Eran apenas las 7 de la mañana cuando Sebastian se despertó con una sola idea en mente: encontrar a RAYA. Después de la conversación nocturna que había tenido con ella, la curiosidad se había convertido en una especie de obsesión. No podía dejar de pensar en lo que ella había dicho, en la forma en que había evadido sus preguntas con ese aire de misterio que solo hacía que quisiera saber más.
Sin pensarlo dos veces, tomó su teléfono y comenzó a escribir mensajes frenéticamente. Primero a su asistente, luego a su manager, y finalmente a sus amigos más cercanos, incluyendo a sus ex coprotagonistas y a su mamá. El contenido era casi el mismo, aunque ajustado para cada destinatario:
"Ok, esto sonará raro, primero que nada buenos días a todos, pero oigan, necesito que me ayuden en algo. Necesito descubrir quién es ella. Se aceptan sugerencias... http://:...................."
El enlace que envió llevaba directamente al perfil de RAYA en Instagram. No esperaba que todos respondieran de inmediato, pero la necesidad de desahogarse y pedir ayuda era demasiado fuerte como para esperar. Minutos después de enviar los mensajes, comenzó a recibir respuestas, algunas inmediatas, otras que llegaban poco a poco.
Anthony, uno de sus amigos más cercanos, fue de los primeros en responder, con su tono habitual de burla amistosa:
"Oh vamos, ¿tú también los lees? No sabía que eras de los románticos empedernidos."
Sebastian no pudo evitar reírse ante la respuesta de Anthony. Era el tipo de comentario que había esperado de él, pero aun así, no disminuía su determinación.
Unos minutos después, Scarlett Johansson, una de sus coprotagonistas más conocidas, respondió con un mensaje corto pero intrigante:
"Oye, yo la sigo en Twitter."
Sebastian se detuvo por un momento, sorprendido. No tenía idea de que Scarlett también seguía a RAYA, lo que solo aumentaba su curiosidad. Estaba a punto de escribirle para preguntar más detalles cuando recibió otro mensaje, esta vez de Chris:
"¿Ya empezó la búsqueda?"
Sebastian sonrió. Chris siempre había sido perceptivo, y parecía haber adivinado exactamente en qué estaba metido. No había necesidad de dar más explicaciones con él, y eso lo reconfortaba.
El mensaje que lo tomó por sorpresa, sin embargo, fue el de su madre. Aunque sabía que podía contar con su apoyo, no esperaba que ella lo tomara tan en serio:
"Suerte, dragă. No sé por qué los jóvenes hoy en día ocultan quienes son, pero te apoyo en todo. Le escribiré a algunos amigos."
Sebastian se detuvo a leer el mensaje de su madre una vez más, sintiendo una mezcla de calidez y vergüenza. Había algo reconfortante en saber que incluso en su búsqueda más extraña, su madre estaba allí para apoyarlo. "Dragă" era una palabra rumana que ella usaba con él desde pequeño, un término cariñoso que siempre lo hacía sentir protegido, sin importar lo absurdo que pudiera parecer su objetivo.
Con todas las respuestas ante él, Sebastian se dio cuenta de que su pequeña misión estaba tomando una dimensión que no había anticipado. Lo que había empezado como una simple curiosidad se estaba convirtiendo en un esfuerzo colectivo, algo que, al parecer, estaba comenzando a involucrar a personas que nunca había imaginado que estarían interesadas.
Decidido a seguir adelante, comenzó a responder a los mensajes de sus amigos, agradeciendo la ayuda y bromeando sobre lo que podría venir. Sabía que esto podría convertirse en un juego, un misterio que todos estarían interesados en resolver. Sin embargo, en el fondo, también sabía que para él era algo más que eso. Había algo en RAYA, en la forma en que escribía, en la manera en que se mantenía oculta, que lo atraía profundamente.
Mientras el sol comenzaba a iluminar las calles de Nueva York, Sebastian se levantó del sofá y se dirigió a la cocina para preparar un café. Aún tenía mucho por hacer, pero sentía que estaba más cerca de descubrir algo, incluso si ese algo solo lo llevara a más preguntas.
Con la taza de café en la mano, miró por la ventana, pensando en lo que vendría. La búsqueda había comenzado, y aunque no tenía idea de dónde lo llevaría, estaba decidido a seguir adelante. Después de todo, como había dicho a RAYA la noche anterior, lo juraba por la moto de Giancarlo, un chiste repetido de uno de los protagonistas que amaba lo más preciado de el... su moto. Y eso, para él, significaba que no había vuelta atrás.
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La Búsqueda que nos unió - Sebastian Stan
FanfictionCOMPLETA 🫰🏻 ¿Alguna vez has sentido que las palabras de un libro te hablan directamente al corazón? Sumérgete en la fascinante historia de Sebastian, un actor que lo tenía todo: fama, dinero, éxito y un brillo que muchos envidiarían. Pero detrás...