voz dura y cortante.

— ¿Para quién trabajas, Alana? — demandó la voz, con un tono tan áspero que casi la hizo estremecer.

Ella apretó los labios, resistiéndose a responder. Su corazón latía con fuerza, pero se obligó a mantener una expresión neutra, sin mostrar el torbellino de emociones que se arremolinaban en su interior. Respiró hondo, buscando fuerzas en su silencio.

— ¿No vas a decir nada? — insistió otra voz, esta vez más baja pero igualmente firme. No era de alguien dispuesto a esperar.

Alana apretó los puños, el dolor en sus muñecas aumentaba con cada movimiento, pero aún así no dijo nada. Sentía cómo la rabia comenzaba a hervir dentro de ella. Finalmente, decidió hablar, pero no de la manera que esperaban.

— Ustedes me abandonaron — soltó con una voz cargada de amargura. Había un nudo en su garganta que no podía deshacer. Esa herida, la de haber sido dejada atrás, era profunda y aún dolía.

𓂃࣪𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐳𝐞 𝐑𝐮𝐧𝐧𝐞𝐫 |  Alone 𓏲ּ  NewtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora