Al ver a Ethan provocándolo, Evan apretó los dientes y giró la cabeza hacia el otro lado. Sabia que su novia era muy provocativa en algunas ocasiones y el respondía con agresión en algunos casos pero contra Ethan aun le tenia un cierto temor de ser humillado de nuevo.
Cuando Francine soltó su mano, toco lentamente los músculos abdominales de Ethan varias veces.
—¿Ya terminaste? — dijo Ethan.
Ella un poco avergonzada dio dos pasos hacia atrás dejándolo. Metió su mano a su bolsillo y saco un, ella sacó un cigarro de hierba de su bolsillo.
—Como agradecimiento, te daré algo bueno, esto es de lo mejor que se puede conseguir.
Daria vio el comportamiento de Francine desde un lado y se echó a reír.
—No, gracias no fumo hierba linda.—respondió Ethan, negando con la cabeza y apartando la mano de Francine. Luego, caminó hacia adelante abrazando a Daria, quien seguía riéndose entre dientes.
Francine se encogió de hombros, encendió el blunt que tenía en la mano y exhaló una voluta de humo por sus bonitos labios rojos. Mordió su cigarrillo liado a mano, abrió la puerta del auto, tomó una botella de brandy y regresó con Evan. Ambos se sentaron en el capó de la camioneta blanca.
—Evan y yo estamos aquí esperando sus buenas noticias —gritó Francine, levantando la botella hacia el grupo que se alejaba.
Carly, que vestía un chaleco azul, agitó su coleta y se giró.
—¿Deberíamos obligarlos a ir con nosotros?
—Sabes que a ellos les gusta pasar asi su tiempo ¿crees que estén dispuestas a irse? —respondió Scott, el hombre de cabello rizado, mientras se desabrochaba un botón de su camisa de manga corta y juntaba las manos para gritar detrás de él—. ¡Cuídense, no fumen demasiado!
Francine le entregó la hoja a Evan y luego les gritó en tono burlón:
—¡Está bien, disfruten su caminata!
—Pensé que le confiscarías la hierba —dijo Daria con una sonrisa mientras se quitaba la gorra y tomaba la botella de vino que le entregaba Ethan.
—Por ahora soy un civil nada mas, y no tengo jurisdicción.—respondió Ethan con tono casual, ya que le uso marihuana es algo común en Estados Unidos y no era tan santurrona para quitárselos. Si hubiera sucedido en Banshee, no habría permanecido indiferente, pero como ahora estaba de vacaciones y fuera de su jurisdicción, no veía la necesidad de intervenir.
En ese momento, las tres personas que caminaban detrás aceleraron el paso y se acercaron.
—¿Tu nombre es Ethan, verdad? —preguntó Carly— Mirando las cosas en tu auto, ¿también van a acampar?
Ethan asintió.
—Sí, es solo que había un atasco en la carretera, así que tomamos un desvío.
Carly pateó las hojas caídas con pasos rápidos.
—Nosotras también, vinimos por este rumbo después de obtener indicaciones en una gasolinera a unos kilómetros de aquí.
—¿Fue un anciano con sombrero de paja? —preguntó Daria, sorprendida.
—Sí, parece que ese maldito viejo nos envio al mismo destino —respondió Scott, el hombre de pelo rizado, luego se giro hacia Daria— ¿Son pareja?
Daria tomó unos sorbos de whisky, enroscó la tapa de la botella y se la entregó a Ethan.
—No, solo amigos —dijo con una sonrisa.
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Reencarne en Banshee Town
AcciónEn el vasto universo de series y películas icónicas, los casos policiales y las tramas de gánsteres se conectan en un entramado más amplio. Desde Banshee Town, surge una historia en la que lo imposible se convierte en parte del día a día. Personajes...