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Después de varias horas, la visita finalmente se despidió. La tía de Jiho, su esposo, y sus hijos se despidieron amablemente de Haneul y Jiho, quienes agradecieron el gesto con sonrisas y despedidas corteses. La familia finalmente quedó sola, respirando aliviada después del ajetreo del día.

Jiho cerró la puerta después de que la última visita salió, y al girarse, vio a Haneul sonriendo con suavidad, como si estuviera contento con lo que había sucedido. Con una sonrisa en el rostro, Jiho guió a Haneul de vuelta al interior de la casa, donde el cálido aroma de la comida llenaba el aire.

Sun-hee ya estaba en la cocina, preparando la mesa para la cena, mientras tarareaba una canción tranquila. Al ver a Jiho y a Haneul entrar, les dedicó una sonrisa.

—Jiho, ¿puedes ayudarme con los platos? —preguntó Sun-hee, señalando la pila de platos que había sacado del armario.

—Claro, mamá —respondió Jiho, moviéndose con agilidad hacia la cocina para ayudarla.

Mientras Jiho ayudaba a Sun-hee, Haneul se sentó en la mesa, observando con atención cómo Jiho manejaba los platos y cubiertos. Le fascinaba ver a Jiho moverse con tanta seguridad y habilidad, como si supiera exactamente lo que estaba haciendo en cada momento.

Al lado de Haneul, Min-ho se sentó con un cuaderno y un lápiz en la mano. Sonrió de manera alentadora al joven, poniendo el cuaderno frente a él.

—Haneul, ¿quieres intentar escribir hoy? —preguntó Min-ho con suavidad, colocando el lápiz en la mano de Haneul.

Haneul miró el lápiz en su mano, algo indeciso, pero al sentir la mirada alentadora de Min-ho, asintió despacio. Era otro paso en su aprendizaje, y aunque a veces le resultaba difícil, sabía que tenía el apoyo de Jiho y sus padres.

Min-ho señaló una palabra sencilla en la parte superior de la página, la palabra "Jiho", escrita en letras grandes y claras. Luego, escribió lentamente la misma palabra abajo, dejando espacio para que Haneul la copiara.

—Inténtalo, Haneul —dijo Min-ho, observando con paciencia.

Haneul frunció el ceño con concentración, inclinándose sobre el cuaderno mientras intentaba imitar las letras que Min-ho había escrito. Con movimientos torpes, trazó la palabra, aunque sus letras eran un poco temblorosas y desiguales. Sin embargo, cuando terminó, una pequeña sonrisa de logro cruzó su rostro.

Min-ho observó el resultado y sonrió ampliamente.

—¡Muy bien hecho, Haneul! —lo felicitó, dándole una palmadita en el hombro.

Haneul levantó la vista hacia Min-ho, con su sonrisa aún presente. Luego, giró la cabeza hacia Jiho, quien lo observaba desde la cocina con una mezcla de orgullo y cariño en sus ojos. Aunque las palabras aún eran difíciles para él, Haneul sentía que estaba comenzando a comprender y expresar más de lo que alguna vez pensó posible, especialmente con Jiho a su lado.

La familia continuó preparando la cena, mientras Haneul seguía practicando con las palabras, esforzándose por aprender algo nuevo cada día. Para él, cada momento con Jiho y su familia era un paso más hacia la comprensión y la conexión que tanto anhelaba.

La cena estaba lista y la familia se reunió alrededor de la mesa, disfrutando del calor hogareño. Sun-hee había preparado una comida sencilla pero deliciosa, y todos comían en silencio, disfrutando de la tranquilidad que había llegado después de la partida de las visitas.

Haneul estaba concentrado en su plato, observando con interés los diferentes alimentos y tratando de recordar sus nombres mientras Min-ho le susurraba algunos en voz baja. Jiho, sentado frente a Haneul, intercambiaba miradas con su padre de vez en cuando, sabiendo que algo más estaba en la mente de sus padres esa noche.

The power of fateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora