Siguiendo la guía de ruta de Marie, el Dodge Challenger conducía rápidamente por la carretera.
— ¿Qué le pasa a tu amigo? —preguntó Ethan con curiosidad, agarrando el volante.
Marie negó con la cabeza.
— No lo sé.
Ethan la miró con su visión periférica algo extrañado,
— ¿Qué pasa?
Ella sujeto su maletín medio que tenía en la mano y respondió tímidamente:
— Estrictamente hablando, no es mi amigo. Lo conocí ayer, tuvo una discusión con alguien del equipo médico y me acerqué para calmarlos y que las cosas no se salieran de control, eso aveces pasa. Vi que su rostro estaba pálido y se miraba deshidratado, así que le di mi tarjeta de presentación y le pedí que me llamara si necesitaba asistencia médica.
-¿Y te acaba de llamar ahora.?
—Si, llego su llamada en cuanto saliste de mi consultorio, recibí una llamada de su amigo diciendo que se había desmayado en su Bar, pensó que era su conocida por mi tarjeta que traía consigo.
Ethan cambió de carril, siguiendo sus palabras.
— ¿Es algo extraño no crees?
Marie asintió, sacó la pitillera de su bolsillo y, después de pedirle permiso a Ethan, encendió un cigarrillo. Ethan golpeó el volante con los dedos varias veces.
— ¿La parte sobre su desmayo? —Marie arqueó una ceja, mirándolo—. ¿O es la parte de que yo ayude a extraños?
Ethan giró el volante, pasando a otro auto.
— Un poco de ambas a decir verdad, se que no es de mi incumbencia pero como policía por lo general siempre pensamos lo peor de las personas. Puedo ver que eres una buena persona, ofreces tu tiempo y ayuda a extraños sin esperar nada a cambio, pero ahora un sujeto te habla de la nada y tu sales corriendo sin importarte el peligro a ayudar.
— Mi padre falleció cuando yo era pequeña y mi madre también tiene ciertos trastornos mentales, por lo que rara vez se comunica con extraños. Llegue hasta donde estoy gracias a la bondad de muchas personas, así que me prometí a mí misma ayudar a los demás tanto como pueda, y se que mucha gente no entiende lo que hago y piensa que soy demasiado ingenua.
Marie sacudió la cabeza para sí misma, esbozando una sonrisa irónica.
Ethan la miró y dijo seriamente— No, no debes preocuparte por lo que piensen los demás. Lo que haces lo correcto, yo soy un poco mas egoísta, por lo que te admiro.
— ¿En serio? —Marie levantó la cabeza, mirándolo con confusión.
Ethan asintió con firmeza.
— En realidad, quiero disculparme por lo que acabo de decir. No debería haber cuestionado tus razones o incluso tu altruismo.
Ethan volvió a girar la cabeza y le sonrió a Marie.
— No, te preocupes, pero no creo que seas tan egoísta como piensas, mírate —respondió Marie con una sonrisa—. ¿No me estás ayudando a mí, una extraña, ahora?
Ethan se encogió de hombros.
No te voy a mentir, mi plan es impresionarte con mi encanto y amabilidad, hasta que no te quede más remedio que invitarme a un café.
Marie se echó a reír al escuchar lo que dijo.
Después de más de diez minutos, el Dodge Challenger redujo la velocidad. Cuando Ethan se detuvo y estacionó el auto, Marie tomó la pequeña maleta que tenía en la mano y quiso salir del auto.
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Reencarne en Banshee Town
ActionEn el vasto universo de series y películas icónicas, los casos policiales y las tramas de gánsteres se conectan en un entramado más amplio. Desde Banshee Town, surge una historia en la que lo imposible se convierte en parte del día a día. Personajes...