Capítulo 49: Realidades Impactantes

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Elvira se recostó en la cama de su pequeño Airbnb en Newport, sintiendo el cansancio del día en sus huesos. El paseo por las mansiones y el yate la habían dejado agotada, pero también algo más ligera de espíritu. Decidió encender su celular por primera vez en días, algo que había evitado durante toda su escapada para proteger su paz mental.

Cuando la pantalla cobró vida, se encontró con una avalancha de notificaciones. Su corazón se aceleró mientras comenzaba a revisar los mensajes. Había muchos de Nicholas y su esposa, mensajes llenos de preocupación y cariño:

"¿Dónde estás?"
"Por favor, pequeña, una señal."
"Sé por lo que pasas. Todo va a pasar."
"Bueno, creo que en este punto te entiendo. Alejarte y darte un respiro está bien, pero por favor, cuídate. Solo quiero que sepas que te amamos, que eres valiosa..."

Elvira sintió una mezcla de culpa y alivio. Sabía que había preocupado a sus seres queridos, pero al mismo tiempo, el tono amoroso de los mensajes la reconfortaba. Había necesitado este espacio, este tiempo para sí misma, pero ahora sentía que había llegado el momento de reconectarse con su realidad.

Luego de los mensajes personales, comenzó a revisar sus correos. Tenía varias invitaciones de medios para hablar de su libro, correos formales de la editorial, y uno en particular de Nicholas que captó su atención. El correo era directo, con copia a la editorial, y en él compartía los números más recientes de su libro.

"¿En qué momento logré todo esto?" Pensó Elvira mientras sus ojos recorrían las cifras. Su mente estaba aturdida por la sorpresa. "Dios, ¿tantas ventas?" No solo eran las ventas; lo que realmente la dejó sin aliento fue el impacto que estaba teniendo en las personas.

Corrió a abrir Wattpad, la plataforma donde todo había comenzado. Siempre había querido que la gente pudiera leerla de forma gratuita, y ver que su historia seguía alcanzando a más y más personas era un sueño hecho realidad. Cuando la aplicación se cargó, Elvira casi dejó caer el teléfono al ver las estadísticas.

"¿360 millones de leídas? WTF, ¿en qué momento?"

Las palabras simplemente no alcanzaban a expresar la incredulidad que sentía. Apenas habían pasado ocho o nueve días desde el lanzamiento de su libro, y el mundo había estallado a su alrededor sin que ella se diera cuenta.

Elvira se sentó rápidamente en la cama, sintiendo cómo su cabeza daba vueltas. Era demasiado para procesar de golpe. Había estado tan sumida en su propia miseria, en sus miedos e inseguridades, que no había visto el impacto real que su trabajo estaba teniendo en el mundo.

Su mirada volvió a la pantalla del teléfono, viendo las cientos, miles de menciones en redes sociales. Medios, fans, todos hablaban de su libro, de su historia, de ella. Se dio cuenta de que, mientras había estado lidiando con sus propios demonios internos, su obra estaba tocando vidas, estaba dejando una huella en personas que ni siquiera conocía.

"Dios, necesito sentarme..." murmuró para sí misma, aunque ya estaba sentada. No podía creer lo que estaba viendo. Era como si el mundo entero hubiera cambiado mientras ella había estado encerrada en su pequeño universo de dolor y duda.

A medida que su respiración se calmaba, comenzó a leer algunos de los comentarios en Wattpad. Palabras de agradecimiento, de admiración, de personas que decían que su historia les había cambiado la vida, que les había dado esperanza, que les había hecho sentir que no estaban solos.

"¿Cómo pude estar tan ciega?" se preguntó. Había estado tan enfocada en lo que sentía que le faltaba, en lo que no era, que no se había dado cuenta de todo lo que ya tenía, de todo lo que estaba dando al mundo.

Por primera vez en días, Elvira sonrió. No era una sonrisa de completa felicidad, porque aún había dolor en su corazón, pero era una sonrisa de reconocimiento, de darse cuenta de que, a pesar de todo, estaba haciendo algo que importaba. Algo que tenía valor.

Elvira dejó el teléfono a un lado y se recostó en la cama, mirando el techo. Había pasado tanto tiempo sintiéndose insuficiente, pero ahora, viendo todo lo que había logrado, comenzó a cuestionar esos pensamientos. Quizá, solo quizá, no era tan insuficiente como había pensado.

Con esa pequeña chispa de esperanza encendida en su interior, Elvira cerró los ojos, permitiéndose descansar con la conciencia tranquila. Sabía que aún tenía un largo camino por recorrer, tanto en su vida personal como en su carrera, pero ahora, al menos, sentía que tenía la fuerza para seguir adelante. Para seguir escribiendo, viviendo, y sí, amando, aunque eso significara enfrentar sus miedos y vulnerabilidades una vez más.

La Búsqueda que nos unió - Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora