Cap66: La Destrucción de la Aldea

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Capítulo 66: La Destrucción de la Aldea

Era un día aparentemente tranquilo en la aldea de Konoha. La gente caminaba por las calles sin sospechar el peligro que estaba a punto de caer sobre ellos. En la casa Uzumaki, Naruto y Sasuke disfrutaban de una tarde en familia con sus hijos, cuando de repente, un estruendo estremeció el suelo.

Naruto se levantó de un salto, sus sentidos alertas.
— ¿Qué fue eso? —preguntó con preocupación, mirando a Sasuke, quien ya estaba en guardia.

Menma y Boruto, que estaban en la sala, intercambiaron miradas de miedo. Ayami, demasiado pequeña para entender lo que ocurría, solo observaba a sus padres con confusión.

— ¡Todos quédense dentro! —ordenó Naruto rápidamente—. Sasuke, voy a ver qué sucede.

Sasuke asintió, tomando la mano de Ayami y dirigiéndose hacia un lugar seguro dentro de la casa.
— Menma, Boruto, quédense aquí con Ayami y no se separen. Pase lo que pase, protejan a su hermana, ¿entendido?

Los chicos asintieron, tratando de disimular su miedo. Sasuke y Naruto se miraron un último instante antes de que Naruto saliera rápidamente de la casa.

Al llegar a las calles, Naruto notó el caos que se desataba a su alrededor. Edificios destruidos, polvo en el aire, y gritos de pánico llenaban cada rincón. Allí, en el centro de la aldea, estaba Pain, con su mirada fría y despiadada.

Naruto apretó los puños y se dirigió hacia él.
— ¡Pain! ¿Qué crees que estás haciendo? —gritó con furia.

Pain lo miró con desdén.
— Konoha ha traído demasiado dolor al mundo. Hoy pagarás el precio, Naruto Uzumaki. Hoy, la justicia caerá sobre esta aldea.

Naruto apretó los dientes y miró a su alrededor, viendo a personas heridas y la destrucción que Pain había causado. Con determinación en su mirada, se preparó para enfrentar al enemigo que amenazaba todo lo que amaba.

Dentro de la casa, Sasuke se encontraba observando la destrucción desde la ventana, con el corazón en un puño. Ayami, asustada por el ruido, comenzó a llorar, y Menma la abrazó para tranquilizarla.

— Papá Sasuke, —dijo Boruto con voz temblorosa—, ¿Papá Naruto estará bien?

Sasuke los miró a todos, luchando contra el miedo en su interior, y asintió con firmeza.
— Naruto es fuerte, Boruto. Ha enfrentado muchas cosas antes. Él protegerá la aldea y a todos nosotros.

En el campo de batalla, Naruto se lanzó contra Pain con todo su poder, desatando una serie de ataques para tratar de detenerlo. Pero Pain, con su implacable habilidad y la fuerza de los Seis Caminos, respondió con una fuerza destructiva que parecía imparable. Cada impacto de su poder causaba que edificios enteros se desplomaran, llevándose consigo años de historia y recuerdos de la aldea.

Naruto esquivaba y contraatacaba, decidido a proteger a Konoha, pero el poder de Pain era abrumador. Con un movimiento devastador, Pain utilizó el poder de su técnica Shinra Tensei, creando una onda de destrucción que se expandió por toda la aldea, reduciendo todo a ruinas.

En la distancia, Sasuke vio el impacto y sintió su corazón detenerse. Apretó los puños, con el deseo de unirse a la lucha y proteger a Naruto, pero sabía que su prioridad en ese momento eran sus hijos.

— ¡Papá Sasuke! —exclamó Menma, con lágrimas en los ojos—. ¿La aldea… está destruida?

Sasuke asintió lentamente, observando el caos a su alrededor, pero no dejó que sus emociones lo dominaran.
— Sí… pero debemos tener esperanza en Naruto. Él nunca se rendiría.

De regreso en el campo de batalla, Naruto estaba herido y agotado, pero su espíritu seguía intacto. Con una mirada feroz, se levantó, decidido a enfrentarse a Pain una última vez.

— Nunca destruirás el espíritu de esta aldea. Nosotros lucharemos, nos recuperaremos y volveremos a levantarnos, pase lo que pase. —declaró Naruto con una fuerza inquebrantable.

Pain lo observó, impasible, y por primera vez, pareció dudar. Pero antes de que pudiera responder, Naruto reunió toda su energía y desató un ataque final.

La batalla continuó ferozmente hasta que, al fin, con un último sacrificio de energía, Naruto logró desestabilizar a Pain lo suficiente para hacerle retroceder. La amenaza inmediata había terminado, pero el daño a la aldea era incalculable.

Naruto, agotado y herido, regresó a su hogar destruido. Cuando entró, Sasuke corrió hacia él y lo abrazó con fuerza, ignorando las heridas que Naruto tenía. Menma, Boruto y Ayami se reunieron a su alrededor, rodeando a su padre con alivio y amor.

— Papá Naruto, lo hiciste… —susurró Menma, sin poder contener las lágrimas.

Naruto, con una sonrisa débil, les acarició el cabello.
— Todo por ustedes… siempre los protegeré, pase lo que pase.

Sasuke tomó la mano de Naruto y lo miró a los ojos, compartiendo un entendimiento silencioso. Juntos, sabían que enfrentarían cualquier adversidad, siempre que estuvieran unidos.

Así, con su familia a su lado, Naruto miró las ruinas de Konoha, determinado a reconstruirla y recuperar la paz algún día.

Un Destino Inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora