Capítulo 20: La Falla de San Andrés 4/4

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El estruendo de la sirena de Tsunami se encendió por toda la ciudad, resonando como un espectro en medio del caos. Dado que la ciudad está situada en la costa y es vulnerable a terremotos y tsunamis, se activo el sistemas de alerta para advertencia.

—¡Vamos, es la alerta de Tsunami! Debemos llegar al edificio de Daniel,—ordenó Blake, su mente rápidamente reaccionando, tener un pensamiento ágil bajo presión debía ser un rasgo de tener un padre rescatista. Este era el edificio alto más cercano, su única esperanza de sobrevivir ante la amenaza que se cernía ante ellos.

Ben, ignorando el dolor de su pierna, y apoyado por Ethan se adelantó desesperadamente hacia la estructura incompleta. Al acercarse, giraron para ver una línea blanca en el horizonte, el tsunami avanzando con ferocidad hacia la ciudad. 

El pánico aumento cuando un enorme carguero fue arrastrado por la gran ola y se estrelló contra el puente Golden Gate, que se desplomó con un estruendo ensordecedor. Los coches volaron por el aire como juguetes, mientras la ola avanzaba, arrasando con todo a su paso.

Ethan, con el rostro enrojecido por el esfuerzo, dejó caer a Ben al llegar a las escaleras de emergencia. Se apoyó contra la pared, respirando con dificultad. A pesar de su excelente condición física, cargar a un hombre de más de 90 kilogramos mientras corría durante varios minutos, esquivando obstáculos, casi lo había dejado sin aliento.

—¡Sube, no te detengas! Los alcanzaré enseguida,— gritó a Ben, consciente de que él era quien ralentizaba al grupo. Ben asintió, tomó a Ollie de la mano y empezó a subir las escaleras. Blake miró a Ethan con preocupación, pero él le hizo un gesto para indicar que estaba bien. 

Recuperando un poco de aliento, ambos comenzaron a subir de nuevo, alcanzando rápidamente a Ben y Ollie.

Subieron sin descanso, piso tras piso, hasta que de repente, Ethan se detuvo en seco. Blake, sin tiempo para reaccionar, chocó contra su espalda. Ethan extendió rápidamente el pie para frenar el impacto, evitando que ambos cayeran. Ante ellos, las escaleras habían sido destruidas por el terremoto, y los pasillos estaban bloqueados por escombros de hormigón armado.

Sin otra opción, abrieron una puerta de emergencia y entraron al edificio. El pasillo estaba vacío, salvo por unos gruesos pilares de cemento en el medio. Ben, jadeaba, se desplomó en el suelo. La herida en su pierna había comenzado a sangrar de nuevo, manchando sus pantalones de sangre, por el esfuerzo, era evidente que necesita tratamiento de urgencia.

—¿Qué es ese ruido?— preguntó Ollie, mirando hacia afuera con los ojos muy abiertos. Blake se acercó al muro de vidrio y vio cómo el agua del mar se precipitaba hacia ellos, derribando edificios y inundando las calles a su paso. 

 —No estamos lo suficientemente altos. Debemos buscar refugio inmediatamente, sujétense de algo firme.— calculó rápidamente la altura del agua y, con los ojos llenos de pánico.

Ethan tomó la mano de Blake con fuerza y la abrazo con fuerza detrás de uno de los pilares de concreto. Ben, tomo a su hermano pequeño Ollie, y se aferró a otro pilar. Todos se miraron, esperando lo inevitable.

—Todo saldrá bien, yo te protegeré.— exclamo Ethan tratando de calmar a la mujer frente a el, ya que no dejaba de temblar.

El rugido del agua se hizo ensordecedor mientras el edificio temblaba violentamente. Ethan sintió que su corazón latía con furia y apretó el pilar con más fuerza. 

Con un estruendo ensordecedor, el agua rompió el muro de vidrio, inundando el edificio con una fuerza imparable. Ben y Ollie fueron arrastrados por la corriente y, tras un breve pero desesperado esfuerzo, Ethan también fue arrastrado junto a Blake.

Reencarne en Banshee TownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora