𝓐𝓵𝓸𝓷𝓮
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❝ Termina lo que empezaste.
La soledad siempre fue su mejor compañia.
Alana es una joven cientifica, atrapada en
las instalaciones de CRUEL. Su existencia
se reduce a una sola tarea: monitorear el
sujet...
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. . . ❪ 31, ❜❜ :tulip: ੭ ⁾⁾ ╰─────────── • ·
31 | Salida.
SE DIRIGIÓ AL MURO de los nombres, sus dedos rozando las letras grabadas, hasta que encontró el nombre de Alby. El recuerdo de su última conversación con él volvió a su mente, sus palabras resonando con una intensidad renovada. "Eres uno de nosotros, Alana."
Pero, ¿qué significaba ser uno de ellos? ¿De quién estaba realmente de su lado? Mientras sus pensamientos giraban en espiral, una conclusión comenzó a formarse, lenta pero implacable. Los verdaderos traidores no estaban en el Claro. Los verdaderos traidores eran los creadores, los que los habían encerrado en esa pesadilla. Una ira sorda comenzó a hervir dentro de ella, mezclada con un miedo primigenio.
Fue entonces cuando el suelo comenzó a temblar bajo sus pies. Alana levantó la vista justo a tiempo para ver cómo Adam era elevado por los aires, sus gritos perforando el silencio que había envuelto al Claro. El horror la invadió mientras veía al chico caer brutalmente al suelo, sus piernas torcidas en ángulos antinaturales. Sin pensar, corrió hacia él, el instinto de ayudar a un herido superando momentáneamente su terror.
Pero cuando vio al Penitente avanzando hacia ellos, el miedo la golpeó con toda su fuerza. Su respiración se aceleró, y sintió el pánico arrastrarse por su espina dorsal. Sin otra opción, giró sobre sus talones y comenzó a correr, adentrándose en el bosque, su corazón latiendo desbocado mientras las ramas y hojas rasgaban su piel.
El Penitente la perseguía, sus ruidos mecánicos resonando en la oscuridad, cada vez más cerca. Alana podía oír el crujido de las criaturas, la amenaza inminente de la muerte acechándola en cada sombra. Justo cuando pensaba que todo estaba perdido, una mano fuerte la agarró, tirando de ella hacia la seguridad momentánea detrás de un árbol.
Era Gally, con la respiración pesada y la mirada fija en el Penitente que pasaba peligrosamente cerca. Sus ojos se encontraron brevemente, y en ese instante, ambos compartieron una comprensión muda: el miedo que sentían era tan profundo como la rabia que los impulsaba a seguir adelante.
— Gally... — susurró Alana, con la voz quebrada — Quizás la salida está afuera. Tal vez si...
— Cállate — la interrumpió Gally, su tono severo, pero con un matiz de desesperación — Es la razón por la que te quedaste, ¿no? Para poder convencerme.
Antes de que Alana pudiera replicar, el cuerpo de Gally fue elevado de repente por los aires, como si una fuerza invisible lo hubiera arrancado del suelo. Alana gritó su nombre, su corazón saltando a su garganta mientras lo veía ser arrastrado hacia las alturas. La impotencia la invadió, y durante un breve instante, pensó que lo había perdido. Pero justo cuando intentaba levantarse, fue empujada al suelo por otra de las criaturas.
