Capítulo 15: Entre Memes y Mensajes

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Elvira pasó la mayor parte de la mañana en un estado de nerviosismo, analizando cada ángulo posible de la situación. Había dado vueltas a la conversación con Nicholas, pensando en lo que significaba que toda esa atención estuviera ahora enfocada en ella. Sabía que quedarse quieta no era una opción, pero tampoco quería apresurarse a tomar una decisión que no pudiera revertir.

Finalmente, después de mucho pensar, decidió que la mejor manera de manejar todo esto era mantener el sentido del humor. Si había algo que la había ayudado a superar las situaciones más estresantes en su vida, era su capacidad de reírse de las cosas. Y ahora, más que nunca, necesitaba mantener esa actitud.

Tomó su teléfono, abrió Instagram, y comenzó a buscar un meme que había visto hacía tiempo, uno que mostraba un cartel de "Se Busca" con una ilustración borrosa y un texto humorístico. Lo descargó, y después de pensarlo por un segundo, lo editó ligeramente para agregar un toque personal. Luego, adjuntó la imagen a un mensaje para Sebastian.

Con una sonrisa traviesa, escribió el mensaje:

"Vaya, las cosas se pusieron intensas. ¿Alguien está pidiendo recompensa para saber quién soy?

jaja, amanecí casi con el FBI detrás. Por cierto, ¡buen día!"

Elvira leyó el mensaje una última vez antes de enviarlo. Había algo liberador en tomar el control de la narrativa, incluso si solo era a través de un meme. Sabía que Sebastian entendería la broma, y que probablemente también estaría riendo de la situación en la que se habían metido.

Después de enviar el mensaje, dejó el teléfono a un lado y se preparó una taza de café. Mientras el aroma se esparcía por la cocina, se dio cuenta de que, a pesar de lo estresante que había sido la mañana, se sentía más tranquila ahora que había tomado una decisión. Reírse de la situación y compartirlo con Sebastian le permitía mantener la perspectiva y no dejarse abrumar por la atención inesperada.

Cuando el café estuvo listo, lo llevó a la mesa y se sentó frente a la ventana, observando el mundo que continuaba moviéndose a su alrededor. A pesar de todo, había algo reconfortante en saber que, al menos por ahora, podía seguir siendo RAYA en sus propios términos. La decisión de cuándo y cómo revelar más de sí misma seguía siendo suya, y eso le daba una sensación de control en medio del caos.

El teléfono vibró sobre la mesa, y Elvira lo tomó rápidamente, esperando la respuesta de Sebastian. Cuando la pantalla se iluminó, no pudo evitar sonreír al leer su respuesta.

"¡Jajaja! Creo que me excedí un poco, ¿no? Aunque, en mi defensa, nunca juré en vano por la moto de Giancarlo. Buen día para ti también, RAYA. Y... lo siento por el FBI. No sabía que serías tan difícil de encontrar ;)"

Elvira rió mientras leía el mensaje, imaginándose a Sebastian riendo al otro lado de la pantalla. Había algo refrescante en esta interacción, en cómo podían bromear sobre algo que para otros podría ser estresante o abrumador.

Decidió que, al menos por ahora, jugaría con la situación. No revelaría más de lo necesario, pero tampoco se escondería completamente. El equilibrio entre el misterio y la conexión era delicado, pero estaba dispuesta a mantenerlo.

Con una sensación de ligereza en el pecho, Elvira tomó un sorbo de su café, dejando que la calidez la envolviera. Sabía que había muchas decisiones por tomar en el futuro cercano, pero por ahora, estaba contenta de poder enfrentar lo que venía con una sonrisa en los labios.

Decidió continuar con el tono ligero y juguetón de la conversación. Tomó el teléfono y escribió:

"Bueno, no sabía que la gente en Hollywood era tan insistente. Creo que en el siguiente libro tendré que quitarle esa moto a Giancarlo ;) Pero en serio, ¿RDJ y Jimmy Fallon? Gracias a Dios no me escribieron a mi teléfono, o habría muerto de un infarto... Esto está siendo muy divertido, Seb. ¿Puedo llamarte así? Me gusta mi anonimato, así que quizás solo puedo decirte que sí, en realidad soy una persona

Eso es todo lo que tendrás JA."

Envió el mensaje y soltó una pequeña risa, imaginando la reacción de Sebastian al leerlo. Había algo liberador en poder bromear sobre su identidad, en jugar con la idea de ser un misterio en un mundo donde todos estaban acostumbrados a exponerlo todo.

Mientras esperaba la respuesta, se preguntó cómo seguiría desarrollándose esta peculiar relación. Hasta ahora, había logrado mantener su anonimato mientras interactuaba con alguien que, de alguna manera, había cruzado una línea que pocos se atrevían a cruzar. Y aunque la situación había escapado un poco de su control, estaba disfrutando del desafío.

El teléfono volvió a vibrar, y Elvira lo tomó rápidamente para leer la respuesta de Sebastian.

"Jajaja, me has matado con lo de la moto. Por favor, no le hagas eso a Giancarlo, no sé si lo soportaría. Y sí, puedes llamarme Seb, suena más natural. Me alegra saber que, al menos, eres una persona... Aunque ahora tengo más preguntas que respuestas. Esto es como un misterio de los buenos, ¿sabes? Pero bueno, respeto que quieras mantener tu anonimato. Solo espero que sigamos hablando, esto está siendo bastante entretenido :)"

Elvira sonrió, sintiéndose más relajada que antes. La conversación había tomado un giro divertido, y aunque aún quedaban muchas incógnitas, estaba contenta de que ambos pudieran disfrutar del misterio sin que se convirtiera en una carga.

Escribió una respuesta rápida:

"Prometo que Giancarlo estará a salvo... por ahora. Y sí, Seb, esto está siendo bastante entretenido. Quién sabe, tal vez algún día descubras más. Pero por ahora, disfrutemos del juego ;)"

Con ese último mensaje enviado, Elvira dejó el teléfono a un lado y se recostó en su silla, sintiendo una extraña mezcla de emoción y tranquilidad. Había logrado mantener su anonimato, pero también había encontrado una conexión inesperada con alguien que, de alguna manera, entendía y respetaba su deseo de permanecer en las sombras. Y por primera vez en mucho tiempo, eso le parecía exactamente lo que necesitaba.

La Búsqueda que nos unió - Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora