Capítulo 30: SECUESTRO

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Capítulo 30: Secuestro

Pasaron seis meses desde que Sasuke y Naruto se convirtieron en padres de Menma. Era una mañana tranquila, el sol se filtraba a través de las cortinas de la habitación. Sasuke, sintiendo el peso de su vientre, se despertó primero.

—Maldita sea, esto pesa mucho. —murmuró, tratando de encontrar una posición cómoda en la cama.

Su mirada se posó en Naruto, quien dormía plácidamente. Sasuke tomó su mano y, con una ternura que a veces le sorprendía, le dio un beso suave.

—Eres todo lo que siempre quise, Naruto. —murmuró, su voz casi un susurro.

Después de unos momentos de contemplación, decidió levantarse y se dirigió a la habitación de Menma. Abrió las cortinas y ventanas, dejando que la luz inundara el cuarto. Pero algo le heló la sangre: Menma no estaba. Su corazón se aceleró y, al girar, se encontró con una nota en la cama. La tomó con manos temblorosas, sintiendo un nudo en el estómago.

La nota decía:

> "Sasuke, tu hijo está en mis manos. Si quieres volver a verlo, ven a la antigua base de la Tierra de la Roca. Deidara."

La furia brotó en Sasuke como un volcán a punto de estallar. Sabía que no podía hacer nada, que no podía luchar en su estado actual.

—¡Maldición! —gritó, dejando caer la nota, sintiéndose impotente.

Con el corazón en la mano, decidió despertar a Naruto.

—¡Naruto, despierta! ¡Despierta! —gritó mientras sacudía al rubio.

Naruto se sobresaltó, abriendo los ojos de golpe.

—¿Qué pasa, Sasuke? —preguntó, visiblemente confundido y preocupado.

Sasuke, respirando de forma agitada, explicó rápidamente la situación.

—Menma ha desaparecido. Deidara lo tiene. Dice que si quiero verlo de nuevo, debo ir a la antigua base de la Tierra de la Roca. —dijo, su voz temblando de rabia.

Naruto se incorporó de inmediato, la preocupación transformándose rápidamente en furia.

—¡Esa maldita serpiente! ¡Voy a hacer que pague! —exclamó, su determinación evidente en sus ojos azules.

—No puedo ir. Estoy embarazado. Necesito que tú vayas. Tienes que traerlo de vuelta. —Sasuke imploró, su voz llena de ansiedad.

—No puedo dejarte aquí solo. ¡No! No voy a dejarte así, Sasuke. —respondió Naruto, con su corazón dividido entre su amor por Sasuke y su deber como padre.

—¡No hay tiempo para discutir! ¡Si no te apresuras, podríamos perderlo! —gritó Sasuke, casi al borde de las lágrimas.

Naruto asintió, sabiendo que no había tiempo que perder. Se levantó rápidamente y comenzó a prepararse, mientras Sasuke se quedaba allí, lleno de desesperación.

~~~~~~~~~~~~~~—~~~~~~~~~~~~~~

La batalla se acerca...

Naruto se encontraba frente a la antigua base de Deidara, el viento aullando a su alrededor. Sabía que el arte de Deidara era explosivo, y su mente se centró en cada posible trampa que podría encontrar.

—Menma, aguanta. Papá va a rescatarte. —se prometió a sí mismo.

Cuando entró en la base, las sombras danzaban en las paredes, y la atmósfera estaba cargada de tensión. Con cada paso que daba, la ira crecía en su interior. De repente, un susurro familiar resonó.

Un Destino Inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora