—¡Granada!
Cuando la granada cayó, los gritos de terror llenaron el aire del lado opuesto, seguidos por una explosión ensordecedora. Fragmentos volaron por todas partes, y varios gritos de dolor se mezclaron con el estruendo.
Ethan le dio unas palmaditas en el hombro a Siobhan, sacó la Glock de la funda en su cintura y se lanzó hacia adelante.
Detrás de la plataforma de cemento frente a ellos, un hombre negro cayó al suelo. Se agarró el muslo con una mueca de dolor, pidiendo ayuda desesperadamente a sus compañeros.
Al ver aparecer la figura de Ethan, el hombre comenzó a arrastrarse hacia el arma que había caído a la distancia.
Ethan levantó su pistola y, sin dudarlo, disparó dos veces en la espalda del hombre.
Ethan no se detuvo y continuó corriendo hacia adelante, seguido de cerca por Siobhan. Al pasar junto al hombre herido, Ethan agitó el brazo y disparó dos veces más en la cabeza.
Del otro lado, los disparos se intensificaron. Brock corrió hacia adelante con una escopeta en las manos.
—¡Ethan, al suelo! —gritó Siobhan de repente.
Ethan se dejó caer al suelo rápidamente.
Dos hombres enemigos aparecieron por un costado, sosteniendo rifles de asalto en sus manos. Era difícil imaginar de dónde había conseguido Rabbit tantas armas poderosas.
Los ojos de Ethan se estrecharon mientras apretaba los dientes y se mantenía tumbado en el suelo, levantando su pistola.
Siobhan disparó primero, y Ethan le siguió, apretando el gatillo con frenesí.
Los dos hombres que habían aparecido sonrieron ferozmente mientras sus armas seguían escupiendo fuego. Las balas volaron por todas partes durante un momento caótico. Bajo el intenso intercambio de disparos, una mezcla de rojo y blanco estalló de la cabeza de uno de los hombres de enfrente, y Siobhan dio un paso atrás y cayó hacia un lado con movimientos desordenados.
El otro hombre vestido de negro, en pánico, intentó darse la vuelta y huir. Ethan rápidamente se levantó y lo abatió con tiros precisos.
En ese instante, un grito desesperado llegó desde el otro lado.
—¡Ah carajo me dieron, ayúdame! —se escuchó la voz de pánico de Brock.
Job intentó correr hacia Brock para ayudarlo, pero varios disparos desde el lado opuesto lo obligaron a retroceder. Las balas golpearon el suelo de concreto, levantando nubes de polvo y humo.
Ethan se levantó rápidamente, dio dos pasos hacia atrás, agarró a Siobhan del brazo y la arrastró hasta el muelle de concreto cercano.
—Estoy bien, estoy bien —dijo Siobhan, apoyándose contra el muelle de hormigón. Agarró la mano de Ethan y se sentó.
Miró la bala que había impactado en su chaleco con una expresión de alivio. Afortunadamente, antes de partir, todos se colocaron sus chalecos antibalas, no serian tan descuidados para olvidarlo antes de entrar un tiroteo.
Ethan notó que Siobhan estaba sudando profusamente y su rostro se había puesto pálido, así que la ayudó a aflojarse un poco la armadura.
—Descansa aquí un rato. Voy a ver qué está pasando.
Los gritos de Brock aún resonaban, así que Ethan tuvo que dejar a Siobhan en su lugar. Cambió el cargador de la Glock que tenía en la mano y avanzó.
—El tirador está en lo alto de la torre —gritó Job desde el otro lado al ver la figura de Ethan aparecer.
Él y Emmett estaban tan acorralados que no podían levantar la cabeza. No muy lejos de ellos, Brock yacía en el suelo con una expresión de dolor, y la pernera de su pantalón estaba empapada de sangre.
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Reencarne en Banshee Town
AksiEn el vasto universo de series y películas icónicas, los casos policiales y las tramas de gánsteres se conectan en un entramado más amplio. Desde Banshee Town, surge una historia en la que lo imposible se convierte en parte del día a día. Personajes...