Capítulo 21: El Día Perfecto

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Había pasado una semana desde la transmisión en vivo en el Rockefeller Center, y Elvira aún podía sentir la emoción de esos momentos resonando en su vida diaria. La interacción con Sebastian había añadido una nueva capa de emoción a su rutina, y aunque el "juego de la búsqueda del tesoro" no había terminado, ella sabía que debía seguir con sus propias responsabilidades.

Esta mañana, sin embargo, trajo consigo noticias que cambiaron el ritmo de su día. Después de semanas de incertidumbre, finalmente recibió una fecha tentativa para la publicación de su próximo libro. Era una noticia que siempre le traía una mezcla de emoción y ansiedad, pero esta vez, había un matiz especial en el aire.

Mientras revisaba los correos de Nicholas, se dio cuenta de que la fecha de lanzamiento sugerida caía en un día particularmente significativo: el 26 de diciembre, su cumpleaños. ¿Quién lo diría? pensó Elvira, con una sonrisa nostálgica. A lo largo de los años, sus lanzamientos habían caído en fechas bastante diversas: el 19 de marzo de hace dos años, y el 31 de agosto el año pasado. Pero este año, por alguna razón, el destino parecía haber alineado las estrellas para que su libro saliera justo en el día en que celebraba un año más de vida.

Elvira se levantó de su silla y se acercó a la ventana, mirando las calles de Nueva York que comenzaban a llenarse de luces navideñas. Había algo casi poético en lanzar su libro en esa fecha, un día que siempre había sido una mezcla de celebración y reflexión para ella. Recordó sus años más jóvenes, cuando los libros eran un lujo que no siempre podía permitirse. Era esa misma razón la que la había llevado a ofrecer sus historias de manera gratuita en Wattpad, una forma de contribuir a que otros pudieran acceder a la literatura sin importar su situación económica.

Sin embargo, la decisión de lanzar su libro el 26 de diciembre no había sido fácil. Había tenido que pelear con Nicholas y la editorial para conseguir esa fecha. Normalmente, los lanzamientos se hacían en las semanas previas a la Navidad, cuando las ventas eran más altas y la gente compraba libros para regalarlos. Pero este año, Elvira sintió que necesitaba algo más personal, algo que la conectara de manera más profunda con su obra.

Quiero que este lanzamiento sea diferente, pensó mientras se apartaba de la ventana y volvía a su escritorio. La editorial, por supuesto, había mostrado su descontento. Querían que participara en algunos medios para promocionar el libro, incluso que organizara una fiesta de lanzamiento. Pero Elvira no se sentía cómoda con ninguna de esas opciones. No solo porque eran fechas muy ocupadas para todos, sino porque la idea de una gran celebración no encajaba con lo que este libro significaba para ella.

Miró las notas y bocetos que tenía en su escritorio, pensando en lo lejos que había llegado. Este libro era más que solo una historia; era una parte de su vida, un reflejo de sus experiencias, y lanzarlo en su cumpleaños parecía darle el cierre perfecto a ese capítulo de su existencia.

Sabía que Nicholas estaba frustrado con su decisión de no hacer una promoción tradicional, pero no podía forzarse a hacer algo que no le parecía auténtico. Además, una fiesta de lanzamiento solo para su pequeño círculo de amigos no tenía mucho sentido. Ella prefería mantener las cosas simples, como siempre lo había hecho.

Elvira volvió a abrir su correo y comenzó a redactar una respuesta a Nicholas, confirmando la fecha de lanzamiento y explicando su decisión una vez más. Sabía que él entendería, aunque quizás no estuviera completamente de acuerdo.

Mientras escribía, una sensación de calma la invadió. A pesar de todas las presiones externas, sentía que estaba haciendo lo correcto. El 26 de diciembre no solo sería un día de celebración personal, sino también un día para compartir algo que había creado con tanto amor y dedicación.

Al finalizar su correo, no pudo evitar pensar en Sebastian y en cómo él reaccionaría al enterarse de la fecha de lanzamiento. Aunque aún quedaban muchas preguntas sin respuesta entre ellos, estaba segura de que él comprendería la importancia de este día para ella. Y, de alguna manera, eso la hacía sentir aún más segura de su decisión.

Con el correo enviado, Elvira se reclinó en su silla, mirando nuevamente por la ventana. El aire frío de diciembre comenzaba a llenar la ciudad con un sentido de anticipación, y ella sabía que, sin importar lo que viniera después, este sería un diciembre que nunca olvidaría.

