Cap54: Un Nuevo Comienzo

1 0 0
                                    

Capítulo 54: Un Nuevo Comienzo

Al día siguiente, la casa de los Uzumaki estaba en silencio, pero el ambiente era más ligero que la mañana anterior. Menma había pasado la noche procesando sus emociones, y aunque la tristeza seguía ahí, ya no lo consumía por completo. Sabía que no podía quedarse atrapado en el dolor, y con el apoyo de su familia, había decidido enfrentar el día con una nueva actitud.

En la cocina, Sasuke preparaba el desayuno con su típica expresión seria, mientras Naruto tarareaba una canción feliz, moviéndose con energía por la casa. Boruto estaba sentado en la mesa, medio adormilado, y bostezaba mientras miraba distraído por la ventana.

— Buenos días, —dijo Menma, entrando a la cocina con una pequeña sonrisa forzada en los labios. Todos levantaron la mirada hacia él, notando el cambio en su ánimo.

— ¡Buenos días, hijo! —respondió Naruto, con su típico entusiasmo—, Me alegra verte de pie. ¿Cómo te sientes?

Menma se encogió de hombros mientras tomaba asiento.
— Un poco mejor... pero todavía duele. —confesó, mirando su taza de té.

Sasuke sirvió el desayuno y se sentó a su lado.
— Eso es normal. Las cosas no sanan de la noche a la mañana, pero ya diste el primer paso, y eso es lo importante. —dijo con tono tranquilizador.

Boruto, aún adormilado, agregó:
— Oye, Menma, si quieres podemos salir más tarde. Te hará bien distraerte un poco. —ofreció, aunque su voz todavía sonaba con el rastro del sueño.

— Sí, eso suena bien, —respondió Menma con una pequeña sonrisa.

Naruto observó a sus hijos y luego se acercó a Sasuke, rodeándole la cintura con un brazo, mostrándose más afectuoso de lo usual.
— Sasuke, creo que podríamos hacer algo divertido hoy. Salir todos juntos como familia. —dijo, con una sonrisa radiante en el rostro.

Sasuke lo miró con su típica expresión calmada, pero una leve sonrisa se formó en sus labios.
— Supongo que no estaría mal. —respondió, inclinándose hacia Naruto ligeramente.

Menma miró a sus padres, observando cómo se apoyaban mutuamente sin necesidad de palabras. Aunque era algo que siempre había admirado, esta vez sintió una calidez especial al verlos. Incluso en momentos difíciles, su familia estaba unida.

— Está decidido entonces, —anunció Naruto—, hoy haremos algo divertido. ¿Qué les parece ir al parque o tal vez a la feria que está en el centro de la aldea?

Boruto levantó la cabeza, ahora más interesado.
— ¿Feria? ¡Eso suena genial! —exclamó, claramente más despierto.

— Suena bien, —dijo Menma, tratando de seguirles el ritmo, aunque aún sentía algo de tristeza.

Sasuke asintió, siempre calmado.
— Iremos después del desayuno. Necesitas despejar la mente, Menma.

Después de un desayuno tranquilo, la familia se preparó para salir. Mientras caminaban por las calles de la aldea, Naruto mantenía una mano en la espalda de Sasuke, aprovechando cualquier oportunidad para demostrarle afecto. Era una actitud que Sasuke no solía demostrar en público, pero ese día lo permitió, disfrutando del contacto cercano con su esposo.

Menma caminaba al lado de Boruto, quien, fiel a su estilo, no dejaba de hablar sobre las atracciones que quería ver en la feria.
— ¡Quiero subir a la montaña rusa primero! ¡Y luego quiero ganar un peluche en los juegos! —decía Boruto emocionado.

Menma sonrió, aunque su mente todavía estaba en Mei.
— Está bien, Boruto. Te ayudaré a ganar el peluche. —respondió, tratando de mostrarse animado.

Naruto los escuchaba con una sonrisa, pero pronto notó que Menma aún no estaba completamente bien. Decidió intervenir, dándole una palmada suave en la espalda.
— Oye, Menma. Está bien sentirte triste, pero hoy estamos aquí para divertirnos. Si te sientes mal, habla con nosotros, ¿de acuerdo? —le dijo, con su típico tono alentador.

Menma asintió lentamente.
— Gracias, papá. Sé que va a tomar tiempo, pero me siento mejor al estar con ustedes.

Sasuke, que había estado caminando en silencio, decidió intervenir también.
— Las heridas emocionales siempre son difíciles de sanar, Menma. Pero mientras te rodees de personas que te apoyen, encontrarás la manera de superarlo. —dijo, con una seriedad tranquilizadora.

Mientras seguían avanzando hacia la feria, el ambiente se hizo más ligero. Las luces y los sonidos de la feria llenaron el aire, y Boruto inmediatamente corrió hacia los juegos con Menma siguiéndolo de cerca, tratando de dejar de lado su tristeza.

Naruto sonrió al ver a sus hijos corriendo hacia las atracciones, luego miró a Sasuke con una sonrisa afectuosa.
— ¿Sabes? Me encanta verte así, tan protector con los chicos. Te hace ver más... irresistible. —bromeó, dándole un pequeño empujón.

Sasuke rodó los ojos, pero no pudo evitar una pequeña sonrisa.
— Siempre tienes que decir algo así, ¿no? —dijo en tono seco, aunque sus ojos reflejaban el cariño que sentía por Naruto.

Naruto se rió.
— Bueno, es la verdad. No puedo evitarlo.

Sasuke negó con la cabeza, pero dejó que Naruto lo rodeara con un brazo mientras caminaban juntos. El amor entre ellos era fuerte, y aunque rara vez lo demostraban abiertamente, momentos como esos les recordaban cuánto habían crecido y cuánto habían logrado juntos.

Mientras Menma y Boruto jugaban, ganando pequeños premios y subiendo a las atracciones, el día avanzó sin contratiempos. Para Menma, la feria fue un escape temporal de su dolor, pero también un recordatorio de que su familia estaba allí para apoyarlo, sin importar lo que sucediera.

Al final del día, mientras el sol comenzaba a ponerse, Naruto sugirió que todos se sentaran juntos a ver la puesta de sol. Los cuatro se sentaron en una pequeña colina cerca de la feria, disfrutando de los últimos momentos de luz.

— Hoy fue un buen día, —dijo Boruto, con una gran sonrisa—, aunque no gané todos los juegos, lo pasé genial.

Menma, mirando al horizonte, asintió.
— Sí... fue un buen día.

Sasuke miró a Menma, sabiendo que las palabras de su hijo tenían un peso más profundo. Aunque el dolor seguía presente, Menma estaba comenzando a sanar.

Naruto, que estaba sentado al lado de Sasuke, lo miró con una sonrisa tranquila antes de apoyar su cabeza en su hombro.
— Tenemos una gran familia, ¿verdad? —murmuró, disfrutando del momento de paz.

Sasuke solo asintió, sin necesidad de decir nada más. A veces, los momentos más importantes no requerían palabras.

Fin del Capítulo 54.

Un Destino Inesperado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora