Capítulo 2: El destino del universo.

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En un abrir y cerrar de ojos Saili fue partida por la mitad en un tajo horizontal. El plan de Abbadon había comenzado. Tras haberle dado poder a las figuras ellos se habían quedado sin la divinidad temporalmente al menos los dos grandes dioses. Tenía que actuar rápidamente para evitar que su plan acabase en su contra.

Illya Von Tempus miraba desde la lejanía sin hacer nada, las flores de loto se hacían cada vez más presentes en el ambiente, como un huracán que consumía todo a su paso pero allí se encontraba Apolo con una mirada no de terror si no de disfrute. El pelirrojo estaba emocionado por el desafío que se presentaba ante él... A fin de cuentas odiaba a Abbadon desde que eran unos niños recién salidos del fruto del árbol.

—¿Sabes? Te detesto, siempre te deteste— Soltó un Gruñido— No sabes cuan emocionado estoy de poder al fin matarte, de poder al fin acabar con aquel que es un fallo del árbol. Un gemelo nacido de un único fruto. No me extraña que ocasionaras tanto mal en tu vida.

Abbadon observaba sin decir nada, los ojos de Apolo comenzaban a soltar sangre mientras su mirada se volvía cada vez más desquiciada. Ya sabía lo que estaba pasando, Apolo entró en el modo Berserker. el modo único de los dioses que les dota de una gran fuerza y aumenta su aura a niveles superiores a coste de un único precio el más grande de los precios: Dejas de ser tu y verte envuelto en una locura permanente.

—No esperaba que llegaras a esto Apolo— Apuntó su guadaña mientras Abbadon aumentaba su Aura— Perder la cordura para intentar detenerme. Lo lamento pero tengo que ganar a toda costa.

Antaño los Regis pusieron una medida de seguridad para que los dioses perdieran su inmortalidad sin necesidad de un arma matadioses: El modo Berserker. pero sin embargo por un problema en su diseño este modo generó una locura y un gran aumento de fuerza. Su idea original era hacer en los dioses una lobotomía pero por contra hicieron todo lo contrario y acabaron creando una auténtica máquina de matar sin pretenderlo.

Esa es la auténtica razón por la cual ya no existen ni existirán más grandes dioses a parte de los seis que existen y existiendo muchos más dioses menores. Porque con ellos si que existe la lobotomía y una inmortalidad solo de tiempo, no física.

Illya invocó un cubo de palomitas mientras se sentaba en un sillón que ella misma había convocado.

Las auras de Abbadon y Apolo comenzaron a chocar entre si, el aura de Abbadon de color morado mientras la de Apolo de un rojo fuego intenso por el exterior y por dentro de un color azul puro como la mas fuerte de las llamas.

Y en un rápido movimiento de un parpadeo comenzaron a sonar choques de metal a una velocidad altísima por todo "El Fin" sin casi dejar señal solo se podía llegar a ver brevemente una imagen residual del combate hasta que finalmente la parte superior de la ropa de Abbadon fue completamente destruida dejando mostrar sus músculos contorneados y sudorosos.

La sucesión de golpes se continuaba llevando por el aire mientras cada vez la sangre brotaba más y más sin cesar cubriendo el espacio blanco tiñendo de rojo cambiando su nombre totalmente en un futuro lejano pero pudiendo adelantar en este punto que el nuevo nombre es "El origen de sucesos".

Apolo tiró desde la altura a Abbadon. El pelirojo comenzaba a gritar de dolor mientras su aura se descontrolaba y rayos comenzaban a aparecer alrededor suyo, sus pupilas cambiaron a un tono negro pero no logro evolucionar el modo Berserker. No era el indicado.

Abbadon al ver como se retorcia de dolor con su guadaña cargo y le cortó la cabeza a Apolo y lanzó una hondonada de energía con la mano pulverizando su cuerpo.

Abbadon había ganado, su plan podía llevarse a cabo pero antes tenía que ver si su seguro había conseguido derrotar a los nacidos para morir, invoco un gran portal para ir donde estaba su creación.

—Padre Abbadon, logre acabar con los otros, soy el superior— Replicó el joven— Dígame ¿Ahora cómo actuo?

—Tienes que ir al continente de Mu— Sonrió— Allí esperaras hasta que yo llegue.

—Si, padre Abbadon.

Un portal se abrió y Abbadon entró en él mientras dejaba a su creación allí en mitad del espacio.

Por el momento El Sin Nombre caía en dirección del planeta Ury cayendo sin cesar y con una gran fricción al entrar en su atmósfera.

Estas crónicas acaban de comenzar.

La saga de los Guerreros de Fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora