Capítulo 31: La Llegada del Segundo Hijo
Habían pasado nueve meses desde el secuestro de Menma, y la vida en la casa de Naruto y Sasuke se había calmado. Sin embargo, la calma venía acompañada de una nueva tensión: Sasuke estaba en los últimos días de su embarazo, y su vientre estaba tan grande que apenas podía moverse con comodidad. El ambiente en la casa era de expectación, aunque Sasuke trataba de mantenerse sereno, como siempre.
Aquella mañana, Naruto se despertó temprano. El sol aún no había salido por completo, pero ya se sentía el calor del día asomándose. Estaba acostumbrado a levantarse primero últimamente, ya que Sasuke apenas podía dormir bien con el peso de su vientre. Menma, por otro lado, estaba profundamente dormido en su habitación.
Naruto se giró hacia Sasuke, quien estaba tumbado de lado, con una mano sobre su abdomen. Su rostro, normalmente frío y sereno, mostraba leves signos de incomodidad. Naruto se levantó con cuidado y caminó alrededor de la cama, arrodillándose frente a Sasuke y tomando su mano suavemente.
—Sasuke —murmuró—, ¿cómo te sientes hoy?
Sasuke abrió lentamente los ojos, sin apartar la mano de su vientre.
—Me siento como si estuviera cargando un jinchuriki dentro —dijo con tono sarcástico—. No he dormido nada bien.
Naruto rió suavemente, aunque sabía que Sasuke lo decía en serio. Estaba agotado, y el peso del bebé lo hacía moverse con dificultad.
—Bueno, pronto todo habrá pasado. No falta mucho, lo sé —dijo Naruto, besando la mano de su esposo.
Sasuke esbozó una leve sonrisa, aunque su expresión seguía mostrando cansancio. Naruto lo ayudó a levantarse de la cama con mucho cuidado.
—Vamos a ver cómo está Menma. Seguro que se alegra de verte en pie —dijo Naruto, guiando a Sasuke hacia la habitación de su hijo.
Al abrir la puerta de la habitación de Menma, la luz suave del amanecer iluminaba el pequeño cuarto. Menma estaba aún profundamente dormido, envuelto en su manta favorita, roncando suavemente. Sasuke se acercó a la cama, sintiendo una calidez en el corazón al ver a su hijo tan tranquilo. Se sentó al borde de la cama, aunque le costó un poco.
—Se ve tan pacífico cuando duerme —dijo Sasuke, acariciando suavemente la cabeza de Menma—. A veces no puedo creer que ya tenga seis años. Parece que fue ayer cuando nació.
Naruto asintió, sonriendo.
—Sí, y ahora vas a darle un hermanito o hermanita. Será un gran hermano, lo sé.
De repente, Menma se removió en su cama, abriendo lentamente los ojos. Al ver a sus padres tan cerca, sonrió ampliamente.
—¡Papá! —exclamó, aún medio dormido—. ¿El bebé ya nació?
Naruto se rió.
—No todavía, Menma. Pero falta poco. ¿Tienes ganas de conocer a tu hermanito?
Menma asintió enérgicamente, frotándose los ojos.
—¡Sí! Quiero jugar con él y enseñarle a pelear como papá Sasuke me enseñó. ¿Cuándo va a llegar?
Sasuke soltó una risa suave, algo inusual en él, y miró a Naruto.
—Tal vez más pronto de lo que pensamos, Menma —dijo Sasuke, acariciando su vientre.
Justo en ese momento, Sasuke sintió una punzada en su abdomen, y su sonrisa desapareció instantáneamente, reemplazada por una expresión de dolor.
—Naruto... creo que... está empezando —dijo con la voz entrecortada.
Naruto se tensó al instante, poniéndose en alerta. Sabía lo que eso significaba.
—¿Estás seguro? ¿Ahora? —preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
Sasuke asintió con dificultad, apretando los dientes mientras otra contracción lo sacudía. Naruto reaccionó rápidamente, recogiendo a Menma y poniéndolo a un lado.
