Capítulo 37: Celosía
Era un día como cualquier otro en la aldea de Konoha. Sasuke había decidido aprovechar su día libre para hacer algunas compras en el supermercado, un momento de tranquilidad que rara vez tenía en su ajetreada vida de padre y ninja. Mientras caminaba por los pasillos, metiendo algunos productos en su cesta, su mente divagaba, y no podía evitar pensar en Naruto.
Últimamente, Naruto pasaba mucho tiempo con Sai. Desde misiones juntos hasta salidas casuales, siempre parecía que Naruto estaba más disponible para Sai que para él. No era algo que Sasuke hubiera mencionado aún, pero la molestia y una creciente sensación de celos se acumulaban dentro de él, aunque intentara ignorarla.
Después de terminar sus compras, Sasuke salió del mercado, disfrutando del aire fresco. Sin embargo, justo cuando estaba por regresar a casa, su mirada se detuvo en una imagen que hizo que su estómago se tensara. A unos metros de distancia, Naruto estaba hablando con Sai, ambos riendo y conversando como si el mundo no existiera a su alrededor.
Sasuke se quedó inmóvil por un momento, observando la escena. El sonido de la risa de Naruto resonaba en su cabeza, y una punzada de celos lo atravesó. Naruto no se había reído así con él en días, y ahora estaba ahí, compartiendo ese momento con Sai.
Sin poder soportarlo más, Sasuke caminó decidido hacia ellos. Cuando llegó, se colocó frente a Naruto, cruzando los brazos con el ceño fruncido, su expresión tensa. Naruto, al verlo, dejó de reír, sorprendido por la repentina aparición de su esposo.
—Naruto —dijo Sasuke, su tono serio y cortante—. ¿Qué está pasando aquí?
Naruto parpadeó, algo confundido por la actitud de Sasuke.
—Sasuke... solo estábamos hablando. ¿Por qué estás tan molesto? —respondió Naruto, intentando mantener su tono relajado, aunque era evidente que notaba el enfado de Sasuke.
Sai, que también percibió la tensión en el aire, mantuvo su habitual calma, aunque estaba claro que no entendía completamente lo que estaba ocurriendo.
—No es nada fuera de lo común, Sasuke. Naruto y yo solo nos encontramos y decidimos hablar un rato —dijo Sai, con su tono neutral.
Pero esa respuesta no hizo más que empeorar el humor de Sasuke. Su mirada se oscureció, y aunque sabía que no era racional sentirse de esa manera, no pudo evitarlo.
—¿Solo hablando? —repitió Sasuke, su voz cargada de ironía—. ¿Sabes cuánto tiempo has pasado con Sai estos últimos días, Naruto? Parece que ni siquiera tienes tiempo para estar en casa conmigo o con los niños.
Naruto frunció el ceño, claramente sorprendido por lo que Sasuke estaba insinuando.
—Espera, ¿estás celoso de Sai? —preguntó, casi riendo ante la idea—. Sasuke, no es lo que piensas. Solo hemos estado haciendo misiones juntos y, cuando tenemos un descanso, a veces hablamos. No tiene nada de malo.
—¿No tiene nada de malo? —Sasuke lo miró fijamente—. Últimamente pasas más tiempo con él que conmigo. Ni siquiera hemos tenido un momento para nosotros en semanas. ¿Y ahora me dices que no tiene nada de malo?
Naruto abrió la boca para responder, pero antes de que pudiera decir algo, Sai intervino.
—Sasuke, no quiero causar problemas entre ustedes. Si mi presencia está siendo un problema, puedo retirarme —dijo Sai, siempre tan diplomático.
—No, Sai, no es tu culpa —respondió Naruto rápidamente, antes de que Sai pudiera moverse—. Sasuke, esto no es lo que crees. Sai es un amigo, nada más. No puedes estar serio con todo esto.
Pero Sasuke no estaba dispuesto a dejarlo pasar tan fácilmente.
—Es fácil decir eso cuando no eres tú el que está en casa, Naruto. Yo soy el que pasa las noches despierto cuando Boruto no deja de llorar, o el que se queda cuidando a Menma cuando quiere jugar. ¿Y dónde estás tú? Con Sai.