Evira estaba a punto de cerrar su correo cuando su teléfono vibró, indicando que había recibido un nuevo mensaje. Miró la pantalla y vio que era de Sebastian. Una sonrisa se dibujó en su rostro al abrir el mensaje, anticipando el tono juguetón que ya se había vuelto característico en sus conversaciones.

"Entonces, ¿qué me vas a regalar para Navidad?

¿Respuesta a una pregunta? ¿Tu nombre? ¿Una pista? Mujer, me estoy volviendo loco..."

Elvira soltó una carcajada, no pudiendo evitar reírse por la desesperación divertida que se reflejaba en las palabras de Sebastian. La forma en que él la abordaba, mezclando humor y curiosidad, hacía que las conversaciones fueran siempre entretenidas y ligeras, a pesar de las serias preguntas que subyacían.

Pensó en cómo responderle, queriendo mantener el misterio, pero al mismo tiempo sintiendo una chispa de atrevimiento que la impulsaba a hacer algo más. Mientras reflexionaba, su dedo navegó automáticamente hasta su galería de GIFs y seleccionó uno de un perrito con una expresión pensativa, como si estuviera deliberando sobre una decisión importante. Lo envió a Sebastian con una sonrisa, sabiendo que la imagen le arrancaría una risa.

Pero mientras lo hacía, otra idea surgió en su mente. ¿Y si le enviaba su libro? El pensamiento la sorprendió, pero cuanto más lo consideraba, más sentido tenía. Sabía que Sebastian estaba ansioso por saber más sobre ella, y aunque no estaba lista para revelar su identidad completa, enviarle su libro podría ser un gesto significativo, algo que le permitiera acercarse un poco más sin romper el misterio.

Tomó un respiro profundo y decidió arriesgarse. Escribió un nuevo mensaje:

"¿Sabes qué? Tengo una idea. ¿Por qué no te envío algo que te ayude a pasar el tiempo mientras piensas en tus preguntas? Pero necesitaría tu dirección para eso... ¿Te parece?"

Elvira miró el mensaje antes de enviarlo, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo. Sabía que era un gran paso, pero también sabía que no estaba lista para dar más pistas sobre su identidad. El libro, sin embargo, era una extensión de ella misma, algo personal que podría compartir sin dejar de ser RAYA.

Finalmente, presionó "Enviar" y dejó el teléfono a un lado, esperando la respuesta de Sebastian. Mientras esperaba, su mente corría con posibilidades. ¿Qué pensaría él? ¿Aceptaría la oferta? Y, si lo hacía, ¿cómo reaccionaría al recibir el libro? Había tantas incógnitas, pero al mismo tiempo, la posibilidad de compartir una parte de ella misma con alguien que había llegado a ser importante en su vida, aunque de manera inesperada, la llenaba de una cálida anticipación.

El teléfono vibró nuevamente, y Elvira lo tomó rápidamente. El mensaje de Sebastian llegó, lleno de la misma energía y curiosidad que siempre mostraba.

"¿De verdad? ¡Eso suena increíble! No tienes idea de lo que esto significa para mí. Aquí está mi dirección... ¡No puedo esperar!"

Elvira sonrió mientras leía la respuesta y rápidamente guardó la dirección. Sintió una mezcla de emoción y nervios mientras pensaba en cómo manejar el envío. Quería que el libro llegara a tiempo, y más importante aún, quería que el regalo se sintiera especial.

Tomó su agenda y comenzó a planificar cómo haría el envío, asegurándose de que el libro llegara envuelto de una manera que reflejara el cuidado y la consideración que estaba poniendo en este gesto. Aunque el libro estaría disponible para el público en general en su cumpleaños, Sebastian recibiría una copia especial, un regalo anticipado que él sería uno de los primeros en leer.

Mientras preparaba todo, no pudo evitar sentir que este diciembre estaba tomando un giro inesperado, uno que hacía que cada día se sintiera un poco más brillante y lleno de posibilidades. Estaba dando un paso hacia algo nuevo, algo que podría cambiar la dinámica de su relación con Sebastian. Pero, por ahora, estaba dispuesta a disfrutar del viaje, sabiendo que, pase lo que pase, este diciembre sería uno para recordar.

La Búsqueda que nos unió - Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora