Capítulo 40: Amanecer de Reconciliación
Una mañana tranquila en la aldea, Sasuke estaba en la cocina, concentrado en hacer el desayuno para Menma y Boruto, quienes todavía dormían. El aroma del arroz y el miso se mezclaba con el aire fresco de la mañana. Sasuke se movía con precisión, recordando las palabras de Naruto sobre la importancia de disfrutar esos momentos en familia.
Al terminar de preparar la comida, Sasuke alzó la voz para llamar a sus hijos.
—¡Menma! ¡Boruto! ¡Es hora de despertarse!
Desde el piso de arriba, se escucharon murmullos antes de que los pies pequeños comenzaran a moverse. Menma apareció primero, con el cabello desordenado y una expresión desafiante.
—¿Por qué tienes que ser tan ruidoso, papá? —dijo Menma, frunciendo el ceño.
Boruto bajó detrás de él, sonriendo con energía.
—¡Buenos días, papá! —exclamó, sus ojos brillando de emoción—. ¿Qué hay para desayunar?
Sasuke mantuvo una expresión seria, pero no pudo evitar sentir un pequeño destello de felicidad al ver a sus hijos.
—Hoy hay arroz y sopa de miso. Come rápido, necesitamos tiempo para entrenar más tarde.
Menma se cruzó de brazos, todavía con un tono desafiante.
—¿Y si no quiero entrenar? Tal vez prefiero quedarme y jugar.
Sasuke lo miró con firmeza.
—No se trata solo de lo que quieres. Es importante que te esfuerces si deseas mejorar. No puedes permitirte ser mediocre.
Boruto intervino, con una mirada seria.
—Menma, deberías escuchar a papá. Siempre dice que la disciplina es importante.
Menma, algo incómodo por la seriedad de Boruto, bajó la mirada y se disculpó.
—Está bien, lo siento. Solo estaba bromeando.
Sasuke se sintió aliviado al ver que Menma se estaba comportando.
—Solo quiero lo mejor para ustedes —dijo, su tono calmado—. Recuerden que somos una familia. Debemos apoyarnos mutuamente.
Después de unas horas, Naruto finalmente llegó a casa, quitándose los zapatos en la entrada.
—¡Hola, chicos! —gritó con alegría, mientras se acercaba a la cocina.
Sasuke estaba sentado en la mesa del comedor, aún pensando en lo que había pasado la noche anterior. Naruto, sin pensarlo dos veces, se acercó por detrás y abrazó a Sasuke, besando su cuello suavemente, haciendo que Sasuke se estremeciera.
—Buenos días, mi amor —susurró Naruto, sintiendo que la tensión en el ambiente se rompía un poco.
Sasuke, sorprendido al principio, giró la cabeza y vio la sonrisa cálida de Naruto. Después de un momento, su expresión se suavizó y sonrió también.
—¿Volviste sin problemas? —preguntó Sasuke, tratando de mantener la voz neutral.
Naruto, sin responder, se acercó más a Sasuke y lo besó en los labios. El beso fue prolongado y apasionado, llenando el espacio con una ternura que ambos necesitaban. Sasuke, aunque al principio dudoso, correspondió al beso, sintiendo que el amor que compartían era más fuerte que las dudas.
Cuando se separaron, Sasuke se sintió más en paz, aunque todavía había una sombra de incertidumbre en su mente.
—¿Cómo fue la misión? —preguntó Sasuke, intentando mantener la conversación ligera.
—Todo salió bien, gracias. Pero estaba pensando en volver a casa lo más pronto posible —respondió Naruto, mirando a Sasuke con ternura.
Menma y Boruto entraron a la cocina justo en ese momento, interrumpiendo la atmósfera romántica.
—¡Papá Naruto! —gritó Boruto—. ¡Ya llegaste! ¿Qué hay de nuevo?
Naruto se agachó para estar a la altura de sus hijos, sonriendo.
—¡Chicos! Les traje un regalo de la misión, pero primero, ¡a desayunar!
Menma se iluminó, olvidando por un momento la tensión de la mañana.
—¿Qué es? ¿Qué es? —preguntó, saltando de emoción.
Sasuke sonrió para sí mismo, sintiendo que todo estaba bien en ese momento. La familia estaba junta, y eso era lo que realmente importaba.
Después de desayunar, Naruto se volvió hacia Sasuke.
—¿Te gustaría entrenar juntos después? —sugirió, esperando poder recuperar la cercanía que había sentido antes.
Sasuke asintió, aunque con un aire de reserva.
—Podemos hacerlo, pero primero tengo que hablar contigo sobre lo que sucedió anoche.
Naruto frunció el ceño, recordando la herida en el hombro de Sasuke.
—Claro, mi amor. Estoy aquí para escucharte —dijo, sintiendo que el peso de la conversación era importante.
Mientras sus hijos se ocupaban de jugar en la sala, Sasuke se sintió un poco más preparado para enfrentar lo que había sucedido, con la esperanza de que la verdad pudiera sanar cualquier herida.
—Vamos al patio —dijo Sasuke, levantándose de la mesa—. Es mejor que hablemos allí.
Naruto lo siguió, sabiendo que esta conversación era crucial para ambos.
El sol brillaba en el cielo, pero la sombra de la duda todavía permanecía en el corazón de Sasuke. Sin embargo, sabía que enfrentarlo junto a Naruto era el primer paso hacia la reconciliación.
[Continuará...]
ESTÁS LEYENDO
Un Destino Inesperado.
AcakEsto trata básicamente del SasuNaru y toda la paranoia. Espero disfruten.