𝓐𝓵𝓸𝓷𝓮
✁・・・
❝ Termina lo que empezaste.
La soledad siempre fue su mejor compañia.
Alana es una joven cientifica, atrapada en
las instalaciones de CRUEL. Su existencia
se reduce a una sola tarea: monitorear el
sujet...
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10 | Bienvenida al área
COMENZARON POR LA Caja, que en ese momento permanecía cerrada. Era una puerta doble de metal apoyada contra el suelo, cubierta con una pintura blanca agrietada y oxidada. Alby apuntó hacia abajo señalando las puertas.
— Esta es la Caja. Una vez por mes, recibimos un novato, como tú. Nunca falla. Lo que necesitamos nos lo da la Caja, lo demás depende de nosotros.
No llamó la atención de la joven. Alby meneó la cabeza, esperando recibir preguntas de parte de ella, pero se equivocó. Continuaron con el recorrido; él seguía hablando y de vez en cuando miraba a la chica, pero ella no lo miraba.
— El área está dividida en cuatro sectores — levantó los dedos mientras los enumeraba —: Jardines, matadero, lápidas y el área de dormir, ¿lo captaste?
La chica asintió, mirando a su alrededor. Señaló hacia la esquina del noreste, donde se encontraban los campos y árboles.
— Los Jardines. Allí tenemos los cultivos — apuntó al rincón sureste — . El matadero, donde criamos y matamos animales. Encontrarás los corrales y el granero — luego señaló otra esquina —. Las viviendas, que es donde estuvimos momentos atrás. —por último, tocó el turno de la esquina suroeste —. El bosque, lo llamamos las lápidas. El cementerio está atrás, no hay mucho más. Puedes ir ahí a sentarte, descansar, lo que quieras.
La chica no había dicho ni una palabra. Siguieron caminando; Alby siguió explicando sobre la cocina, donde comen, etc.
— Pasarás estos días trabajando con cada uno de los encargados en diferentes trabajos, hasta que descubramos tu talento, ya sea para fregona, constructora, aradora o cocinera. Siempre surge algo.
Caminaron cerca de la gran puerta y justamente se detuvieron frente a "el árbol".
— Allá fuera está el Laberinto —dijo Alby, dejando que la chica analizara más la vista. Ella observaba la gran abertura—. Espero que no le tengas miedo a las alturas.
Vio cómo el sujeto subía a una torre de vigilancia, al menos es lo que simulaba. Alana miró de reojo; durante el recorrido había sentido la mirada de muchos, pero no tomó importancia. Siguió al joven hasta llegar a la parte alta.
Eso fue lo que más impresionó a la chica, el hecho de que podía ver todo el Claro fue una maravilla hasta que su vista se dirigió a las aberturas que vio esa mañana. Sin embargo, observó aún más: a su lado, las cuatro murallas que los rodeaban y una sola salida.
— Hace un año que estoy aquí. Nadie estuvo más que eso. Trabajamos duro para obtener esto — la chica escuchó con atención—. Si respetas este lugar, tú y yo no tendremos problemas.