Naruto apretó los puños, visiblemente molesto ahora.
—¡Eso no es justo, Sasuke! —exclamó, dando un paso hacia él—. Yo también soy parte de esta familia. Solo porque estoy trabajando no significa que no me importe lo que pasa en casa. Estoy haciendo todo lo posible por balancear las cosas.
—¿En serio? Porque desde aquí parece que prefieres estar con Sai en lugar de conmigo —replicó Sasuke, su tono aún frío.
Sai, incómodo con la dirección de la conversación, intentó hablar una vez más.
—Quizás debería dejarlos hablar solos. No quiero ser el motivo de un malentendido entre ustedes.
Naruto suspiró, pasándose una mano por el cabello, frustrado.
—No, Sai. No es tu culpa. Esto es entre Sasuke y yo.
Sasuke, todavía con los brazos cruzados, lo miró directamente.
—¿Entre tú y yo? Naruto, si realmente fueras honesto, me habrías dicho lo que estaba pasando antes de que yo tuviera que verlo con mis propios ojos. No puedes esperar que todo esté bien cuando claramente has estado evitando estar en casa.
Naruto lo miró, ofendido por las palabras de Sasuke.
—¡No estoy evitando nada! —respondió, elevando su voz—. Solo he estado ocupado. Y sí, he pasado tiempo con Sai porque a veces necesito hablar con alguien que no esté relacionado con el estrés de la familia. Eso no significa que no me importes o que no me preocupe por lo que pasa en casa.
Sasuke finalmente bajó la guardia, su expresión suavizándose un poco, aunque todavía había un brillo de celos en sus ojos.
—¿Entonces por qué no me lo dijiste antes? —preguntó en voz baja—. Podríamos haber hablado de esto, pero en lugar de eso, he estado viendo cómo te reías con Sai mientras yo me sentía... excluido.
Naruto se acercó más a Sasuke, su expresión ya no era de molestia, sino de comprensión.
—No quería hacerte sentir de esa manera —dijo Naruto, su tono mucho más suave ahora—. Quizás debí haberlo hablado contigo, pero no pensé que te afectaría tanto. Sai es solo un amigo, Sasuke. El único que me importa de esa manera eres tú. Y lo sabes.
Sasuke lo miró a los ojos, y aunque aún sentía esa molestia en su interior, sabía que Naruto no le estaba mintiendo.
—Entonces, la próxima vez que te sientas así, dímelo. No dejes que las cosas lleguen a este punto —respondió Sasuke, bajando la mirada por un momento antes de volver a mirarlo.
Naruto asintió, tomando las manos de Sasuke.
—Lo haré. Prometo que la próxima vez seré más honesto contigo. Y también intentaré pasar más tiempo en casa, ¿de acuerdo?
Sasuke soltó un suspiro largo, dejando que la tensión se desvaneciera.
—De acuerdo —murmuró finalmente.
Sai, quien había estado observando la escena con una mezcla de incomodidad y curiosidad, decidió intervenir nuevamente.
—Me alegra que hayan hablado de esto. Yo no tenía la intención de causar ningún conflicto entre ustedes. Si en algún momento mi presencia se vuelve un problema, no duden en decírmelo.
Naruto sonrió, sacudiendo la cabeza.
—No te preocupes, Sai. Esto no es tu culpa. Es solo que a veces las cosas se malinterpretan.
Sasuke, por su parte, asintió en señal de paz hacia Sai, aunque todavía estaba un poco incómodo con toda la situación.
—Gracias, Sai —dijo, más calmado ahora—. Y lo siento por haber sido tan... brusco.
Sai simplemente asintió.
—No hay problema, Sasuke. Todos tenemos nuestros momentos.
Naruto apretó la mano de Sasuke, y ambos intercambiaron una mirada que decía más que mil palabras. Aunque había habido tensión y celos, al final del día, su vínculo era lo suficientemente fuerte como para superar cualquier malentendido. Y mientras caminaban de regreso a casa, Sasuke supo que, a pesar de todo, lo más importante era lo que compartían como familia.
Fin del Capítulo 37.

ESTÁS LEYENDO
Un Destino Inesperado.
AléatoireEsto trata básicamente del SasuNaru y toda la paranoia. Espero disfruten.