Capítulo 4: Aplausos y Decisiones

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El sonido del aplauso resonó en todo el set, llenando el aire con una mezcla de alivio y celebración. Sebastian se quedó inmóvil por un momento, permitiendo que la oleada de gratitud y cansancio lo recorriera. Había terminado de grabar una de las escenas finales, una de esas que requería no solo habilidad actoral, sino también una buena dosis de riesgo físico. Pero, contra todo pronóstico, lo había logrado a la primera.

Chris, su amigo y director, se abrió paso entre el equipo, una sonrisa de satisfacción en su rostro. Se acercó a Sebastian, dándole una palmada en la espalda.

—Seb, lo hiciste increíble. La verdad, pensé que esta escena sería difícil para ti, pero la bordaste en un solo intento —dijo Chris, su tono sincero y lleno de orgullo.

Sebastian le devolvió la sonrisa, todavía sintiendo la adrenalina correr por sus venas. Era cierto que había habido un momento en el que se había preguntado si podría hacerlo. Pero algo había cambiado en los últimos días, algo dentro de él que le daba una nueva energía, una claridad que no había sentido en mucho tiempo.

—Gracias, Chris. No sé qué fue, pero todo simplemente... encajó —respondió Sebastian, casi sorprendido de escuchar la seguridad en su propia voz.

Chris asintió, como si entendiera perfectamente lo que Sebastian quería decir. Se quedó en silencio por un momento, observándolo con una mezcla de curiosidad y afecto.

—Te he visto diferente últimamente, Seb. Como si algo te hubiera dado un empujón —dijo Chris, su tono más serio—. Pero en el buen sentido, claro. Sea lo que sea, se nota que te ha ayudado.

Sebastian bajó la mirada, pensando en las horas que había pasado leyendo la historia de RAYA, en cómo esas palabras lo habían tocado de una manera que no esperaba. No estaba listo para hablar de eso, al menos no todavía, pero sabía que Chris tenía razón. Algo había cambiado en él, algo que lo hacía sentir más conectado, más presente.

Chris rompió el silencio con una sonrisa más relajada.

—Bueno, te tengo buenas noticias. Ya no tienes que venir al set. Hemos terminado con tus escenas, y solo quedan algunas tomas finales con otros actores. Así que eres libre, hermano. No necesitas volver hasta que te llamemos para la gira de medios.

Sebastian sintió una mezcla de alivio y tristeza. El rodaje había sido intenso, pero siempre había algo agridulce en terminar un proyecto, en decir adiós a los personajes y al equipo que se había convertido en una especie de familia temporal.

—¿Y qué piensas hacer con estas semanas libres? —preguntó Chris, inclinándose hacia él con interés—. ¿Regresarás a Nueva York o te quedarás en tu depa en Los Ángeles?

Sebastian reflexionó por un momento. Aunque Los Ángeles siempre había sido su base durante los rodajes, Nueva York era donde estaba su verdadero hogar, donde podía perderse en el anonimato de la ciudad y reencontrarse consigo mismo. Además, tenía una extraña sensación de que necesitaba regresar allí, que algo lo estaba llamando de vuelta.

—Creo que regresaré a Nueva York —respondió finalmente, con una sonrisa tranquila—. Necesito ese aire, esa energía de la ciudad. Además, tengo ganas de desconectar un poco y simplemente... estar.

Chris asintió, entendiendo perfectamente la decisión de su amigo.

—Me parece una excelente idea. Nueva York siempre ha sido tu lugar para recargar las pilas. Disfruta del tiempo libre, Seb. Te lo mereces.

Sebastian sonrió y le dio un apretón de manos a Chris antes de comenzar a despedirse de otros miembros del equipo. Mientras lo hacía, no podía evitar sentir una mezcla de emociones. Por un lado, estaba listo para dejar atrás el set y todo lo que implicaba, pero por otro, sabía que este era solo el comienzo de un nuevo capítulo, uno en el que podría finalmente explorar esa conexión que había sentido con las palabras de RAYA.

Con una última mirada al set, donde tantas emociones se habían desarrollado, Sebastian se dirigió hacia el futuro con una sensación de anticipación. Nueva York lo esperaba, y con ella, la promesa de descubrir más sobre esa historia que había comenzado a transformar su vida de maneras inesperadas.

La Búsqueda que nos unió - Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora