Un Destino Inesperado.

Cap8: Sentimientos Enredados.

Capítulo 8: Un Día de Suavidad y Cariño

La mañana en Konoha transcurrió con la rutina habitual. El equipo 7, como siempre, se encontraba en su lugar de entrenamiento, listos para otro día de ejercicios intensos bajo la dirección de Kakashi. Sin embargo, algo era diferente ese día. El aire, aunque fresco y lleno de la energía de la mañana, estaba cargado con una tensión distinta, algo que Naruto no tardó en notar.

Sasuke estaba... raro. Durante el entrenamiento, en lugar de las respuestas cortas y despectivas, las miradas frías y distantes, había una calma inusual en su comportamiento. Su mirada, que usualmente era afilada y calculadora, parecía más suave cuando se dirigía a Naruto. Incluso sus movimientos, aunque precisos como siempre, carecían de la frialdad característica.

Naruto, al principio, no le prestó mucha atención. Después de todo, Sasuke siempre tenía sus días extraños. Pero conforme pasaban las horas, las pequeñas diferencias se volvían más notables. Cuando Naruto tropezó accidentalmente al realizar uno de sus Jutsus, en lugar de recibir una mirada de burla o una crítica, Sasuke simplemente extendió su mano para ayudarlo a levantarse. El contacto fue breve, pero suficiente para que Naruto frunciera el ceño, confundido.

— Sasuke, ¿estás bien? — preguntó Naruto con una risa nerviosa mientras aceptaba la ayuda. — Normalmente me dirías que soy un idiota o algo así...

Sasuke desvió la mirada, casi incómodo, pero su expresión seguía siendo tranquila.

— No te caigas la próxima vez, Naruto — fue lo único que dijo, en un tono neutral.

Naruto se quedó de pie por un segundo, procesando lo que acababa de pasar. No era como Sasuke. Algo estaba definitivamente fuera de lugar.

Sakura, que había estado observando la interacción desde la distancia, frunció el ceño. Ella también notaba el cambio en Sasuke, pero no podía descifrarlo del todo. Kakashi, como siempre, permanecía inmerso en su libro, pero incluso él lanzaba miradas furtivas al comportamiento inusual de su alumno más serio.

A lo largo del día, el cambio en la actitud de Sasuke se volvió más evidente. Se ofreció a entrenar con Naruto de una manera más colaborativa, corrigiéndolo en lugar de simplemente ignorarlo o burlarse de él. Incluso cuando Naruto, como era costumbre, hizo uno de sus chistes tontos, Sasuke no lo reprendió con dureza. En cambio, una leve curva en los labios de Sasuke —lo más parecido a una sonrisa que jamás había mostrado— apareció fugazmente.

— ¿Qué demonios está pasando contigo hoy, Sasuke? — preguntó Naruto, aún más confundido. — Es como si fueras otra persona.

Sasuke, que había estado ajustando su banda en la frente, solo lo miró de reojo.

— No seas dramático, Naruto — respondió, pero su tono seguía siendo inusualmente calmado.

Más tarde, esa tarde...

El sol ya empezaba a descender, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados cuando el equipo 7 terminó su entrenamiento por el día. Kakashi fue el primero en retirarse, asegurándose de recordarles que estarían listos para una nueva misión al día siguiente. Sakura se despidió con una sonrisa, aunque seguía claramente confundida por el comportamiento de Sasuke durante todo el día.

— Nos vemos mañana, chicos — dijo ella, lanzándole una última mirada curiosa a Sasuke antes de irse.

Naruto, sin embargo, decidió quedarse un poco más, aún lleno de energía. No podía entender cómo Sasuke, que usualmente mantenía una distancia insalvable entre ellos, había sido tan... diferente.

— Oye, Sasuke, ¿te quedas un rato más? — preguntó Naruto, haciendo girar una kunai entre sus dedos, claramente sin querer irse todavía.

Para sorpresa de Naruto, Sasuke asintió en silencio. Los dos se quedaron solos en el campo de entrenamiento, el ambiente entre ellos cargado con una mezcla de confusión y expectación.

Naruto, inquieto como siempre, decidió romper el silencio.

— En serio, Sasuke, hoy estuviste... raro. Digo, no es que esté mal, pero normalmente eres... bueno, ya sabes, ¡más Sasuke! — dijo Naruto, soltando una risa nerviosa.

Sasuke lo miró en silencio durante un momento, como si estuviera considerando sus palabras. Durante esos segundos, Naruto sintió una sensación extraña en el aire, como si algo importante estuviera a punto de suceder.

— ¿Por qué siempre tienes que hablar tanto? — preguntó Sasuke de repente, pero su tono no era el habitual de crítica. En lugar de sonar molesto, había un leve toque de suavidad en su voz.

Naruto se quedó boquiabierto, sorprendido por la respuesta. No era la primera vez que Sasuke le decía eso, pero esta vez había algo diferente. Algo en los ojos de Sasuke que parecía... más suave. Menos frío.

El silencio volvió a caer entre ellos, y por un momento, Naruto sintió que el aire se volvía más denso. Estaban solos, y la presencia de Sasuke se sentía más cercana de lo habitual, aunque ninguno de los dos dijera nada.

Sasuke, por su parte, sentía una mezcla de nerviosismo y calma. Había estado luchando durante días contra los sentimientos que crecía en su interior, sentimientos que no había querido admitir. Pero en ese momento, a solas con Naruto, la resistencia que había construido comenzaba a desmoronarse.

De repente, Sasuke rompió la distancia entre ellos. No fue un movimiento brusco ni agresivo, pero la cercanía era suficiente para que Naruto se pusiera rígido por la sorpresa. Sasuke no era de los que se acercaban tanto a nadie, y menos a él.

— ¿Qué... qué estás haciendo? — preguntó Naruto, tragando saliva mientras intentaba mantener la compostura.

Sasuke no respondió de inmediato. En lugar de eso, levantó una mano, tocando el hombro de Naruto con suavidad. El gesto era tan inesperado que Naruto casi dio un paso atrás por puro instinto.

— Naruto... — comenzó Sasuke, pero se detuvo. Las palabras se atascaban en su garganta, y por un momento, una batalla interna se libró dentro de él.

Naruto, completamente desconcertado por la cercanía de Sasuke y el toque inusualmente afectuoso, no sabía qué decir ni cómo reaccionar. Sasuke nunca había sido así con él. En toda su vida, jamás lo había visto tan... ¿suave?

Finalmente, Sasuke apartó la mano y dio un paso atrás, como si el contacto hubiera sido demasiado para él.

— Olvídalo — murmuró Sasuke, dándose la vuelta, pero la tensión en el aire no disminuyó.

Naruto, aún sin saber qué acababa de pasar, lo observó en silencio, intentando procesar lo que acababa de suceder. Había algo en Sasuke ese día que no podía entender, pero algo dentro de él le decía que había mucho más de lo que Sasuke estaba dispuesto a mostrar.

Y aunque Sasuke había decidido, por ahora, mantener sus sentimientos ocultos, Naruto empezaba a sospechar que algo más profundo estaba ocurriendo en el corazón de su compañero más distante.