—Menma, quédate aquí un momento, ¿de acuerdo? Voy a ayudar a papá Sasuke.
Menma asintió, aunque su rostro mostraba preocupación al ver a Sasuke con dolor.
Naruto ayudó a Sasuke a levantarse con cuidado, aunque cada movimiento parecía causar más dolor.
—Tranquilo, Sasuke, te llevaré al hospital de inmediato —dijo Naruto con determinación, intentando mantener la calma.
Las contracciones se hacían más intensas a medida que pasaban los minutos. Naruto sujetó a Sasuke firmemente mientras lo guiaba hacia la puerta, con Menma siguiéndolos de cerca.
—¡Papá! ¿Papá Sasuke está bien? —preguntó Menma con nerviosismo.
—Sí, Menma, todo está bien. Solo es que el bebé quiere salir ya —respondió Naruto, tratando de tranquilizarlo.
Al llegar al hospital, todo ocurrió muy rápido. Los médicos, alertados por la urgencia, llevaron a Sasuke directamente a una sala especial preparada para su caso. Naruto permaneció junto a él, sosteniéndole la mano mientras Sasuke luchaba por mantenerse concentrado en las respiraciones y el dolor de las contracciones.
—Naruto... no me dejes —murmuró Sasuke, con el rostro sudado y pálido por el esfuerzo.
—Nunca, Sasuke. Estoy aquí, no te preocupes. Todo va a salir bien —respondió Naruto con una mezcla de preocupación y alivio, apretando su mano con fuerza.
Las horas parecían eternas, pero finalmente, después de lo que parecieron siglos para ambos, los llantos del recién nacido llenaron la sala. Naruto sintió cómo su corazón se hinchaba de emoción mientras Sasuke, exhausto pero aliviado, respiraba profundamente.
—Es... es un niño —dijo el médico con una sonrisa, entregando al bebé a Sasuke.
Sasuke, con las lágrimas rodando por sus mejillas, tomó al bebé en brazos. El pequeño niño lo miró con ojos tranquilos, mientras Sasuke le acariciaba suavemente la cabeza.
—Naruto... mira a nuestro hijo —dijo Sasuke, su voz llena de amor y ternura.
Naruto, con los ojos brillantes por las lágrimas, se acercó más para ver al pequeño. Tocó suavemente la mejilla del bebé, sintiendo una calidez indescriptible.
—Es perfecto, Sasuke —murmuró—. Es tan perfecto.
Menma, que había estado esperando nervioso en la sala de espera, fue finalmente permitido entrar. Sus ojos se abrieron de par en par al ver al bebé en los brazos de Sasuke.
—¡Es mi hermanito! —exclamó emocionado, corriendo hacia la cama.
Naruto lo alzó para que pudiera ver mejor.
—Sí, Menma. Este es tu hermanito. ¿Qué te parece?
Menma lo observó con detenimiento, y luego sonrió ampliamente.
—Voy a ser el mejor hermano mayor de todos. Le enseñaré todo lo que sé, ¡y lo protegeré como tú me proteges a mí, papá!
Sasuke sonrió, agotado pero lleno de orgullo.
—Sé que lo harás, Menma. Eres un gran hermano.
Naruto, abrazando a Sasuke y mirando a su familia, sintió que, a pesar de todas las dificultades, habían llegado a un momento de pura felicidad.
—Lo hicimos, Sasuke. Nuestra familia está completa —dijo Naruto en voz baja, su rostro lleno de amor.
Sasuke lo miró, asintiendo levemente.
—Sí... lo hicimos.
Mientras el bebé dormía en los brazos de Sasuke y Menma seguía maravillado con su nuevo hermanito, Naruto sintió que el futuro era brillante para su familia. Sin importar los desafíos que vinieran, estaban juntos, y eso era lo único que importaba.
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Un Destino Inesperado.
DiversosEsto trata básicamente del SasuNaru y toda la paranoia. Espero disfruten.