Narra TN: El timbre del departamento resonó en mis oídos, y mi corazón dio un salto. Ahí estaba, frente a mí, la puerta de Israel. Respiré hondo y, con una sonrisa nerviosa, toqué. Al instante, la puerta se abrió y lo vi, con esa mirada que siempre me había tranquilizado.
TN: Hola
Israel: Hola
Me dejó pasar, y el silencio que se coló entre nosotros estaba cargado de todo lo no dicho, de todo lo que habíamos sentido desde que me fui. Nos sentamos en el sofá, y por un momento no supe qué decir. Finalmente, Israel rompió el silencio.
Israel: ¿Crees que... deberíamos contarle a los chicos del club que volviste tan de repente a México?
Lo pensé por un momento. No estaba segura de si quería hablar de eso, de si debía.
TN: No lo sé. A veces siento que si lo dijera, pensarían que volví porque no pude con la universidad. Que fui débil. ¿Y tú? ¿Qué opinas?
Israel: Lo importante es que tú te sientas cómoda. Si prefieres mantenerlo en privado, lo respeto. Solo quiero que estés bien.
TN: Gracias
Después de esa conversación, me acerqué un poco a él, sin pensarlo demasiado, solo dejándome llevar. Sentí sus brazos rodearme, y aunque al principio fue un abrazo tímido, la necesidad de estar cerca de él me hizo entregarme. Estábamos tan cerca, nuestras respiraciones entrelazadas, y cuando me miró a los ojos, sentí como si el mundo entero desapareciera a nuestro alrededor.
El beso fue suave al principio, algo que ambos necesitábamos, como un reencuentro. Pero pronto se hizo más urgente, más intenso. Sus manos recorrieron mi espalda, y mis dedos se aferraron a su camiseta, acercándonos aún más. Todo lo que había estado guardado dentro de mí, el deseo, la falta, todo explotó en ese beso.
Pero justo cuando sus labios empezaban a recorrer mi cuello, algo cambió dentro de mí. Una sensación extraña, una corriente helada que recorría mi cuerpo. Y en un instante, un recuerdo invadió mi mente. Aquella vez, aquel tipo... Lo que intentó hacerme. Mi cuerpo se tensó al instante, el miedo me recorrió de pies a cabeza.
Me aparté de Israel, empujándolo suavemente. La respiración se me fue, y traté de recomponerme.
TN: Lo siento... no puedo. No estoy lista. No es contigo... es solo que...
Israel: ___ ¿te hice algo mal?
Negué con la cabeza, mis ojos fijos en el suelo, incapaz de mirarlo a la cara.
TN: No, no es eso. Es algo que... no puedo controlar. No quiero que pienses que...
Mi voz se quebró y, por un momento, temí que no pudiera explicarme. Sin decir una palabra, Israel me abrazó de nuevo. Esta vez, con suavidad, sin prisa. No me apuró, no me presionó. Su abrazo era cálido, pero también respetuoso, como si entendiera que yo solo necesitaba tiempo, espacio.
Israel: Tranquila. No tienes que darme explicaciones. Yo estoy aquí, ___. No importa el tiempo que necesites. Si algún día estás lista, lo estaremos. Pero ahora lo único que quiero es que te sientas segura.
Lentamente, fui dejándome llevar por su calma. Lo que importaba era que, por primera vez en mucho tiempo, me sentía segura con alguien. Y quizás, con él, podría encontrar la paz que tanto había buscado.
Y entonces, solo en ese abrazo, entendí que no tenía que correr. Podía esperar, sin miedo, sin prisa. Y él estaba dispuesto a esperar conmigo.
![](https://img.wattpad.com/cover/360099139-288-k256000.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Pero te conocí. -Israel Reyes y tú-
Fiksi PenggemarMe curaste el corazón, me enamoraste.