Cap51: Lecciones y Promesas

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Capítulo 51: Lecciones y Promesas

Después de la tensa pelea entre Menma y Boruto, la casa de los Uzumaki Uchiha se había calmado. Sasuke y Naruto estaban en la cocina, organizando las compras mientras los niños se mantenían en la sala. Boruto seguía riéndose suavemente, todavía con la nariz hinchada y sangrando ligeramente, mientras Menma estaba sentado, claramente molesto por lo ocurrido. Mei, preocupada, no se alejaba de su lado.

Naruto se acercó al salón con una expresión más seria, sin la sonrisa despreocupada que usualmente lo caracterizaba.

— Menma, Boruto —dijo en un tono firme—. Quiero que los dos vengan aquí, tenemos que hablar.

Menma levantó la vista, suspirando. No quería otra charla, pero sabía que era necesario. Boruto, aún riéndose por lo que había sucedido, se levantó lentamente, todavía con su actitud despreocupada.

— ¿Qué pasa, papá? Solo estábamos jugando, ¿verdad, Menma? —dijo Boruto, dándole un codazo a su hermano.

Menma lo ignoró, sus ojos todavía enfocados en el suelo.

— No fue solo un juego, Boruto —interrumpió Naruto con seriedad—. Lo que pasó fue más que una broma. Hay una línea que no deben cruzar, sobre todo cuando se trata de respetar a los demás.

Sasuke, que había estado callado, se unió a la conversación. Se sentó frente a los dos niños, cruzando los brazos, su mirada fría.

— Menma, Boruto, en nuestra familia, la fuerza no se usa para resolver cada pequeño conflicto —dijo con su habitual tono serio—. Menma, no tienes que golpear a tu hermano solo porque te provocó. Y Boruto, tú tampoco deberías comportarte de esa manera hacia Mei o tu hermano.

Boruto finalmente dejó de sonreír, bajando la cabeza.
— Lo siento, no pensé que fuera a terminar así… —admitió con cierta vergüenza.

Menma, aún sin levantar la vista, murmuró:
— Lo siento, papá… no debería haberlo golpeado. Pero estaba enfadado por cómo Boruto trató a Mei…

Mei, que había permanecido en silencio, finalmente habló, con su suave voz rompiendo la tensión.
— Por favor… no peleen por mi culpa —dijo tímidamente—. No quiero que ninguno de los dos se lastime por mi causa.

Naruto, conmovido por las palabras de Mei, sonrió ligeramente y se arrodilló frente a los niños.
— Nadie está culpando a Mei por esto. Todos cometemos errores, incluso yo lo hice cuando era joven. Lo importante es aprender de ellos —dijo, mirando a sus hijos con una mezcla de firmeza y calidez—. Lo que quiero que entiendan es que como familia, deben protegerse y apoyarse, no pelear entre ustedes.

Menma finalmente alzó la cabeza, mirando a su padre con seriedad.
— Lo entiendo, papá. Haré todo lo posible por mantener la calma… pero también quiero que Boruto deje de provocarme —añadió, mirando de reojo a su hermano.

Boruto asintió, un poco avergonzado.
— Está bien, lo prometo. No lo haré de nuevo.

Naruto se levantó, satisfecho, y miró a Sasuke, quien también asintió con la cabeza.
— Bien, parece que todos hemos aprendido algo hoy —dijo Naruto—. Ahora, ¿por qué no nos relajamos un poco? Es una buena tarde para entrenar juntos o simplemente pasar el rato.

Sasuke miró a Menma y Boruto.
— También pueden invitar a Mei a que los acompañe. Si quiere, claro —añadió, en un tono más neutral, mirando brevemente a la niña.

Mei sonrió tímidamente y miró a Menma, esperando su respuesta. Menma asintió rápidamente.
— ¡Claro! ¡Vamos a entrenar juntos! —dijo emocionado, su mal humor ya disipado por la emoción de pasar más tiempo con Mei.

Boruto, con una sonrisa más genuina ahora, se acercó a Mei.
— También me disculpo por antes, Mei. Fui demasiado lejos —dijo, con las manos en los bolsillos.

Mei sonrió tímidamente, asintiendo.
— No te preocupes, Boruto. Lo importante es que estamos bien ahora.

Con eso, los niños salieron al patio trasero para entrenar. Naruto y Sasuke los observaban desde la puerta, satisfechos de que la situación se hubiera resuelto.

— A veces me sorprende lo rápido que crecen —murmuró Naruto, cruzándose de brazos con una sonrisa en el rostro.

Sasuke asintió, aunque mantenía su expresión fría.
— Sí, pero todavía tienen mucho que aprender —dijo, mirando a Menma de reojo.

Naruto se rió suavemente.
— Menma está bien. Tiene un buen corazón, igual que tú.

Sasuke lo miró de reojo, sin cambiar su expresión, pero con una ligera curva en los labios que indicaba que apreciaba el comentario.
— Y Boruto definitivamente tiene tu terquedad —replicó con tono seco.

Naruto se rió más fuerte esta vez.
— Sí, eso lo sé.

Mientras los dos se quedaban en silencio observando a sus hijos, Menma, Boruto y Mei practicaban juntos. Menma estaba especialmente atento a Mei, asegurándose de que se sintiera cómoda mientras entrenaban. La relación entre ellos parecía más fuerte que nunca.

Mei, con su control del estilo de viento, creó pequeños remolinos para esquivar los ataques de Menma, mientras Boruto se unía, lanzando shurikens que se deslizaban por el aire. Aunque las habilidades de los niños aún estaban en desarrollo, la conexión entre ellos crecía con cada momento.

Menma observaba a Mei mientras se movía con gracia por el campo de entrenamiento, su corazón latiendo más rápido. Sabía que quería protegerla, no solo en el entrenamiento, sino en cualquier momento de sus vidas.

— Mei —dijo en un momento de pausa, acercándose a ella—. Te prometo que siempre estaré a tu lado, sin importar lo que pase. Siempre te protegeré.

Mei lo miró, sus grandes ojos grises brillando bajo la luz del atardecer. Sonrió dulcemente y asintió.
— Y yo estaré a tu lado, Menma. Siempre.

Con esas palabras, el día concluyó en una nota de paz, con las promesas de amistad, protección y lealtad que unirían a estos jóvenes ninjas en los desafíos que enfrentarían en el futuro.

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Fin del capítulo 51.

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