Capítulo 14: Despertar en la Tormenta

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Elvira se removió en la cama, intentando ignorar el sonido insistente de su teléfono que vibraba sobre la mesita de noche. Había dormido poco después de la emocionante noche anterior, y cuando finalmente se dejó arrastrar por el sueño, no esperaba ser despertada tan temprano. Aún adormilada, estiró la mano para silenciar el teléfono, pero las llamadas seguían llegando una tras otra.

Con un suspiro de resignación, se incorporó en la cama y miró la pantalla del teléfono. Varias llamadas perdidas de su editor, amigo, y manager, Nicholas. El corazón de Elvira comenzó a latir más rápido. Había dejado claro que no la molestaran a menos que fuera una emergencia, así que si Nicholas estaba llamando tan insistentemente, algo grave debía estar sucediendo.

Finalmente, contestó la llamada que volvía a entrar, su voz aún ronca por el sueño.

—¿Nicholas? ¿Qué pasa? —preguntó, la preocupación clara en su tono.

—Elvira, Houston, tenemos un problema... —respondió Nicholas, su tono mezcla de incredulidad y urgencia—. ¿Por qué diablos tengo al maldito Robert Downey Jr. y a varios actores y productores de Hollywood preguntando por tus datos?

Elvira parpadeó, confusa y aún más despierta de golpe. Intentó procesar lo que Nicholas acababa de decir, pero las palabras parecían no tener sentido.

—Espera, ¿qué? —dijo, llevándose una mano a la frente—. Oh, por Dios... ¿Sebastian lo hizo?

—¿Sebastian? —repitió Nicholas, su voz subiendo un par de octavas—. Sí, tengo a varios actores, directores, y productores de Hollywood en mis correos, todos preguntando sobre "RAYA". Quieren saber quién eres, cómo contactarte para hablar "de negocios". ¿Qué está pasando? ¿Qué hiciste?

Elvira se dejó caer de nuevo en la cama, tapándose los ojos con una mano mientras intentaba asimilar la situación. Todo había comenzado como una divertida conversación la noche anterior, un intercambio que había pensado que se quedaría en la privacidad de Instagram. Pero ahora, gracias a Sebastian y su red de contactos, parecía que toda la industria del entretenimiento estaba interesada en ella, en RAYA, en descubrir quién se escondía detrás del nombre.

—No hice nada... —dijo Elvira, sintiendo una mezcla de risa y pánico—. Solo hablé con Sebastian Stan. Ya sabes, el actor. Él me envió un mensaje y estuvimos hablando un poco. Pensé que era una conversación privada, pero aparentemente... bueno, supongo que mencionó algo a sus amigos. No pensé que fuera a llegar tan lejos, Nicholas.

El otro lado de la línea permaneció en silencio por un momento, y Elvira pudo imaginarse a Nicholas masajeándose las sienes, intentando lidiar con la situación.

—Bueno, pues lo hizo, y ahora tienes a medio Hollywood preguntando por ti. Necesitamos tomar una decisión sobre cómo manejar esto, porque esto podría convertirse en algo grande. Muy grande. —Nicholas se detuvo un momento antes de continuar—. ¿Qué piensas hacer?

Elvira dejó escapar un largo suspiro, tratando de ordenar sus pensamientos. Sabía que su vida privada había sido importante para ella, que había mantenido su identidad en secreto por una razón. Pero también sabía que esta era una oportunidad que, si se manejaba bien, podría llevar su carrera a otro nivel, incluso si implicaba salir de las sombras.

—Primero... necesito pensar. Esto es demasiado para procesar de una sola vez —dijo finalmente, su voz volviendo a un tono más firme—. Pero creo que lo mejor será no hacer nada por ahora. No quiero apresurarme en una decisión que podría cambiar todo. Tal vez solo mantengamos la calma, veamos cómo se desarrollan las cosas, y después decidimos el siguiente paso.

Nicholas pareció considerar sus palabras antes de responder.

—Está bien, Elvira. No haremos nada apresurado. Pero necesitamos estar preparados para cualquier cosa. Hollywood no se queda quieto por mucho tiempo, y si realmente quieren saber quién eres, harán lo que sea necesario para averiguarlo.

Elvira asintió, aunque sabía que Nicholas no podía verla. Tenía razón. Las cosas podrían cambiar rápidamente, y ella debía estar lista para lo que viniera, incluso si eso significaba exponerse más de lo que había imaginado.

—Lo sé, Nicholas. Gracias por decírmelo tan pronto. Hablemos más tarde, ¿vale? Necesito un momento para digerir todo esto.

—Por supuesto. Mantente en contacto, y si recibes algún mensaje extraño, házmelo saber.

Elvira colgó la llamada y dejó caer el teléfono a su lado. La habitación se sentía más pequeña, como si el peso de las expectativas de medio Hollywood estuviera presionando contra las paredes. No era solo la curiosidad de los fans lo que la rodeaba ahora; era la atención de una industria entera, y eso cambiaba todo.

Se levantó de la cama, tratando de sacudirse la sensación de claustrofobia que comenzaba a apoderarse de ella. Necesitaba un café, una ducha, y un momento para pensar. Mientras caminaba hacia la cocina, no pudo evitar sonreír un poco al recordar la promesa de Sebastian de averiguar quién era. "Lo juro por la moto de Giancarlo que averiguaré quién eres..." había dicho. Y ahora, parecía que había hecho más que eso. Había desencadenado una búsqueda que ni ella misma había previsto.

Elvira abrió la ventana de su cocina, dejando que el aire fresco de la mañana la calmara. Sabía que este era solo el comienzo de algo mucho más grande, y aunque la idea la asustaba, también la emocionaba. Por primera vez, sentía que estaba en el borde de un cambio monumental, y aunque no sabía lo que vendría después, estaba lista para enfrentarlo.

La Búsqueda que nos unió - Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora