25: Eterno y odioso karma

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- ¡Te estoy diciendo que es algo serio!- gritó Ellen dejándose caer en el sillón de mi salón.

- Cálmate Ellen,- le contestó mi madre, que estaba sentada en el sofá leyendo una de sus revistas de cotilleos.- encontraremos una solución. No es para tanto.

- Queda solo unos pocos días para su cumpleaños, ¡y no hemos preparado nada!

Habían pasado varias semanas desde mi visita al parque de atracciones, y eso conllevó que la fecha del cumpleaños de Edward se acercase a pasos agigantados. Ellen no paraba de comerse el coco buscando organizar el cumpleaños perfecto para su hombre, no negaré que me resultaba gracioso verla así.

- Es su cumpleaños número treinta, ¡hay que celebrarlo! Y no se me ocurre nada que esté a su altura.

- A unas malas lo celebramos en el bar que está abajo.- contesté entre risas.

- ¡Tómatelo enserio! ¡Es el hombre de mi vida!

- Te estás ahogando en un vaso de agua, Ellen. Es solo un cumpleaños más, ¿qué más da?

- Abigail, ahora sería un buen momento para que aportaras algo con tu gran experiencia en el mundo del amor.- le suplicó a mi madre, la cual la miró mientras se subía sus gafas rosas.- Porque se nota que tu hija no tiene ni idea.

- Eh, sin insultos.- le dije desde el otro extremo del salón, sonriendo.

- Pues, cielo la verdad es que ahora me pillas un poco desprevenida.- contestó cerrando la revista y quitándose las gafas.- Pero... podríamos tener la solución.

- ¿En serio?- dijo emocionada.

- Sí, creo la finca sería un buen lugar.

- ¡¿La finca?!- dije sorprendida.- ¿Estás segura? ¿Está en buenas condiciones?

- Fui hace poco con Erick para echarle un vistazo, y él mismo contrató personal para que la mantuvieran. Sabes cuánto le gustaba esa casa a tu padre, no quería perder ese último lugar que me recuerda a él.- carraspeó.- Podríamos preparar el jardín para el viernes, colocar una carpa y preparar una fiesta, estaría bastante bien.

- ¿Y qué haríamos para que Edward no sospechase?- dije.

- Muy sencillo, podríamos salir hoy por la tarde, tendríamos la excusa de que Erick está preparando algún tipo de celebración y que nos ha pedido ayuda para montarlo todo. Sería creíble.- contestó Ellen.- Y para que lo fuera aún más podríamos llevar con nosotros a Max y a Archie.

- Es un buen plan.- dijo mi madre levantándose junto a Ellen.- Yo avisaré a Erick para preparar la casa y las habitaciones para esta noche.

- Pero...- dije.

- Y yo me encargaré de decírselo a Edward.- continuó Ellen acercándose a la puerta de salida junto a mi madre.

- Pero, un momento chicas y...- traté de decir al ver que ambas se disponían a salir.

- Por cierto Nat,- dijo mi madre justo antes de cerrar la puerta y con el teléfono en la oreja.- te encargas de Max.- dije guiñándome un ojo.

- ¡Pero... mamá!- dije.

- Hola cielo, ¿cómo estás?- dijo al recibir el saludo de Erick por teléfono, ignorando lo que dije y cerrando la puerta.

Me quedé ahí parada durante unos segundos sin saber cómo reaccionar. Giré sobre mis talones y posé mi mirada sobre mi gato, el cual estaba sentado a unos metros de mí.

- ¿Por qué siempre soy yo la que se lleva la peor parte, Ryuk?- le dije. El gato solo maulló y saltó hacia el sillón para después quedarse dormido.

Inspiré profundamente para tratar de calmarme. Desde el día en el parque de atracciones evitaba cruzar miradas con Max, ya que cada vez que me saludaba desde su terraza, le contestaba como si fuera tartamuda. ¿Sabía por qué ocurría eso? No, pero sí sabía que mi madre se había aprovechado de lo que le había contado al respecto y quería que hiciera el ridículo, como otras tantas veces.

