𝓐𝓵𝓸𝓷𝓮
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❝ Termina lo que empezaste.
La soledad siempre fue su mejor compañia.
Alana es una joven cientifica, atrapada en
las instalaciones de CRUEL. Su existencia
se reduce a una sola tarea: monitorear el
sujet...
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19 | Soledad.
LAS SEMANAS TRANSCURRIERON en el Claro, y Alana no podía sacudirse la tensión constante entre ella y Newt. Alana se encontraba distraída, perdida en sus pensamientos y preocupaciones, algo que no pasó desapercibido para los demás habitantes del Claro.
Su distracción alcanzó un punto crítico una tarde en la enfermería. Estaba organizando los suministros médicos cuando un novato llegó con una herida en el brazo. Clint, que había estado observando, le pidió a Alana que atendiera al chico mientras él se encargaba de otro paciente. Alana asintió, pero su mente estaba en otro lugar, pensando en su última conversación tensa con Newt.
Mientras intentaba limpiar y vendar la herida del novato, Alana cometió un error. Aplicó un antiséptico equivocado que causó una reacción alérgica inmediata. El chico gritó de dolor, y Clint corrió hacia ellos, viendo el caos desatado. Con rapidez, Clint tomó el control, administrando el antídoto correcto y calmando al novato.
—¿En qué estás pensando, Alana? — le espetó Clint, su voz dura pero preocupada —No puedes permitirte este tipo de errores.
Alana necesitaba un respiro, un escape. Se dirigió al mirador, un lugar elevado donde podía ver todo el Claro. Subió al árbol con facilidad, sus manos y pies moviéndose casi por instinto. Una vez en la cima, se sentó, dejando que la brisa fresca le acariciara el rostro. Allí, el mundo parecía más pequeño, y sus problemas, aunque todavía presentes, eran un poco más manejables.
Horas pasaron mientras Alana se refugiaba en su soledad. Desde su posición elevada, observaba a los habitantes del Claro moverse como hormigas, ocupados en sus quehaceres diarios. Sus ojos buscaron a Newt entre la multitud, una esperanza persistente en su corazón. Sin embargo, cuando finalmente vio a alguien subiendo hacia ella, su corazón dio un vuelco.
Por un momento, sus ojos brillaron con la esperanza de que fuera Newt. Pero no lo era. Era Alby, el líder del Claro. Alana no pudo evitar sentirse decepcionada, aunque sabía que la visita de Alby no era casualidad. Había estado alejándose de todos, incluso de Gally, y sus entrenamientos habían cesado. La conversación con Alby era inevitable.
Alby se acercó con una calma que solo un líder podía tener. Se sentó junto a Alana, observando el mismo paisaje que ella. Durante unos momentos, ninguno de los dos dijo nada, dejando que el silencio hablara por ellos.
— Sabes, este lugar siempre me ha dado paz — dijo Alby finalmente, rompiendo el silencio —. Pero también me recuerda la responsabilidad que tenemos aquí.
Alana asintió lentamente, sin apartar la vista del horizonte.
— He notado que has estado... distante — continuó Alby, girándose para mirarla —. Y no solo con Newt, sino con todos.
