𝓐𝓵𝓸𝓷𝓮
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❝ Termina lo que empezaste.
La soledad siempre fue su mejor compañia.
Alana es una joven cientifica, atrapada en
las instalaciones de CRUEL. Su existencia
se reduce a una sola tarea: monitorear el
sujet...
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. . . ❪ X, ❜❜ :tulip: ੭ ⁾⁾ ╰─────────── • ·
10 | NO ME PERDERÁS
NEWT ESTABA SENTANDO AL BORDE de la azotea, su figura silueteada contra el cielo oscuro, perdido en sus pensamientos. Thomas, con una expresión de preocupación y urgencia, fue el primero en irse. Había asuntos que aún debían resolverse con el resto del grupo. Newt lo siguió hasta que llegaron a la entrada del edificio, pero se detuvo cuando sintió una presencia detrás de él.
— Adelántate, quiero estar un rato más aquí — dijo Newt sin volverse a mirar a Thomas. Su tono era bajo pero firme.
Thomas asintió, sabiendo que no había nada que pudiera hacer para cambiar la decisión de Newt, y comenzó a bajar las escaleras. Newt esperó hasta que Thomas se alejó antes de avanzar hacia el otro lado del edificio. Allí, sin mirar hacia atrás, habló en voz baja: — No deseo hablar contigo.
Alana emergió de la habitación, su mente aún procesando lo que había oído. No estaba segura de cómo describir la escena que acababa de presenciar, pero sabía que tenía que enfrentarlo. Antes de que pudiera abrir la boca, Newt ya había comenzado a hablar, sin mirarla: — No tenías por qué escuchar mi conversación con Thomas. Lo que hayas escuchado, olvídalo.
Alana dio un paso adelante, su voz cargada de emoción: — ¿Y a él le dices todo? ¿Qué hay de mí? ¿Qué hay de nosotros?
Newt empezó a avanzar, pero Alana se acercó rápidamente y lo golpeó en la espalda. — ¡Deja de evitarme, Newt!
Newt se giró, su rostro endurecido por la rabia. — ¡Y tú deja de mentirme, maldita mentirosa!
Alana lo golpeó en el pecho, su frustración y dolor manifestándose en cada golpe. Newt, al sentir el contacto, sostuvo la mano de Alana con firmeza. Fue en ese momento que, para ella, todo se detuvo. Al ver las venas en el brazo de Newt, venas que reconocía bien, sus ojos se cristalizaron de inmediato.
— ¿Cómo? — preguntó Alana, su voz temblando mientras movía la otra mano para intentar bajar la manga y ver mejor la herida. Pero Newt la detuvo, su mirada dura.
— Tú ya sabías — dijo Newt, su voz cargada de desdén. — Por eso te quedaste tanto tiempo buscando una maldita cura.
Alana intentó hablar, pero sus palabras se entrecortaron: — No, espera, no es... ¿ tan pronto? — Su mente estaba en caos mientras intentaba comprender la situación.
— No soy tan tonto, Alana — interrumpió Newt — Te he visto crecer desde el laberinto. Ellos me dejaron mis recuerdos el día que yo debía morir, el día que tú...
