Cap62: El Regreso de Mei

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Capítulo 62: El Regreso de Mei

Era una tarde tranquila en la aldea, y Menma estaba en casa, ayudando a Sasuke con algunos quehaceres mientras Naruto y Boruto estaban fuera entrenando. Desde que había terminado su relación con Mei, Menma había hecho grandes esfuerzos para sanar y seguir adelante, apoyado por su familia y su entorno. Sin embargo, en lo profundo de su corazón, todavía existía una leve herida que no terminaba de sanar por completo.

Justo cuando Menma pensaba que el día seguiría siendo normal, escuchó un toque suave en la puerta. Con algo de curiosidad, caminó hacia ella y la abrió, solo para quedarse inmóvil cuando vio a la persona al otro lado.

— ¿Mei...? —murmuró, con una mezcla de sorpresa y confusión.

Mei, su ex-novia, estaba frente a él. Llevaba una expresión seria, aunque sus ojos reflejaban una leve incomodidad. Después de un breve silencio, Mei rompió el hielo con una voz tranquila.

— Hola, Menma, —saludó, forzando una pequeña sonrisa—. ¿Puedo hablar contigo...? Hay algunas cosas que quería aclarar.

Menma asintió, sintiendo una mezcla de nervios y curiosidad. Los recuerdos de su tiempo juntos regresaron de golpe, y no pudo evitar sentir una punzada en el pecho. Invitarla a entrar parecía complicado, así que ambos se sentaron en el banco de madera en el pequeño porche de la casa.

Sasuke, que había notado la presencia de alguien en la puerta, se acercó discretamente, observando desde una distancia prudente para asegurarse de que Menma estuviera bien, sin interrumpir la conversación.

— Menma, —comenzó Mei, mirando sus manos entrelazadas—, sé que las cosas entre nosotros terminaron de una manera que quizás no fue la mejor... y me disculpo por eso. Me fui sin darte una verdadera explicación.

Menma la miró, tratando de mantenerse sereno.
— Lo recuerdo, —respondió con un leve tono de amargura—, te fuiste sin decir nada, solo una nota que decía que necesitabas tiempo.

Mei asintió, claramente incómoda por el recuerdo.
— Lo sé, y me he arrepentido todos los días desde entonces, —admitió—. No estaba lista para una relación y tampoco entendía lo que realmente quería. Pero todo este tiempo he pensado en nosotros, y... necesitaba verte para explicarte todo.

Menma respiró profundamente, tratando de procesar lo que escuchaba. Aunque había intentado seguir adelante, esa falta de cierre siempre había sido un vacío en su vida. La miró con seriedad.

— Entonces, ¿por qué volviste? —preguntó—. ¿Qué quieres decirme ahora?

Mei sostuvo su mirada, con un destello de determinación en sus ojos.
— He cambiado, Menma. Me he dado cuenta de lo que dejé atrás, —respondió—. Sé que es tarde, pero quería saber si podríamos intentar ser... amigos al menos, recuperar algo de lo que teníamos.

Mientras Menma y Mei hablaban, Sasuke no pudo evitar sentir preocupación y curiosidad. Decidió intervenir y se acercó, su presencia siempre firme y protectora. Al ver a Mei, simplemente asintió en señal de saludo, pero su mirada se posó en su hijo.

— Menma, ¿estás bien? —preguntó Sasuke, en tono calmado, pero evaluando cuidadosamente la situación.

Menma asintió, pero el peso de la conversación se reflejaba en su expresión.
— Sí, papá. Solo estamos... hablando, —respondió, un poco incómodo.

Mei miró a Sasuke, reconociendo la protección en su mirada.
— No quiero causarle problemas, señor Uchiha, —dijo en un tono educado—. Solo quería aclarar algunas cosas que no pude decir antes.

Sasuke asintió, pero no se apartó.
— Entiendo, —respondió con seriedad—. Menma siempre ha tenido el apoyo de su familia, incluso cuando las cosas han sido difíciles para él.

Menma sintió una calidez en su pecho al escuchar las palabras de su padre. Saber que tenía a Sasuke y a su familia a su lado le daba una sensación de seguridad, algo que no había sentido en mucho tiempo.

En ese momento, Naruto y Boruto regresaron de su entrenamiento. Al ver la escena, Naruto levantó una ceja, curioso. Se acercó con una sonrisa despreocupada, saludando alegremente.

— ¡Menma, Sasuke! Vaya, parece que tenemos visita, —dijo, observando a Mei con una sonrisa amigable—. Soy Naruto, el esposo de Sasuke y el padre de Menma.

Mei, sintiéndose algo cohibida, inclinó la cabeza en señal de respeto.
— Es un placer, señor Uzumaki, —saludó con timidez.

Naruto la observó, evaluándola rápidamente, y luego le dio a Menma una palmadita en el hombro.
— ¿Todo bien, hijo? ¿Esta charla es algo que querías o prefieres que te dejemos en paz?

Menma sonrió, sintiendo el apoyo de su familia en cada mirada y gesto. Miró a Mei y tomó una decisión.

— Está bien, papá. Estoy bien, —dijo, asintiendo lentamente—. Solo... necesito algo de espacio para procesar todo esto.

Naruto asintió y, aprovechando la oportunidad, le dio un abrazo rápido y un beso en la mejilla a Sasuke, provocando que su esposo le lanzara una mirada ligeramente avergonzada.

— Bueno, si necesitan algo, estaremos por aquí, —dijo Naruto, guiñándole un ojo a Menma antes de llevarse a Boruto y a Sasuke adentro para darles un poco de privacidad.

De vuelta en el porche, Menma suspiró y miró a Mei.
— Mei, agradezco que hayas venido a hablar conmigo. Quizás en otro momento podríamos intentar reconstruir algo, pero ahora... necesito tiempo para sanar completamente.

Mei asintió con tristeza, comprendiendo sus palabras.
— Lo entiendo, Menma. Gracias por escucharme, —dijo, levantándose lentamente—. Espero que algún día podamos hablar con tranquilidad.

Menma la observó mientras se alejaba, sintiendo una mezcla de alivio y nostalgia. Sabía que había tomado la decisión correcta al ser honesto con ella. Mientras veía cómo desaparecía en la distancia, una sensación de cierre comenzó a asentarse en su corazón.

Al entrar a casa, se encontró con Naruto, Sasuke y Boruto esperándolo. Naruto le dio una gran sonrisa.

— ¿Cómo te sientes, campeón? —preguntó, colocando una mano sobre su hombro.

Menma sonrió con sinceridad, sintiendo que el peso de su pasado finalmente se había aligerado.
— Me siento... mucho mejor. Gracias a ustedes.

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