Estaba corriendo por las calles de Florida, sin pensar siquiera en las miles de miradas que se posaban en mí o los típicos comentarios de la gente que decían: ¿Pero qué hace la chica esta?
Al fin me encontraba frente la puerta del estudio de Diseño de Interiores. Abrí la puerta y pasé al siguiente punto: buscar urgentemente a Ellen.
- ¡Ellen!- grité mientras caminaba mirando a ambos lados.
- ¿Natacha? ¿Qué haces aquí?- contestó acercándose a mí.- ¿Ha pasado algo?
- Algo muy gordo. ¿Qué digo muy gordo? ¡Algo gordísimo!
- Cuéntame.
- Oliver, mi compañero de trabajo, me ha mandado un mensaje diciendo que Martin va a celebrar una fiesta para celebrar los tres años de la empresa.
- ¿Y qué pasa con eso?
- Hay que ir con pareja, y me ha dicho que el número de empleados que irán es impar.
- Oh Dios, entonces tú...
- Sí, tendría que ir con él si llego a quedarme sola.
- ¡Necesitas pareja urgentemente! ¿Cuándo es?
- Este viernes, solo tenemos tres días, contando con hoy miércoles, para comprar un vestido y encontrar a un hombre decente.
- ¡Ay mi madre!- dijo sorprendida.- ¡Edward! Ven, corre.
- ¿Pasa algo, señoritas?- dijo tan sonriente como siempre.
- Natacha necesita pareja para una fiesta que celebra su empresa, si no la consigue le tocará ir con su obsesivo y pedante jefe. ¿Conoces a alguien?
- Tengo varios contactos, veré que puedo hacer.
- Gracias, de verdad. No sabes de la que me libras.- le dije.
- Lo que sea por vosotras. Nos vemos, Nat.
- Adiós.- contesté.
- Bien, mañana sal del trabajo a la una y media, me da igual lo que te diga Martin, haz lo que sea para que te deje salir.
- No voy a decirle eso porque sé lo que me pedirá, pero queda claro.
- Iré a tu apartamento y hablaremos de todo esto, ya sabes cómo soy con este tipo de cosas.
- Sí, siempre buscando la perfección absoluta aunque no exista.
Me despedí de ella y volví a mi apartamento.
Podría parecer una situación estúpida, pero si es una condena soportar a Martin en la misma habitación, bailar con él será una sentencia de muerte asegurada.
- Recemos para Edward encuentre al adecuado.- me dije a mí misma.
Tras una cena ligera y dos capítulos repetidos de Friends decidí que era hora de reponer fuerzas para el día que me esperaba en la oficina.
Me quedé tumbada en la cama mirando el techo durante unos minutos que no conté. Podría decir que estaba pensando en miles de cosas a la vez, pero en realidad llegué a dormirme con solo ver un fondo blanco mientras escuchaba los débiles ronquidos de Ryuk a mi lado.
El día en la oficina era tranquilo, o al menos lo era por ahora. Me inquietaba estar en la misma habitación que él tras saber que posiblemente acabaría siendo su pareja en la fiesta de la empresa que se celebraba el viernes.
Miré por la ventana de su despacho, la que se comunicaba con los escritorios de los secretarios, poco a poco se levantaban y caminaban hacia la cafetería y Oli parecía estar esperándome.
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Cómo ser la Torpe perfecta.
ChickLitNatacha Greens, una mujer sencilla de veintisiete años, como todas algo alocada, enamorada de la vida y su ciudad natal, Florida. Con un apartamento de lujo, un trabajo asegurado y... ¿a quién queremos engañar? Empecemos de nuevo. Natacha Gree...