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Las semanas habían pasado rápidamente desde que Jiho y Haneul comenzaron a vivir juntos en el departamento. El lugar había comenzado a sentirse como un verdadero hogar para ambos, un refugio donde podían ser ellos mismos, lejos de las preocupaciones y los temores del pasado. Jiho había encontrado un buen trabajo como abogado, lo que le permitía cuidar de Haneul y garantizar que no les faltara nada. Sin embargo, últimamente algo había comenzado a preocuparlo profundamente.

Haneul había estado sintiéndose extraño durante los últimos días. Al principio, Jiho no le dio demasiada importancia, pensando que era solo un malestar pasajero. Pero cuando Haneul comenzó a tener náuseas, a vomitar por las mañanas, y a sentir un rechazo repentino hacia ciertos olores que antes no le molestaban, Jiho no pudo evitar sentirse ansioso.

—Haneul... ¿estás bien? —preguntó Jiho una mañana, observando con preocupación cómo Haneul se inclinaba sobre el lavabo del baño, con una expresión de malestar en su rostro.

Haneul asintió débilmente, limpiándose la boca con el dorso de la mano. —Sí, solo... solo un poco mareado —respondió, tratando de restarle importancia al asunto, aunque su rostro pálido decía lo contrario.

Pero Jiho no podía ignorar lo que estaba sucediendo. Las señales eran demasiado evidentes, y aunque parecía imposible, la posibilidad de que Haneul estuviera embarazado no dejaba de rondar en su mente. Recordó que el ciclo de celo de Haneul aún no había terminado, y aunque no estaba seguro de cómo funcionaban exactamente estas cosas, no quería correr ningún riesgo.

Esa misma tarde, después de salir de la oficina, Jiho decidió tomar medidas. Se dirigió a una farmacia cercana y, con el corazón acelerado, compró una prueba de embarazo. El simple hecho de tenerla en sus manos lo hizo sentir una mezcla de nerviosismo y esperanza. Si Haneul estaba realmente embarazado, sus vidas cambiarían para siempre.

Cuando Jiho llegó al departamento, encontró a Haneul descansando en el sofá, su expresión aún algo cansada. Se sentó a su lado, y con una suavidad inusual en su voz, le extendió la caja con la prueba de embarazo.

—Haneul... —comenzó Jiho, mirando a su pareja con seriedad—. Sé que te has estado sintiendo mal últimamente, y... bueno, creo que deberíamos asegurarnos de que todo esté bien. Esto... —Jiho sostuvo la prueba— es solo para descartar cualquier posibilidad.

Haneul miró la caja en silencio, sus ojos reflejando sorpresa y un poco de miedo. No había considerado la posibilidad de estar embarazado, y la idea lo asustaba. Sin embargo, sabía que Jiho solo estaba preocupado por él, y que lo mejor era saberlo cuanto antes.

—Está bien, lo haré —respondió Haneul, tomando la caja de manos de Jiho.

Jiho lo acompañó hasta el baño, donde Haneul entró solo, cerrando la puerta detrás de él. Pasaron unos minutos que a Jiho le parecieron eternos, esperando en la puerta, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Finalmente, la puerta se abrió, y Haneul salió con la prueba en la mano, su expresión indescifrable.

Jiho no pudo evitar preguntar: —¿Y...? ¿Qué dice?

Haneul bajó la mirada hacia el test, sus manos temblando ligeramente. —Tenemos que esperar unos minutos más —murmuró, antes de mirar a Jiho con una mezcla de incertidumbre y esperanza.

Ambos se sentaron en el sofá, esperando en silencio mientras el tiempo avanzaba lentamente. Cada segundo parecía una eternidad, y el aire estaba cargado de tensión. Cuando finalmente llegó el momento de verificar el resultado, Haneul tomó una respiración profunda y miró el test.

Lo que vieron en ese pequeño dispositivo cambiaría sus vidas para siempre.

La prueba mostraba un resultado positivo. El pequeño signo, tan simple y directo, lo decía todo. Jiho, al ver la confirmación de sus sospechas, sintió que las piernas le fallaban y, con una mezcla de incredulidad y alegría, se dejó caer en el sofá, riendo suavemente para sí mismo. Todo lo que había imaginado, todo lo que había temido y deseado al mismo tiempo, ahora se hacía realidad ante sus ojos.

The power of fateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora