El interludio terminó rápidamente. Al ver a las pocas personas que se llevaban a rastras, Job ya no estaba de humor para continuar la actuación.
Mantuvo presionados los auriculares para prepararse para el siguiente espectáculo y luego caminó detrás del escenario en medio de los aplausos de la multitud.
Después de un rato, Job, que se había puesto su ropa original, regresó al camerino. Todo el mundo le chocó los cinco.
—Hombre, me diste una gran sorpresa esta noche. Realmente no me lo esperaba, me gusto el show.- dijo Ethan se recostó en el sofá y apagó un cigarrillo.
Job tomó un cigarrillo y dijo con orgullo:
—Bienvenidos a Nueva York, bitch.
Después de seguir disfrutando del ambiente vibrante, Job le guiñó un ojo a Ethan. Este entendió el mensaje de inmediato. Tomó el vaso frente a él y, sin pensarlo dos veces, bebió el contenido de un solo trago. El licor ardió en su garganta, pero no se inmutó. Con un movimiento confiado, se acercó a la mujer a su lado.
Madison, una rubia de cabello largo y ondulado, tenía una figura impresionante. Sus grandes senos se realzaban debajo de un vestido ajustado, y cada mirada que recibía no hacía más que alimentar su aura seductora. Sus ojos brillaban con una mezcla de picardía y curiosidad. Ethan, aprovechando el ruido ensordecedor de la música, se cubrió la boca con la mano y le susurró al oído:
—¿Te gustaría seguir la fiesta en otro lado?
Madison vaciló y respondió:
—Vine aquí con dos amigas.
Ethan suspiró suavemente, creyendo que la noche terminaría en vano, pero Madison no parecía estar dispuesta a rendirse. Con un gesto sutil pero provocador, le rascó suavemente el muslo con las yemas de los dedos, sus labios curvándose en una sonrisa juguetona. Se inclinó hacia él, lo suficiente como para que el calor de su cuerpo se mezclara con el suyo, y continuó con una voz que apenas se escuchaba por encima de la música:
—¿Seguro que quieres rendirte tan fácil? Podría hacer que tu noche mejore... si sabes jugar bien tus cartas, crees que puedas con las tres chico rudo.
Los ojos de Ethan brillaron con malicia al escuchar la provocación de Madison. Giró lentamente la cabeza y vio a dos mujeres sentadas junto a ella.
La primera, una rubia despampanante llamada Amber, vestía un vestido ceñido de lentejuelas doradas que resaltaba su piel pálida y suave. Su busto generoso quedaba perfectamente enmarcado por el escote pronunciado, mientras jugueteaba con una copa entre sus dedos con una sonrisa pícara. A su lado, Vanessa, una morena de piernas largas y delgadas, con una falda corta que dejaba poco a la imaginación, lucía una figura esculpida, delineada por una blusa ajustada que destacaba su cintura perfecta. Sus ojos, afilados y juguetones, dejaban claro que estaban dispuestas a seguir el juego.
Ambas mujeres lo miraron fijamente y, con una sincronía que solo aumentaba la tensión en el aire, se inclinaron una hacia la otra y se besaron lentamente, provocando que Ethan sonriera de lado. La intensidad del momento se reflejó en su mirada.
Sin vacilar, vació su copa de un solo trago y, con una chispa de desafío en los ojos, dijo con voz baja pero decidida:
—Dos contra uno... creo que puedo manejarlo.- dijo con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro.
Ethan llegó al departamento de Job con tres mujeres del club, cada una irradiando una mezcla de entusiasmo y deseo. La música que aún vibraba en sus cuerpos parecía darle un impulso adicional al ambiente ya cargado de expectativa.
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Reencarne en Banshee Town
AksiyonEn el vasto universo de series y películas icónicas, los casos policiales y las tramas de gánsteres se conectan en un entramado más amplio. Desde Banshee Town, surge una historia en la que lo imposible se convierte en parte del día a día. Personajes...