Levanté la mirada para así verificar que Max y Archie estaban en su terraza tomando algo entre risas. Caminé hacia la puerta de cristal del ventanal para salir a la terraza, pero me paré justo antes de abrirla.

- Venga ya, ¿qué te pasa, Nat?- susurré.- Solo tienes que abrir la puerta y decir un par de palabras.- dije llevando mi mano a la manivela de la puerta.- Maldita indecisión que aparece en los momentos más inoportunos.

Cerré los ojos y coloqué la mano en el pomo de la puerta. Justo cuando los abrí decidí hacer lo mismo con la puerta para dejar a un lado la duradera discusión entre los dos hemisferios de mi cerebro, que me llevaba a plantearme si debía o no seguir.

Me relajé y opté por dejarme llevar para así sacar el tema.

- Ey, ¿qué pasa?- dije animada cruzándome de brazos.

- Vivan las expresiones de los noventa, Nat. ¿Cómo estás tronca?- se burló Archie.

Nota mental: no dejarse llevar tanto la próxima vez.

- No te burles.- le dije.

- Has empezado tú.- aclaró.- Venga, cuéntanos tus penas, ¿tu gato se ha vuelto a atascar?

- No, es algo un pelín más serio.

- Wow, Nate hablando en serio, esto no me lo pierdo.- dijo Max sonriendo, mientras apoyaba sus codos en el muro de su terraza.

- Veréis, el cumpleaños de Edward es en casi dos días y...

- Casi dos días no.- me interrumpió Max.- Exactamente es en dos días. Pero por favor, continúa.

- Disfrutas haciéndome esto, ¿verdad?- le dije.

- No sabes cuánto.- respondió dedicándome una sonrisa ladeada.

- En fin, Ellen y mi madre han decidido montarle una fiesta en la finca donde vivía antes, saldríamos esta noche.

- ¿Y cómo vas a llevar allí a mi hermano, listilla?

- Con la excusa de que Erick, la pareja de mi madre, debe organizar algún tipo de velada elegante por motivos de trabajo y necesita que le ayudemos. Ellen se está encargando de decírselo a Edward, me mandará un mensaje cuando esté listo, y mi madre lo está preparando todo para esta noche, junto a Erick. ¿Qué decís?

Se miraron mutuamente, sonrieron y asintieron casi al mismo tiempo.

- Está bien, lo haremos. Ahora si nos disculpas, tenemos maletas que preparar.- dijo mientras le abría la puerta a Archie para que pasara sin problemas.

Entré de nuevo en mi casa y corrí las cortinas del ventanal para evitar que el sol derritiera el suelo.

- ¡Sí, señor! Al final no ha costado tanto.- dije.- ¡Todo va a salir estupendamente, Ryuk! ¡Por una vez incluso lo presiento!

Sentí mi teléfono vibrar desde el bolsillo de mi pantalón. Al cogerlo, pude ver que era un mensaje de Ellen, el cual decía lo siguiente:

¡Se lo ha creído, Nat! En fin, no me enrollo más, tu madre ya lo ha hablado con Erick y lo están preparando, también he aprovechado que Edward está en la ducha y he copiado en mi agenda todos los contactos de sus amigos, ¡todo está casi listo! ¡Y una cosa más! Compartirás coche con Archie y Max, ¡nos vemos esta noche!

Miré a mi gato tras leer el mensaje, el cual maulló mientras saltaba del sofá y se acercaba a mí, para al estar a mi lado, restregarse contra mis piernas. Me tapé los ojos con la mano derecha al saber que tendría que aguantarlo durante una hora y media de viaje. Incluso llegué a la conclusión de que Ellen lo había planeado todo... seguramente por haberle gastado la broma de untarle crema de chocolate en la planta de sus deportivas cuando vivía con ella temporalmente.

Que era lo más probable.

- Oh, karma ¡cuánto te echaba de menos!- dije sarcásticamente mientras marcaba el número del cuidador de Ryuk.

Cómo ser la Torpe perfecta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora